ISSN: 2218-3345
Nuestro Compromiso en la Innovación
5
Editorial
7
AnÔlisis de la seguridad pública en el 2010
RenƩ Portillo Cuadra
12
Comportamiento económico reciente
de El Salvador
Rafael RodrĆ­guez Loucel
21
Del entrampamiento perfecto a la
transformación de El Salvador en la primera
mitad del siglo XXI
Alberto Arene
41
La evaluación de políticas públicas
en El Salvador. Breve reflexión
Miguel Ɓngel PƩrez O.
DIRECTOR GENERAL
Dr. JosƩ Mauricio Loucel
Rector de la Utec
DIRECTOR EJECUTIVO
Y PRODUCCIƓN
Rafael RodrĆ­guez Loucel
COMITƉ EDITORIAL
Rafael RodrĆ­guez Loucel (Coordinador)
Alberto Arene
RenƩ Portillo Cuadra
Blanca Ruth Orantes
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REVISIƓN
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD TECNOLƓGICA DE EL SALVADOR - NƚMERO 47 - MAYO 2011
entorno
46
Migración y derechos humanos
RenƩ Vargas
53
Explosión del feminicidio en El Salvador
Elsa Ramos
57
Internacionalización de la educación superior
Blanca Ruth Orantes
65
EpistemologĆ­a, complejidad y competencias
JosƩ Humberto Flores M.
74
Estrategias de competitividad para Pymes
del sector manufacturero en MƩxico
Victoria HernƔndez Ramƭrez
Claudia Gómez Vital
entorno
5
EDITORIAL
La situación de anormalidad en todos los quehaceres de la vida nacional se ha identificado
como una que reúne las características de un fenómeno de orden estructural; pero
en los últimos años se ha puesto mÔs en evidencia que también es de orden cultural. El
salvadoreño promedio tiene sus peculiaridades, posee su autentico perfil, tiene un potencial
de supervivencia impresionante, supera o es indiferente a las vicisitudes con un estoicismo
pasmoso y un ingenio propio que solo puede identificarse con la picardía y, por excepción,
con la creatividad. Sin embargo, a la sociedad salvadoreƱa como un todo se la considera
social, económica, política y culturalmente hablando, atrasada, y en términos de desarrollo
humano bastante rezagada a escala mundial. Para tratar de encontrar una respuesta a este
interrogante, se tratarĆ” de agotar las causas determinantes que en forma acumulada han
propiciado una sociedad subdesarrollada; identificando este último término por una calidad
de vida muy por debajo de los niveles considerados como mĆ­nimos, internacionalmente.
La revista Entorno se encuentra en la antesala de un relanzamiento, cuyo objetivo es que
adquiera el perfil de un documento académico de anÔlisis de la realidad nacional (imparcial
y objetivo). Es necesario y conveniente aclarar, a los exigentes lectores, que este renovado
ensayo, esfuerzo e inquietud pretenderĆ” encontrar en todos sus espacios respuesta a por
quƩ este paƭs, despuƩs de casi cinco siglos, no encuentra el camino de un progreso colectivo,
como otros que tambiƩn nacieron con las mismas debilidades y hoy son sociedades con
una envidiable calidad de vida. La historia, las culturas y circunstancias geogrÔficas son
parte de la explicación; pero el asignarle mucha importancia a esas naturales fortalezas nos
conduce, algunas veces, a caer en el lugar comĆŗn de atribuirle al subdesarrollo de un paĆ­s o la
pobreza permanente de una sociedad a sus orĆ­genes y a los que han logrado superarse a su
buena suerte de haber nacido en una cultura diferente o a la ventaja implĆ­cita de haber sido
conquistados y colonizados por otros, negÔndole meritos a las oportunidades de superación
y disciplina que a varios paĆ­ses les ha permitido ser lo que son, a pesar de sus limitaciones de
origen.
Para alcanzar ese objetivo, se planea una bĆŗsqueda sin lĆ­mites de analistas e investigadores
de la realidad nacional que puedan colaborar con sus aportes y sus soluciones concretas
6
EDITORIAL
y factibles. En forma eventual se recurrirĆ” a las entrevistas para recibir apreciaciones directas
de personajes, a semejanza de una encuesta selectiva de ciudadanos que se consideran como
auténticos agentes de cambio, a fin de interrogarles sobre su gestión en el desarrollo del país y su
óptica acerca de este: sus fortalezas y debilidades; así como sus apreciaciones personales sobre
los factores y circunstancias que a su juicio explican el subdesarrollo del país y la apreciación
particular de su viabilidad futura.
Este ejercicio renovado, despuƩs de mƔs de doce aƱos de la existencia de ENTORNO tratarƔ de
consignar particulares apreciaciones sobre antecedentes, situación prevaleciente y perspectiva de
paĆ­s. Esta aventura –por llamarle de alguna forma– surge de la percepción de una preocupación
generalizada de la magnitud de la crisis interna e integral actual, que se advierte en todos los
quehaceres de la vida nacional, que es una realidad de gƩnesis, de crecimiento paƭs, de errores
en la administración pública y manifestaciones recientes que podrían interpretarse como la
exacerbación del subdesarrollo. Sin embargo, no se puede ignorar el impacto que en esa anomalía
ejercen las crisis mundiales. El paĆ­s presenta peculiaridades que no le permiten un escape frontal y
tangible del subdesarrollo, a pesar de pequeños períodos de crecimiento económico, que ademÔs
de ser pasajeros no han sido de beneficio generalizado y, por lo tanto, no han servido para reducir
la pobreza. El Salvador ya no solo se distingue por su atraso, sino que empieza ha destacarse por
su involución productiva y financiera, el crecimiento de la violencia (mÔs homicidios por día en
particular), retrocesos experimentados en la institucionalidad, y cada vez mÔs se les dificulta a las
autoridades de turno recuperar el terreno perdido.
En este número se consignan artículos que hacen referencia a la problemÔtica económica
cotidiana y al comportamiento económico reciente. También se presentan otras temÔticas como
la explosión del feminicidio en El Salvador, migración y derechos humanos, internacionalización de
las universidades, estrategias de competitividad para Pymes del sector manufacturero en MƩxico y
epistemología, complejidad y competencia y la evaluación de las políticas públicas en El Salvador.
Breve reflexión. Especial referencia merecen los artĆ­culos titulados ā€œDel entrampamiento perfecto
a la transformación de El Salvador en la primera mitad del siglo XXIā€ y ā€œAnĆ”lisis de la seguridad
pĆŗblica en el 2010ā€.
7
AnÔlisis de la seguridad Pública
en el 2010
RenƩ Portillo Cuadra
Secretario General Utec
E
l Plan quinquenal 2010-2014 presentado por el Gobier-
no del presidente Mauricio Funes, sostiene que desde
el inicio de la posguerra, nuestro paĆ­s ha registrado elevados
niveles de violencia e inseguridad, y por estÔ razón ha sido
considerado uno de los países mÔs violentos de la región;
sus tasas de homicidios superaban los 50 homicidios por
cada cien mil habitantes. Estas cifras generan inseguridad
en la ciudadanĆ­a y se convierten en uno de los principales
problemas que enfrenta el paĆ­s.
El citado Plan quinquenal seƱala como principales lƭneas de
acción, en materia de control y represión del delito, las que a
continuación se describen:
a) Combatir frontalmente la criminalidad en todas sus ex-
presiones y, en especial, los delitos que mƔs afectan a la
ciudadanĆ­a;
b) Reducir la impunidad mediante el fortalecimiento de las
instituciones del sector justicia encargadas de la investiga-
ción de los hechos delictivos y a través de la mejora de la
coordinación interinstitucional;
c) Modernizar y profesionalizar la PolicĆ­a Nacional Civil (PNC)
en sus funciones de control y represión (gestión, disuasión,
investigación criminal e inteligencia);
d) Elevar la calidad de la formación de la Academia Nacional
de Seguridad PĆŗblica; y
e) Fortalecer la seguridad migratoria.
