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REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2025 AÑO 15, n.º 17, ISSN 2078-0664, ISSNE 2307-3942, ISNI 0000 0001 2113 0101
Matthew, Laura E. La invasión de 1524, medio milenio después:
Una reconsideración de los “indígenas conquistadores”. P. 144-153
Por ejemplo, ¿cómo explicar a un comerciante español de Salamanca
a nales del siglo XVI que vendía en los Yzalcos más de una tonelada
de ayates, huipiles, cotaras “de yndios”, naguas o cortes, caballeras y
penachos de plumas, machetes de Oaxaca, cascabeles del occidente de
México, xícaras, y “pretinas de yndios” – todos artículos de tradición y
origen mesoamericano – además de productos de inuencia y/o origen
europeo evidentemente destinados a clientes indígenas, por ejemplo
sombreros “para yndios”, zapatillos “para muchachos,” cabezones,
rosarios, y calcetas de lana? Archivo General de Centro América [AGCA],
A1 (3) leg 363 exp 4164).
Solo recurriendo a la historia antigua podemos apreciar que los españoles
operaban las mismas rutas comerciales deseadas por los tenochca del
imperio azteca, y mucho antes por los teotihuacanos. Una exploración
de la vestimenta de lujo mesoamericana sugiere una coincidencia
entre el cabezón español y el quechquemitl mesoamericano, prendas
femininas triangulares que cubrían los hombros y el escote y, en el
caso mesoamericano, se usaban sobre el huipil para usos ceremoniales.
Los cascabeles importados de Milán y Castilla se vendían junto a los
tradicionales del occidente de México, para decorar trajes tradicionales,
evocar los sonidos del paraíso e incluso intercambiarse como monedas
(Houston et al, 2009, p. 13; Filloy Nadal, 2017; Simmons y Shugar 2013).
De igual manera, las cuentas de vidrio y los rosarios podían haber apelado
al adorno y al estatus, pero también al duelo. Durante el período Clásico
en las tierras bajas del Petén de Guatemala, los adornos con cuentas se
tendían a ofrecerse a quienes morían antes de los nueve años, mucho más
que en los entierros de adolescentes y adultos (Halperin et al, 2024). El
mismo patrón se encuentra para el siglo XVI en Tipu (Belice), poblado
desde el Preclásico, en cuyo cementerio del siglo XVII se encontraron
cantidades de piezas de azabache de rosarios, en su mayoría en los
entierros de niños y niñas de entre 5 y 7 años (Smith et al, 1994).
Los inventarios de comerciantes a nales del siglo XVI revelan una
economía interregional que dependía del consumidor mesoamericano y
de los productos mesoamericanos, ahora inuenciados por materiales,
técnicas, y estilos de otras partes del mundo. Sólo la historia