No obstante definir una serie de planes de seguridad, accio-
nes y estrategias para enfrentar los Ć­ndices de criminalidad,
El Salvador continua siendo uno de los paƭses mƔs inseguros
del mundo. Los esfuerzos del Gobierno parecen no tener Ʃxi-
to. A continuación expondremos una serie de Ôreas en las
que el gabinete de seguridad debe priorizar su trabajo:
1. Desacuerdos en las estadĆ­sticas
de los homicidios
El Salvador, al igual que otros países de la región centroame-
ricana, se caracterizan por no tener estadĆ­sticas centraliza-
das, creĆ­bles y actualizadas de los hechos delictivos que se
cometen.
La PNC y la FiscalĆ­a General de RepĆŗblica (FGR) desconocen
con certeza el porcentaje preciso de incidencia que tienen
las pandillas en los homicidios que se registran en el paĆ­s.
El subdirector general de la PNC seƱaló ā€œque la falta de un
estudio pormenorizado que determine la vinculación exacta
de grupos de pandillas en los homicidios, hace que estos se
calculen a travƩs de la prƔctica, que oscila entre el 40% y
50% de los crĆ­menesā€.
En cambio, el Departamento de EstadĆ­sticas Forenses del
Instituto de Medicina Legal (IML) sostiene que en 2009 solo
8
el 11,8% de los homicidios estuvo vinculado a pandilleros.
La falta de un estudio técnico y metodológicamente elabora-
do y actualizado sobre los Ć­ndices de la criminalidad es una
deuda en El Salvador, lo cual es evidente, ya que esta infor-
mación nace producto de la investigación del delito, –y como
lo diremos mĆ”s adelante– esta es una falencia medular en el
problema del combate a la delincuencia.
2. Inseguridad en el transporte colectivo
En El Salvador es comĆŗn amanecer sin transporte colectivo
en una ciudad, colonia o barrio como medida de protesta
por la muerte de empresarios, motoristas y cobradores de
autobuses y microbuses, o por el cobro de la denominada
ā€œrentaā€. Pero el paro al transporte colectivo a escala nacio-
nal producto de las amenazas de las maras o pandillas en
la primera semana de septiembre (2010), fue un hecho que
solo tuvo precedentes durante la guerra civil que vivió El Sal-
vador en la dƩcada de los 80.
Al paro del transporte colectivo se sumó el cierre de nego-
cios en todo el paĆ­s (no en un 100%) y un ā€œtoque de muerteā€
promovido por las pandillas en las zonas de Mejicanos y sus
alrededores, que provocó la movilización de tropa apoyadas
con tanques y vehĆ­culos blindados en el gran San Salvador.
AĆŗn cuando la presencia policial y militar fue notoria, la fami-
lia salvadoreƱa vivió –a nuestro juicio– uno de los momentos
mƔs dramƔticos del 2010, por que, contra cualquier anƔlisis,
quedó demostrado el poder de incidencia de las pandillas en
El Salvador.
La ciudadanía reprobó las medidas tomadas por el gabine-
te de seguridad para enfrentar el paro al transporte pĆŗblico.
Ante la pregunta: ĀæAvala las medidas tomadas por el gabine-
te de seguridad para hacerle frente al paro de transporte?, el
78% respondió no. Solo el 22% respondió que sí.
Ante la pregunta: ĀæCree que el presidente debe pedir la re-
nuncia del gabinete? El 61% de los encuestados dijo sĆ­ y el
39% dijo no.
3. Menores de edad victimas y victimarios en
una sociedad violenta.
De acuerdo con el PNUD, las principales expresiones de pre-
ocupación por los menores Centroamericanos, son:
1) Los homicidios de menores y su participación en activida-
des delictivas;
2) El abuso por parte de las autoridades;
3) El maltrato en el hogar;
4) Los abusos sexuales a los que estƔn expuestos;
5) La explotación laboral; y
6) La explotación sexual de carÔcter comercial.
De acuerdo con los registros del Instituto SalvadoreƱo para
el Desarrollo de la NiƱez y la Adolescencia (ISNA) los casos
de maltrato, abuso sexual y explotación sexual con fines co-
merciales, en niƱos y niƱas, se ha incrementado en el paƭs.
El aumento se refleja en la comparación de estas mismas
causas de ingresos con las de aƱos pasados, para el caso:
Por maltrato y abuso sexual ingresó al el 19% de menores
al ISNA en 2007, el 20% en 2008, y en 2009 ingresó un 18%,
y en lo que va del año, ya se superó el 20% de ingresos por
estas causas.
La otra cara de una misma realidad expresa que el 60% de
los delitos que se comenten, por ejemplo, en Santa Ana,
(segundo departamento con mayor Ć­ndice de violencia) son
perpetrados por menores de edad. De acuerdo con datos
9
policiales, el nĆŗmero de menores ligados a homicidios se
ha duplicado, se trata de menores de entre 12 y 16 aƱos,
que son utilizados por las pandillas para cometer diversos
delitos.
De enero a julio de 2009, en Santa Ana, se registró la deten-
ción de 234 menores por diversos delitos, mientras que en el
mismo perĆ­odo de 2010 se capturaron 291, lo que represen-
ta un aumento del 24%.
De acuerdo con datos del ISNA las pandillas reclutan a me-
nores que habitan en las calles para que cometan delitos.
De diez niƱos que deambulan por la calle, que ingresaron al
ISNA, la mitad de ellos fueron localizados en inmuebles que
ocupan las maras para delinquir. El ISNA detalló que estos
jóvenes ya se identifican por medio de los códigos que utili-
zan las pandillas.
El diagnóstico que presenta la situación de los niños es de
alta vulnerabilidad y riesgo. La desintegración familiar, la dro-
godependencia, la violencia domƩstica y la falta de recursos
económicos de los hogares salvadoreños son algunos deto-
nantes de esta patologĆ­a, que pareciera que no ha sido prio-
ridad para la clase polĆ­tica y ni para los gobernantes, pues
supone una respuesta basada en inversión adecuada para
enfrentar el problema, y no sufrir en el futuro las consecuen-
cias de esta irresponsabilidad estatal.
Funcionarios del Isna han sostenido que el problema en la
atención integral de la niñez no radica en la falta de pro-
yectos, sino en la ausencia de dinero para ejecutar dichos
proyectos. No obstante lo anterior, se estĆ” elaborando un
diagnóstico sobre la población infantil en las calles del gran
San Salvador. Estos resultados estarĆ­an listos hasta marzo
del 2011, y servirƔn para empezar a ejecutar los planes de
prevención.
4. La investigación de delito sigue siendo
deficiente
La obligación constitucional de dirigir la investigación del de-
lito corresponde a la FiscalĆ­a General de la RepĆŗblica, para
lo cual recibirÔ la colaboración de la Policía Nacional Civil
(PNC). Concomitante a esta obligación, también corresponde
a la Fiscalía promover la acción penal de oficio o a petición
de parte, así lo establece el Art. 193 de la Constitución de la
RepĆŗblica.
Sin duda alguna, la PNC ha hecho esfuerzos por mejorar su
capacidad de investigación, pero hay decisiones que parecen
tardĆ­as y que debieron tomarse desde el inicio del mandato
presidencial. Muestra de ello es que hasta el segundo se-
mestre del año, la PNC establece como prioridad la creación
de la División Central de Investigaciones, como parte de una
reestructuración de la Subdirección de Investigaciones.
El subdirector de Investigaciones de la PNC ha expresado
que la corporación necesita 600 nuevos investigadores para
que se sumen a los 3.800 agentes dedicados a indagar ho-
micidios, extorsiones, violaciones, entre otros delitos. Señaló
el jefe policial que hay que esperar unos dos aƱos para que
estos nuevos investigadores cursen todo el protocolo que
debe seguirse para convertirse en investigador.
5. Armas de fuego sin control
El Informe de Desarrollo Humano 2009-2010 del PNUD, ex-
presa que en CentroamƩrica circulan cerca de tres millones
de armas fuego y que dos de cada tres de ellas son ilegales.
Guatemala, Honduras y El Salvador son los paĆ­ses con mayor
nĆŗmero de armas ilegales.
En tal sentido, no es coincidencia que estos paƭses tambiƩn
tengan el mayor nĆŗmero de homicidios cometidos con ar-
10
mas de fuego. Expresa el PNUD que en El Salvador mƔs de
la mitad de la población estaría dispuesta a armarse para
defenderse, aunque en su mayorĆ­a se oponen –en teorĆ­a– a
las armas de fuego.
Solo en el oriente del paĆ­s se han decomisado cerca de 1.500
armas de fuego, de estas el 20% eran propiedad de ciudada-
nos que las portaban para su defensa y el resto estaban en
poder de delincuentes.
La PNC sostiene que hay un porcentaje de armas decomisa-
das que se comprobó científicamente que fueron usadas en
delitos varios.
6. La problemƔtica en los centros penales
El sistema penitenciario de El salvador ha colapsado, su ca-
pacidad instalada solo le permite albergar a 8.110 internos;
sin embargo, al 30 de junio del presente aƱo, se contabiliza-
ban 23.840 internos, cantidad que triplica la capacidad de
sus instalaciones.
De estos reclusos, 15.454 tienen la calidad de condenados,
es decir, el 65% de la población total; 8.386 aún estÔn siendo
procesados en los tribunales, cantidad que asciende al 35%
de la población reclusa.
Los datos oficiales revelan que los centros penales con ma-
yor saturación son: El Centro Penal de Mujeres en Ilopango,
que tiene una población equivalente a siete veces mÔs de
su capacidad, le siguen los centros Penales La Esperanza en
San Salvador, el penal de San Vicente y, por Ćŗltimo, el de San
Miguel.
Por otra parte, un total 1.500 elementos de la Fuerza Arma-
da conforman la denominada ā€œFuerza de Tarea San Carlosā€,
destinada a apoyar la seguridad penitenciara en las cƔrceles
de mƔxima seguridad, colaborando en el registro de perso-
nas y seguridad perifƩrica de los centros penales.
Como expresión del Plan de Seguridad anunciado por el pre-
sidente de la RepĆŗblica –y mĆ”s como una respuesta a la ma-
sacre de Mejicanos– la PNC y el ejĆ©rcito realizaron a finales
de junio una megarequisa en los centros penales de Ciudad
Barrios, San Miguel, Zacatecoluca, Chalatenango, San Fran-
cisco Gotera y en la penitenciarĆ­a de Izalco. Los resultados de
esta sección, solo confirmaron la vulnerabilidad del sistema
penitenciario y la falta de concreción de los fines para los
que fueron creados los centros penales y de readaptación.
De acuerdo con declaraciones del subdirector de Ɓreas Es-
pecializadas de la PNC, se decomisaron 189 porciones de
droga, 430 punzones, 23 cuchillos, 22 telƩfonos celulares, 33
chips, 17 baterƭas para telƩfono y 12 cargadores, entre otros
accesorios.
7. Empresas de seguridad privada con poco
control superan en nĆŗmero a los miembros
de la PNC
La División de Registro y Control de Servicios Privados de
Seguridad cuenta con 27 policƭas para supervisar a mƔs de
23.500 agentes de seguridad, que pertenecen a 209 agen-
cias privadas de seguridad, mƔs 14 asociaciones de vigilan-
tes independientes que operan en El Salvador.
No obstante la exigua cantidad de miembros de dicha divi-
sión, han realizado un trabajo de verificación que ha permi-
tido detectar algunas irregularidades en las que incurren di-
chas empresas, tales como: pƩrdida de armas y municiones
que no es denunciada ante las autoridades competentes;
decomiso de armas de fuego por carecer de matrĆ­culas o
con matrƭculas vencidas; algunas empresas estƔn operando
11
sin las autorizaciones de funcionamiento debidas. Por otra
parte, cuando estas empresas cierran sus operaciones, no
existe un control del destino de las armas utilizadas, ni tam-
poco reportan inventarios de estas a la PNC.
Una de las estrategias que estĆ” implantando la PNC para in-
crementar las inspecciones, es descentralizar la verificación
por medio de las delegaciones en las que –en palabras del
Jefe de la División– todavĆ­a hay que capacitar a los policĆ­as
para que realicen esta labor.
Ante esta problemƔtica proponemos:
• Acordar un pacto nacional en el que participen todos los
partidos polĆ­ticos, gremiales empresariales, representan-
tes de sindicatos, agrupaciones del movimiento social,
iglesias, universidades y Gobierno, a fin de establecer
una agenda de aquellos problemas sociales en los que el
consenso determine medidas mĆ­nimas de tratamiento y
solución. Por consiguiente, no se trata de elaborar un do-
cumento y someterlo a la opinión pública, sino potenciar
la coparticipación activa de todos los sectores.
• La depuración de los servidores pĆŗblicos vinculados a
actos de corrupción, abuso de autoridad u otro tipo de
delitos o faltas de los que laboran en las instituciones que
conforman el sistema de seguridad y justicia es imposter-
gable. Instituciones y dependencias como: La PNC, FGR,
jueces, traslado de reos y Dirección de Centros Penales,
deben fortalecer sus oficinas internas de investigación de
personal para corregir conductas reƱidas con la actua-
ción propia de estos servidores públicos, y, en caso de ser
constitutivos de delito, dar aviso a la FGR para su corres-
pondiente acusación.
• Actualmente la Ley Penitenciaria regula el trabajo de los
internos ā€œcomo un derecho y como un deberā€, no como
una obligación, con lo cual se incentiva el ocio. La pro-
puesta consiste en reformar algunas disposiciones de la
Ley Penitenciaria para obligar a los internos a trabajar y/o
a estudiar. El trabajo obligatorio para los internos no viola
la Constitución, sino que es en una forma de readapta-
ción y generación de ingresos para ellos, sus familias y
para indemnizar a la victimas.
• Aprobar de forma inmediata la Ley de Peligrosidad, en la
cual se tipificarían como conductas sujetas a sanción as-
pectos que no estƔn considerados como delitos. Por otra
parte, esta propuesta implica fusionar las faltas del Códi-
go Penal con esta nueva ley. Esta ley tendrƭa un carƔcter
preventivo y, a la vez, punitivo que permitirĆ­a bajar los Ć­n-
dices de delincuencia en el paĆ­s.
12
Comportamiento económico
reciente de El Salvador
Rafael RodrĆ­guez Loucel
RESUMEN
La coyuntura no puede hacer abstracción del antecedente o de los aspectos estructurales que son determi-
nante en el comportamiento económico presente; tampoco un fenómeno económico es aislado; necesaria-
mente es vinculante con lo que acontece en lo polĆ­tico, social y ambiental. Por otra parte, la dependencia de
la economía salvadoreña ha sido mÔs obvia en los últimos veinte años, destacÔndose el ingreso de divisas en
concepto de transferencias familiares del exterior y relativamente menos el proveniente de la venta de pro-
13
Antecedentes
U
n anƔlisis de la economƭa de un paƭs en el contexto eco-
nómico estricto tiene forzosamente que considerar as-
pectos relacionados con la estructura económica (variables
reales), finanzas del gobierno, sector externo, deuda del país
e indicadores financieros. Una vez examinado el comporta-
miento de los datos antes mencionados, se hace necesario
buscar la relación causa-efecto, por cuanto el fenómeno eco-
nómico no es aislado, siempre encuentra su explicación en
sucesos internos y externos, asĆ­ como en factores de Ć­ndole
social y polĆ­tica. Las ciencias sociales se entremezclan, lo
que no permite el centrarnos en una ciencia Ćŗnica y autista
los fenómenos sociales hay que analizarlos en un contexto
de interdisciplinaridad.
La economƭa salvadoreƱa tiene sus particularidades que
no le permiten tener un crecimiento sostenible, carece de
fortalezas natas y presenta muchas debilidades de gƩnesis.
La ubicación geogrÔfica de El Salvador se menciona muy
frecuentemente como una fortaleza, la cual objetivamente
hablando se vuelve relativa o su importancia se sobredimen-
siona. Una debilidad contundente a la que no le hemos pres-
tado la debida atención es que la forma mÔs expedita de
estimular la innovación y el potencial de desarrollarse es la
educación; hacer caso omiso por siempre de este axioma,
esa es una ā€œgran debilidadā€.
Esa identidad de tƭpicamente dependientes y dƩbiles, se pone
de manifiesto en las situaciones de crisis mundial, al no con-
tar con defensas propias que la protejan; los crecimientos del
PIB históricos son casuales y generalmente estÔn vinculados
con impulsores externos (exportaciones, inversión externa,
donaciones, remesas familiares), y dependen en alto grado
de los ciclos económicos que experimentan principalmente
la economƭa norteamericana. Estos incrementos esporƔdi-
cos en el ingreso no tienen impacto positivo en la mayorĆ­a y
se concentran en una minorĆ­a, por lo que el nivel de calidad
de vida de un alto porcentaje de la población se mantiene en
condiciones precarias debido a deformaciones identificadas
con aspectos estructurales, como la desigual distribución
del ingreso; las imperfecciones del sistema (institucional,
polĆ­tico y social); el poco espacio y voluntad del poder eco-
nómico para tomar decisiones de política macroeconómica
acertadas oportunamente; la implantación con rapidez y
con dispensa de trƔmites de medidas transcendentales que
requieren de un consenso nacional, que afectan a toda la
ciudadanĆ­a y que no tienen reversa por su alto costo de solo
intentarlo.
ductos de bienes y servicios. Ese comportamiento es el resultado de una nula productividad y competitividad
que no permite ampliar la base productiva y exportadora del paĆ­s. Los patrones de consumo que no corres-
ponden a los de un país con un nivel de producción bajo, pero si a un ingreso mÔs alto que este último, son
consecuentes con una sociedad con un porcentaje importante de sus habitantes que se acostumbran a las
remesas y desatienden el nivel de preparación bÔsica y su capacidad propia de asimilar y producir tecnología.
La propensión promedio al ahorro y a invertir se han reducido, a lo que se agrega una poca atracción país para
la inversión extranjera. Las autoridades gubernamentales tratan de resolver el dilema de captar mÔs ingresos
y/o promover la riqueza (capacidad productiva). Finalmente es urgente despolitizar el quehacer del paĆ­s, que
se mueven en un entorno de polarización política que obstaculiza las potencialidades de crecimiento natas,
aĆŗn cuando no necesariamente efectivas del paĆ­s.
14
La poca prudencia en el endeudamiento antes de la crisis
es otro proceder que nos indica que no ha existido nunca
una voluntad de los tomadores de decisiones de solventar
o enmendar la irregular conducción de la política macroeco-
nómica por la predominancia de un esquema de intereses
particulares que se sobrepone a los intereses colectivos, ra-
zón por la cual la mayoría de los ensayos de lectura de la ac-
tividad económica de El Salvador son de carÔcter coyuntural,
superficiales y obedecen a patrones de corte internacional.
(A continuación se realiza un breve anÔlisis, tomando como
base información preliminar de las fuentes al final citadas).
Se pretende darle seguimiento al comportamiento económi-
co del país (con informes periódicos y ensayos de encontrar
las respuestas en el presente y el antecedente), a fin de man-
tener informadas a las autoridades de esta universidad, en
primera instancia, y con el objetivo ulterior de tratar de influir
en la opinión pública con un enfoque académico y realista.
El ingreso y sus componentes
La economía salvadoreña presenta un período de involución,
muy lejos de un deseable crecimiento de una economĆ­a nor-
mal, incluso el comportamiento reciente del indicador tra-
dicional de la actividad económica de un país, el Producto
interno bruto (PIB), la sitĆŗa en la de menor crecimiento de la
región centroamericana, fenómeno contrario al antecedente
histórico. En el aƱo 2009 se registró un decrecimiento –3,3%,
comportamiento negativo record desde que se llevan regis-
tros de cuentas nacionales en el Banco Central de Reserva.
El crecimiento de estas sigue siendo proyectado en 1% en
15
2010 y en 2,5% para 2011,¹ las cuales tendrÔn que ser va-
lidadas en el futuro próximo. Ese resultado coincide con un
coeficiente de ahorro y de inversión en relación con el PIB
sumamente bajo, comparado con los registrados en la Ćŗlti-
ma dƩcada: 11,6% y 13,2%, respectivamente. Para el 2010 se
estiman en 12,1% y 15,4%. La economía tendió a cerrase, por
cuanto las exportaciones e importaciones experimentaron
decrecimientos considerables en tƩrminos porcentuales (y
en volumen) -16,5 % y -25,6% respectivamente, claros signos
de impactos mayores en una economía débil de una recesión
a escala mundial que ha afectado al mundo entero, pero con
mƔs fuerza a paƭses como El Salvador, que no han podido
concretar una planificación en términos de niveles altos de
ahorro, inversión, producción y exportaciones (así como una
diversificación de esas dos últimas variables). Para el 2010
se estima un retorno a incrementos de 17,8% y 17,8%. La
brecha comercial se amplió nuevamente, pero sin llegar a al-
canzar los niveles del 2008. Financiera y marginalmente ha-
blando, ese aislado hecho representa un menor daƱo, pero
equivalente, al mismo tiempo, a una reducida recuperación
de la actividad económica congruente con el alto grado de
apertura de la economĆ­a.
En el 2009 tambiĆ©n se registró una tasa negativa de inflación:
0,2% (deflación). En el 2010 y 2011, se estimó una inflación
de 2,1% y 3%, respectivamente. El consumo –componente di-
nƔmico de la demanda que se ha mantenido a niveles consi-
derables–, tanto el privado como el gubernamental, tambiĆ©n
experimentó una reducción. Se considera relevante destacar
que en 15 aƱos el nivel mƔs alto de crecimiento del PIB ha
sido de alrededor de 4%; y en algunos aƱos de ese perƭodo ni
siquiera se ha alcanzado un crecimiento anual que rebase el
crecimiento poblacional, caracterĆ­stica de una economĆ­a con
una pésima capacidad productiva, de ahorro e inversión por
habitante en un coeficiente simple, lo cual se dramatiza con
la inequidad en su distribución, circunstancia que facilita la
incongruencia de que, a nivel nacional, persevere un ingreso
y un gasto por encima de su producto nacional por el flujo de
remesas familiares que envĆ­a la mano de obra laborando en
el extranjero, que no pudo emplearse en el territorio nacio-
nal o que aspiró a niveles de calidad de vida inaccesibles en
su país de origen, una incapacidad de generación de empleo
cada vez mƔs evidente, que amplƭa la pobreza y los ƭndices
de violencia en el país. Según información de Fusades cuya
fuente original en materia de empleo es el ISSS, los niveles
en 2010 todavĆ­a no recuperan los existentes en el perĆ­odo
precrisis, indicador contundente para corroborar la incapacidad
de un sistema para proveer de empleo a sus habitantes en edad
económicamente activa.
El flujo permanente de divisas generalmente se ha traducido
en la mayor importación de bienes de consumo duradero y
no duradero, fenómeno que es observado con al menos dos
ópticas: la primera, que ha contribuido al montaje de una
economĆ­a relativamente sustentada en la dinamia de una in-
termediación de bienes y servicios importados en desmedro
de otras actividades que, como la agricultura y la manufac-
tura, experimentaron una actividad que en su momento se
creyó pudiese asimilarse a un crecimiento incipiente de am-
bas actividades, con la perspectiva de ser estas actividades
generadoras de mayor demanda interna y valor agregados,
que los servicios que en la actualidad se abastecen principal-
mente de productos importados. Lo anterior da pautas para
pensar en la posibilidad de una estrategia que fue concebida
por los propietarios de las pocas cadenas de comercio, ante
la inminente globalización y la falta de competitividad a es-
cala internacional de productos agrĆ­colas y de manufactura
sencilla, como los que caracterizan a la experiencia produc-
tiva del paĆ­s. Una segunda perspectiva (la del vaso medio
lleno) es que ese flujo constante de remesas genera empleo
interno y no genera inflación por tener una gran abertura,
que es el crecimiento constante de las importaciones que
evita la presión sobre la demanda interna.
16
Una tercera óptica, menos analizada, precisamente porque
trasciende el enfoque de coyuntura, es que ese flujo con en-
trada y salida, y que en el tiempo y en el espacio genera valor
agregado concentrado en la intermediación de importacio-
nes, nos distrae del esfuerzo de ser eficaces en la generación
de productos primarios, secundarios y aspirar a incursionar
en la aplicación de la tecnología en la rama de servicios.
ā€œHace cien aƱos pasamos de la agricultura a la manufactura,
y la Gran Depresión (de 1930) es muchas veces vista como el
punto de demarcación global. Y eso significa que los países
realmente deben prepararse, tener los conocimientos y ha-
bilidades para competir en un mercado globalā€ (Joseph Sti-
glitz
1
. Premio Nóbel de Economía). ¿Donde estamos? ¿Qué
camino hemos recorrido? ¿SerÔ que la prÔcticamente nula
innovación en el país es sinónimo de una poca capacidad
de concepción, gestación y ejecución de soluciones tecno-
lógicas propias? Los interrogantes parecieran tener una res-
puesta en el tiempo y en los hechos.
Para 2010 y 2011 se han estimado y proyectado respectiva-
mente, cifras que sugieren un efecto rebote de lo que pudo
haber sido el toque de fondo de la crisis en El Salvador, en
coincidencia con lo que aparentemente se especula en los
Estados Unidos, paĆ­s en el cual ya se habla de una recupera-
ción, aunque todavía no lo suficiente fuerte para compensar
el retraso experimentado. Por ejemplo, en la actividad inmo-
biliaria esa recuperación todavía no es tangible. En el caso
específico de El Salvador las fuentes de cifras tradicionales,
proyectan cifras de la inversión, el ahorro, las exportaciones
y las importaciones, que se comparan con las experimenta-
dos con anterioridad a 2009. La recuperación global en for-
ma mÔs perceptible se observa en el impulso que se gestó
en las exportaciones no tradicionales. En una concepción
realista, esos niveles podrĆ­an considerarse como un retor-
no al comportamiento histórico, pero en ningún momento
como una recuperación. La inflación, por su parte, sĆ­ retorna
a niveles positivos para el 2010 y 2011 (2,1% en ambos aƱos),
en consonancia con la inflación de los Estados Unidos y con
las distorsiones de los precios relativos de la canasta bƔsica
en el paĆ­s, generada en parte por el sistema de subsidios y
tambiƩn por la escasez de productos bƔsicos de relativa im-
portancia en la canasta bƔsica. En vista de que la economƭa
de El Salvador cada vez presenta incapacidad para generar
impulsores de crecimiento internos y, por el contrario, tiene
una mayor dependencia del crecimiento de las economĆ­as
desarrolladas, principalmente la de Estados Unidos, esos ni-
veles y su efecto neto positivo ulterior hacia el interior del
paĆ­s quedan supeditados, en primer orden, a lo que acon-
tezca en ese paƭs en el transcurso del aƱo 2011, a la acer-
tada conducción de la gestión gubernamental en el país y a
la actitud del sector privado para mejorar su productividad
empresarial y, con todo ello, no contrarrestar los aislados im-
pulsos externos que eventualmente se suscitan.
Fusades en su Informe mÔs reciente de coyuntura económi-
ca (octubre- diciembre 2010), consigna los siguientes men-
sajes: 1) La economĆ­a crece poco (impulsada por demanda
externa y contraĆ­da por demanda interna). 2) La recupera-
ción mundial avanza a buen ritmo, mientras El Salvador mÔs
lento. 3) El clima de inversión es negativo. 4) El empleo no
se recupera.
Fusades asevera, en su Ćŗltimo Informe trimestral basado en
su encuesta ā€œDinĆ”mica empresarialā€, que los factores que
mĆ”s influyen en la percepción desfavorable del clima de
inversión, por orden e importancia son: incertidumbre, de-
lincuencia e inseguridad, falta de inversión y bajo nivel de
actividad (por ejemplo, resultó mÔs baja que Costa Rica, Gua-
temala y MƩxico). De lo que se deduce, y en el Informe citado
se asevera en otro contexto, que para recuperar: el creci-
miento, la demanda, el empleo y un favorable clima de nego-
cios se requiere aminorar esos factores negativos y, ademƔs,
lograr la sostenibilidad fiscal y aumentar la competitividad.
Estos Ćŗltimos aspectos se asemejan a los miembros de una
17
ecuación en una relación de causa y efecto directa, y son los
que, guardando su equivalencia, tienen que incrementarse a
niveles mayores para generar una economĆ­a sana y de ma-
yor productividad. Definitivamente, es ā€œla alternativaā€ para el
desarrollo de este paƭs. MƔs productividad, mƔs ingreso, mƔs
impuestos, mƔs gasto social, mƔs empleo, mƔs estabilidad
social.
Finanzas del gobierno y política fiscal
El Gobierno contribuye con acciones que contrarrestan, al
gastar mƔs de lo que percibe. 2009 es el aƱo de referencia
de este informe por ser las últimas cifras definitivas que po-
seen las fuentes tradicionales de generación y procesamien-
to de datos económicos en el paĆ­s. Reflejan una relación de
monto/PIB de 17% y 22,6% para los ingresos y gastos del
gobierno central, habiƩndose reducido 1% el ingreso y au-
mentado el nivel de gasto en menos del 1.0%, mĆ­nimo, pero
con tendencia contraria. También esos coeficientes relativos
han experimentado una ligera alza en los últimos diez años,
pudiendo afirmarse que en el Ômbito del gobierno central
nunca se ha observado un esfuerzo de austeridad en corres-
pondencia con los niveles de ingreso. El balance corriente
del sector público no financiero (ingresos corrientes-gastos
corrientes) se ha vuelto estructuralmente deficitario, con el
agravante de que recientemente el financiamiento externo
ha servido para cubrir parte de ese desajuste, lo que para
una empresa privada serĆ­a una especie de quiebra al no
poder cubrir ni tan siquiera sus gastos de operación. En el
sector público esos desajustes se pueden heredar a través
de una mayor deuda. Consecuentemente, la deuda externa,
tanto en término absolutos como relativos (en relación con
el PIB) ha experimentado una tendencia creciente, a tal gra-
do que desde el 2009 el porcentaje de la deuda en relación
con el ingreso nacional rebasa el 50%, y la proyección para
2011 de que se dispone la sitĆŗa en 54,3%.
La situación cada vez mÔs precaria de las finanzas públicas
adquiere dramatismo cuando se percibe el poco margen de
maniobra, caracterĆ­stico de las autoridades gubernamen-
tales para implantar reformas fiscales con el principio de
equidad como fundamento. El pacto fiscal se maneja no con
criterio de consenso, sino de componendas, tratando de no
afectar privilegios particulares aƱejos, por lo cual no redunda
en incrementos sustanciales para manejar el quehacer eco-
nómico con eficacia e interés colectivo. El efecto regresivo
predomina sobre un sano y transparente efecto progresivo,
y la ancestral cultura del engaƱo y del fraude se ha visto
dimensionada recientemente por una falta de credibilidad
en las autoridades, lo que en definitiva alimenta la evasión,
elusión y el contrabando. Los organismos internacionales,
principalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI), con-
sideran que la reforma de subsidios es clave, puesto que
esta prƔctica ha sido mal conducida y ha representado una
sangrĆ­a de recursos pĆŗblicos. El organismo internacional ci-
tado estima su coste en 1,4% del PIB en 2009; el Gobierno se
ha comprometido a reducir los subsidios al gas propano y a
la electricidad y reorientar esos recursos al gasto social. El
18
acuerdo de Stand By FMI-Goes plantea un ajuste de la carga
tributaria del 2011-2015 de 3,1% del PIB, o sea, de 0,62% por
año, cuando el dato histórico nos indica 0,21 a 5% anual Eso
significaría una triplicación anual de la carga en un contexto
de débil crecimiento económico.
El control selectivo del gasto pĆŗblico, en vista de los obstĆ”-
culos estructurales antes citados, hace difĆ­cil el cumplimien-
to de metas, como las que siempre impone el FMI en sus
acuerdos de Stand by. TambiƩn hay que considerar el pro-
grama de anticrisis que fue adoptado desde junio de 2009,
que perseguía ayudar a mitigar los efectos de la recesión
económica en los sectores mÔs vulnerables de la población
y preservarles un nivel mĆ­nimo de calidad de vida. El gasto
total de este plan se estima que alcance los 575 millones de
dólares, cerca del 1% del PIB. Los pequeños incrementos en
los ingresos, por otra parte, solo podrƔn esperarse por un
esfuerzo continuado en la administración tributaría (mejoras
en la auditoria y control de los grandes contribuyentes). Se
aproximan tiempos de proselitismo, y las medidas económi-
cas se archivan por su ā€œcosto polĆ­ticoā€, lo que harĆ” mĆ”s difĆ­cil
una conducta de disciplina fiscal, como la que requieren los
acuerdos internacionales. El déficit de 2010 se ha financia-
do a través de la reducción de los depósitos del Gobierno,
y en menor cuantía con la colocación de deuda en el mer-
cado interno. El sector público no financiero se amplió y los
gastos de seguridad, por lo consiguiente. El déficit fiscal de
2009 se estima que alcanzó 1.2 billones de dólares (5,4% del
PIB). Para el 2011, los funcionarios del FMI alentaron a las
autoridades del Ɠrgano Legislativo a aprovechar las condi-
ciones del mercado para reorientar 650 millones de dólares
de prƩstamos del Banco Mundial y del Banco Interamericano
de Desarrollo, originalmente destinados para refinanciar el
vencimiento de eurobonos. Con ello se cubre el déficit del
2009 y permite que el gobierno estƩ en capacidad de prestar
hasta 1.1 billones de dólares. Con estos términos el Gobier-
no estÔ habilitado para disponer de 3OO millones de dólares
de deuda con la banca domƩstica (lo que le permite saldar
pagos de 127 millones de dólares de una deuda de inicios
del principio del aƱo) y en noviembre emitir 800 millones de
dòlares con un interés fijo a un plazo de diez años, y con ello
recuperar su calificación financiera a escala internacional, en
vista de que los eurobonos, que vencƭan a mediados del aƱo
pasado, estaban contratados en condiciones onerosas y sig-
nificaban un effective yield de 7,375 % a corto plazo. Se espe-
ra contar con la aprobación completa del programa de prés-
tamos en breve. Cabe aclarar, segĆŗn recientes indagaciones
realizadas, que el nuevo arreglo con el FMI es un hecho, y los
fondos de tres veces la cuota con ese organismo se tienen
como fondos de contingencia que, de utilizarse, conllevarĆ­a
un arreglo especial en que el Gobierno de este paĆ­s tendrĆ­a
que someterse a implantar diversas medidas relacionadas
con la política comercial y financiera. Un esquema similar
existe en MƩxico.
La Ćŗnica salida para el paĆ­s es el trabajo de una sociedad
dispuesta a trabajar en consenso y, por primera vez, des-
politizada y con intereses colectivos definidos y trasparen-
tes En todo caso, el Gobierno tiene que emplearse a fondo
para la implantación de nuevas medidas en un escenario que
presenta mucho riesgo político. Si el financiamiento exter-
no no pudiese materializarse, porque no lograse el soporte
necesario que se requiere de la Asamblea Legislativa para
adicionales reformas, el gasto deberĆ” ser irremediablemen-
te reducido para evitar el incumplimiento de compromisos
financieros a corto plazo en el mercado doméstico.
SECTOR EXTERNO Y DEUDA
El déficit en cuenta corriente externo crónico se redujo en
2009, aun cuando se prevƩn leves incrementos para 2011 y
2012. El saldo de la deuda del sector público en relación con
el PIB, ya mencionada, es preocupante: 52,2% en 2009, con
posibilidad de llegar a 55,o% en 2011, en un escenario pesi-
mista, y reducirse hasta 51,5% en un escenario optimista, lo
que se constituye en uno de los principales obstƔculos para
19
las posibilidades de crecimiento del paĆ­s. La deuda externa
con respecto a la deuda total del paĆ­s fue de 60,5 % para
2009, y su importancia en la estructura de la deuda total se
estima que persistirÔ en los siguientes dos años. La inversión
extranjera directa en relación con el PIB se ha reducido 2,7%
en comparación 6,9%.
Aspectos monetarios vulnerabilidad externa
e indicadores de liquidez
Entre los aspectos de mayor relevancia de este apartado,
ademÔs de que se mantiene la dolarización, se encuentra la
menor dinƔmica que presenta la oferta monetaria M2 circu-
lante y cheques de solo 1,2% anual. En igual forma, llama la
atención la reducción en el porcentaje del crédito doméstico
en relación con el PIB: 46,85% en el 2009, el mÔs bajo que re-
gistra las cifras disponibles desde el aƱo 2000 (ver anexo). La
baja del crecimiento de la liquidez en el paĆ­s en los Ćŗltimos
aƱos es impresionante, y no por lo que reflejan las cifras a
escala macroeconómica, sino por lo que personalmente se
escucha del empresario en todo Ɣmbito, principalmente del
pequeño y mediano, de sus dificultades de obtener crédito
de la banca actual de propiedad extranjera. La relación cré-
dito domestico con respecto al PIB fue de 46,8% en 2009, en
comparación con 52,8% que registró 2010. En el pasado mÔs
lejano, ese coeficiente debió de haber sido mayor. El ratio
de liquidez actual es de aproximadamente 70.0, comparado
con 114.6 que registró el año 2000. El indicador de vulne-
rabilidad externa medido por deuda externa de corto plazo,
mƔs el perƭodo de vencimiento de la deuda externa de largo
plazo, mÔs los depósitos de los no residentes por encima de
un aƱo de vencimiento; todo con respecto al saldo de reser-
vas internacionales (se entiende, en poder del BCR) presenta
una tendencia hacia la baja desde 2005 en que se registró el
coeficiente mÔs alto 167.0. Este indicador de vulnerabilidad
externa es estrictamente financiero y difiere del que se co-
noce en el Ɣrea comercial.
Prospectiva paĆ­s
MƔs allƔ de los problemas del momento, denominados por
la inmensa mayorĆ­a como coyunturales, se encuentran los
20
problemas estructurales del paĆ­s y de toda su existencia
como nación. Un acuerdo con el FMI ayuda a la austeridad,
pero limita la libertad de acción. Son patrones que se preten-
de adaptarlos a todos los paƭses que optan por prƩstamos
de contingencia y acuerdos de Stand by. El mayor grado de
cumplimiento de metas (referidas generalmente a lĆ­mites
de déficit fiscal y endeudamiento externo público y priva-
do) son necesarios para un gobierno que desea implementar
reformas impositivas sin perder popularidad, escudƔndose
en que existen acuerdos internacionales que respetar, pero
limitan el crecimiento cuando la supervisión de los límites
de crƩdito entorpece la dinamia productiva de un paƭs. Cuan-
do un país como El Salvador pasa por una situación de es-
tancamiento, de falta de credibilidad gubernamental, lĆ­mites
de endeudamiento rebasados y opciones de crecimiento
prÔcticamente nulas, y desea concretar un pacto fiscal; un
acuerdo con el FMI (con condiciones financieras extremas,
seguramente) se plantea como salida, y su cumplimiento se
vuelve estratƩgico para acceder a prƩstamos de mayor pla-
zo de otros organismos internacionales, como son el BID y
el BM. El programa de soporte de tres aƱos con el FMI es
el tiempo justo y necesario para que el paĆ­s tenga la opor-
tunidad de recuperarse de los efectos de la crisis, que han
sido mƔs profundos y dilatados en El Salvador que en otros
países vecinos, que estaban productiva y financieramente
preparados. Tres años también son el tiempo suficiente para
respaldar el pacto fiscal y la reforma fiscal que ello conlleva,
y asĆ­ sentar las pautas del programa social ambicioso que el
Gobierno actual quiere implantar. Incluso el programa, como
un todo, serviría para que la comunidad financiera se consti-
tuya en un catalizador de la capacidad del paĆ­s en el manejo
de un programa financiero integral.
Cuando la situación es crĆ­tica, –como es el caso de El Salva-
dor–, el poder de negociación es bastante limitado y estĆ” ex-
puesto a una ā€œcondicionalidad duraā€ que atenta contra su in-
dependencia de gobernar. El FMI ha sido bastante criticado y
ha cargado con la culpabilidad de los desajustes financieros
profundos (chivo expiatorio) de varios paĆ­ses. Sin embargo,
el beneficio de la duda persiste, sobre todo para países que
se caracterizan por una polarización política extrema, que no
da cabida al consenso requerido para implantar polĆ­ticas que
se vuelven oportunas y necesarias. Un ejemplo es la reforma
fiscal, en la cual el FMI solo fija metas (cuotas, saldos, lími-
tes), pero no se inmiscuye en la calidad del ajuste; y es aquĆ­
donde un gobierno no comprometido debe de aprovechar
para establecer una política fiscal que, ademÔs de lograr la
austeridad, permita cumplir por primera vez con el principio
de equidad, objetivo por excelencia de esa polĆ­tica.
El gobierno actual tiene la oportunidad de un nuevo arreglo
con el FMI y de negociar un nuevo programa de soporte con
el FMI (en febrero de 2009 se realizó un acuerdo). Un nuevo
acuerdo podrƭa ser un arreglo de tres aƱos para fundamen-
tar una confiabilidad en la preservación de una estabilidad
macroeconómica. Se ha tenido acceso al reporte del año
pasado del staff del FMI, en el cual se proponĆ­a un nivel de
acceso de 300% de cuota (SDR 513.9 millones), con un segui-
miento de revisiones semestrales. Existen consideraciones
de orden tƩcnico de mucho fondo que ameritan un anƔlisis
exhaustivo, y personalmente considero que muchas de ellas
le darían fortaleza a un pacto fiscal y a una política financiera
adecuada, considerando los tiempos difĆ­ciles que atraviesa
el paƭs; pero son las autoridades polƭticas las que tomarƔn las
decisiones en las cuales el costo polĆ­tico prevalecerĆ”.
1/ REFERENCIAS
- Reportes del Banco Central y pƔgina web de esa misma enti-
dad. Informes de coyuntura económica de Fusades
- Fuentes disponibles de datos: Misión del Fondo Monetario In-
ternacional y Moody“s Statistical Handbook Country Credit.
Noviembre de 2010.
20
21
Del entrampamiento perfecto
a la transformación de El Salvador
en la primera mitad del siglo XXI
Alberto Arene
EconomĆ­sta, asesor de la rectoria y miembro del Senado Consultivo de la UTEC.
Introducción
U
n sentimiento cada vez mƔs generalizado de pesimis-
mo, incertidumbre e impotencia se ha apoderado de
los salvadoreños en los últimos años. Algunos de los factores
que lo explican son: el deterioro de la situación económico-
social y la ausencia de un horizonte de certidumbre y progre-
so; los altĆ­simos niveles de criminalidad e impunidad diversa;
y el conocimiento ciudadano de la mediocridad, corrupción
y falta de talante democrƔtico y modernizador de una buena
parte del liderazgo de la irreformable partidocracia.
La situación que hoy vivimos es producto de los efectos eco-
nómicos y sociales acumulados de la guerra (1980-1991) y
de la instalación del modelo patrimonialista/neoliberal en el
Ômbito político-institucional y económico-social en la post-
guerra (1991-2009). Este se caracterizó por un decreciente
crecimiento económico y una limitada integración social que
insertó al paĆ­s a la globalización, al revĆ©s, ā€œexportandoā€ mu-
cha gente, importando muchos bienes y servicios, y expor-
tando muy pocos. Una economĆ­a cada vez mas incapaz de
producir, redistribuir riqueza y crecer y un sistema polĆ­tico
fueron incapaces de realizar las reformas para profundizar
y consolidar la democracia y desarrollar la institucionalidad.
Es este modelo el que nos llevó a la crisis actual, agudizada
por los efectos de la crisis económica internacional. Es este
modelo el que estÔ históricamente agotado.
Por eso afirmamos que la problemÔtica que enfrentamos es
de naturaleza estructural, y su superación depende, priorita-
riamente, de una nueva visión y una estrategia de desarrollo
que sean capaces de generar un gran respaldo y fuerza na-
cional con gran apoyo regional e internacional, para su pro-
gresiva implantación. Esto tomarÔ muchos años y una enor-
me determinación y constancia de las fuerzas democrÔtico-
progresistas y de la modernidad. Pero debemos comenzar, y
avanzar sin tregua ni pausa hasta que volvamos realidad una
nación democrÔtica, segura, próspera y solidaria que vea su
futuro con alegría y confianza.
Ser territorialmente pequeƱos no nos obliga ni compromete
a seguir pensando y actuando en pequeƱo. Debemos pensar
y actuar en grande.
I. Antecedentes históricos
Un siglo duró aproximadamente el llamado capitalismo oli-
gÔrquico salvadoreño (1880-1980). Surgió a partir de una ma-
22
triz monoproductora-exportadora del café, el último cuarto
del siglo XIX, consolidƔndose en el primer cuarto del siglo
XX, conformando con la dictadura militar, hasta finales de los
40, una autĆ©ntica ā€œRepĆŗblica cafetaleraā€.
Dicho modelo se transformó en las tres décadas siguientes
(1950-1970) con la diversificación del modelo agroexpor-
tador (café, algodón, caña de azúcar, camarones) y con el
impulso de un modelo de industrialización ligera de bienes
de consumo, posibilitando altas de crecimiento y el surgi-
miento de las clases medias urbanas. Dicha industrialización
fue posible con la creación del Mercado Común Centroame-
ricano que dio lugar a una suma de pequeƱos mercados en
expansión protegidos por un arancel común subregional,
estimulando y viabilizando un proceso de industrialización
sustitutiva de importaciones en los mercados nacionales, y
de exportaciones a los mercados centroamericanos primero
y al exterior despuƩs.
Este modelo económico se desmanteló progresivamente en
las siguientes tres dƩcadas (1980-2010). Primero en los 80
con la reforma agraria y la nacionalización de la banca y del
comercio exterior, las guerras y las crisis prolongadas en El
Salvador y el CA-4. Luego, con la llegada de Arena al poder li-
derado por un grupo empresarial modernizante, que impulsó
en los 90 un nuevo modelo de liberalización de mercados y
privatizaciones de la banca, los seguros, el sistema de pen-
siones, las telecomunicaciones y la distribución de la energía
elƩctrica, cuyas compaƱƭas desarrollaron nacional y regio-
nalmente, vendiƩndolas a grupos extranjeros en la primera
dƩcada del siglo XXI.
Un nuevo modelo económico, liderado en sus inicios por Fu-
sades, y la reforma polĆ­tica e institucional resultante de los
acuerdos de paz fueron los dos ejes del proyecto polĆ­tico-
económico hegemónico en El Salvador en las últimas dos
décadas. Pero este proyecto no se implantó consistente y
sostenidamente según el diseño original de Fusades apoya-
do por el Dr. Harberger, de la Universidad de Chicago, quiƩn
propuso un modelo de crecimiento liderado por las exporta-
ciones. Su ejecución específica en los tres primeros gobier-
nos de Arena fue determinada considerablemente por los
23
intereses particulares del grupo empresarial modernizante
liderado por el empresario y presidente del primer Gobierno
de Arenero, Alfredo Cristiani.
El modelo y/o esquema económico específico que se impuso
y ejecutó se agotó progresivamente a partir de 1997: 1) con
el prolongado estancamiento del crecimiento económico,
con una macroeconomĆ­a estructuralmente desequilibrada
y desestabilizada –déficits comercial y fiscal y deuda pĆŗbli-
ca en los lĆ­mites superiores– y un rĆ©gimen dolarizado que
congeló el tipo de cambio, eliminando la autoridad y política
monetaria; y 2) con el estancamiento e involución política/
institucional prolongados, desde que se implantaron la pri-
mera generación de reformas resultantes de los acuerdos
de paz (1992-1996).
Adicionalmente, los efectos de la crisis económico-financie-
ra internacional, la llegada de la izquierda al gobierno en el
2009, la crisis y división de la derecha y la profunda recom-
posición política en curso terminaron de darle el golpe de
gracia al modelo llamado neoliberal, ejecutado bajo una im-
pecable lógica patrimonialista, agotÔndose progresivamente
el modelo/esquema económico gestionado en las últimas
dos dƩcadas.
II. La globalización y la centroamérica de dos
velocidades
Con los acuerdos de paz finalizaron las guerras y se fundaron
las democracias por primera vez en la historia de Guatema-
la, Honduras, El Salvador y Nicaragua (CA-4), coincidiendo la
post guerra fría y la globalización de los 90 con la profundi-
zación de la ofensiva neoliberal iniciada en los 80 en Latino-
amƩrica.
Durante las guerras y la crisis de 1979 a 1990, el Producto in-
terno bruto (PIB) per cƔpita se redujo 20% en el CA-4, mientras
en Costa Rica y PanamĆ”, sin guerras, se redujo 6%. De 1991 al
2010 el CA-4 creció solo 34.1%, mientras Costa Rica y PanamÔ
crecieron 80%. En el 2010 el PIB per cƔpita del CA-4 fue solo
5.8% mayor al de 1978 –el mĆ”ximo nivel de la pre-guerra–,
mientras el de Costa Rica y PanamĆ” fue 78% mayor. Fue en
el perƭodo de paz y democracia que la CentroamƩrica del sur
dejó muy atrÔs a la del norte, profundizÔndose la Centroamé-
rica de dos velocidades. Su inserción diferente a la globaliza-
ción en las últimas dos décadas explicaría semejante brecha.
Fuente: Elaboración propia con base a datos del Banco Mundial.
24
La nueva recomposición geopolítica y geoeconómica trans-
formó radicalmente el contexto estratégico internacional. El
capitalismo global, la liberalización y la apertura de las eco-
nomías de mercado, la exacerbación de la competencia y la
conformación de grandes bloques económico-comerciales
en el marco de un nuevo orden hegemónico internacional
democrƔtico-conservador, tenderƭan a ser, en adelante, refe-
rentes determinantes de una nueva época histórica con un
proceso de creación y concentración acelerada de riqueza
a escala global.
Paralela y sinérgicamente la revolución científico-tecnológi-
ca y la nueva era digital y de las comunicaciones, en la lla-
mada aldea global abrieron un profundo cambio civilizatorio,
un cambio de época que transformó progresiva e irreversi-
blemente el funcionamiento societal a escala mundial.
Las dos dƩcadas de la postguerra en CentroamƩrica (1990-
2009) donde se implantaron las reformas para desarrollar
la democracia y liberalizar y abrir las economĆ­as, coinciden
con las dos dƩcadas de las mayores y mas diversas transfor-
maciones comprimidas de la historia de la humanidad: 1) La
caída del socialismo real y la desintegración de la órbita so-
viética; 2) La conformación de los grandes bloques geopolíti-
cos y económicos-comerciales (la Unión Europea, el bloque
norteamericano, el Asean); 3) El resurgimiento de la demo-
cracia y de los derechos humanos como referente polĆ­tico
fundamental; 4) El desarrollo de la era de la globalización,
la revolución científico-tecnológica y la sociedad del co-
nocimiento; 5) La liberalización e internacionalización de
las inversiones y el comercio acompaƱados del boom del
transporte aƩreo y marƭtimo; 6) La emergencia de China y de
la India como potencias económicas, que con los tigres asiÔ-
ticos conforman el eje económico de mayor crecimiento en
la economĆ­a, el comercio y el transporte mundial.
Dichas transformaciones científico-tecnológicas, geoeconó-
mico-comerciales y geopolíticas, y la nueva configuración
del poder económico y político-institucional resultante, pa-
saron a constituir el centro motor de las transformaciones a
escala mundial, determinando los espacios y oportunidades
de las grandes naciones, y de las medianas y pequeƱas na-
ciones de la periferia del sistema mundial, las centroameri-
canas incluidas. Aquellas naciones que no logren insertarse
inteligentemente y saquen el mƔximo provecho de dichas
transformaciones, fortaleciendo la democracia y la institu-
cionalidad y creando competitiva y sostenidamente riqueza,
y distribuyƩndola mucho mƔs equitativamente, someterƭan
a sus pueblos a la pobreza, a la división, a la confrontación,
a la violencia y a la irrelevancia crecientes, caldo de cultivo
del crimen organizado, del narcotrÔfico internacional y de
los radicalismos y populismos de cualquier signo. La historia
nos enseƱa que ā€œuna vez la gente es desprovista de la espe-
ranza de una mejor vida para ellos y sus hijos, las sociedades
basadas en el consenso muy probablemente fracasarĆ”n.ā€
1
Con la crisis financiera y económica internacional y sus
efectos mundiales concluye un ciclo histórico internacional
de tres dƩcadas de hegemonƭa conservadora con grandes
consecuencias para el mundo y CentroamƩrica: 1) El orden
neoliberal de las últimas tres décadas ha sido cuestionado
internacionalmente, y un nuevo consenso estarĆ­a surgien-
do en torno al imperativo de una mayor regulación de los
mercados financieros y un papel fortalecido del Estado y de
sus instituciones nacionales e internacionales en el desarro-
llo. La inclusión social y la lucha contra la pobreza vuelve a
1
Martin ļæ½olf, prefacio al libroMartin ļæ½olf, prefacio al libro Why Globalization Works.The Case for a Global Market Economy, Yale University Press, 2005.
25
estar en el primer lugar de la agenda internacional en gene-
ral, y de los paƭses centroamericanos en particular, los mƔs
desiguales en LatinoamƩrica, el continente mas desigual del
mundo. 2) Costa Rica y PanamĆ” han entrado en una etapa de
mayor aprovechamiento de la globalización para profundizar
sus modelos de desarrollo, siendo sus Ć­ndices de desarrollo
humano y sus perspectivas de crecimiento mucho mƔs alen-
tadores. 3) Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador,
cada uno con sus particularidades, experimentan prolon-
gados deterioros polĆ­tico-institucionales y estancamientos
económico-sociales, identificÔndose claramente una Cen-
troamĆ©rica de dos velocidades: ā€œHay una CentroamĆ©rica de
dos velocidades: una al sur que crece y avanza con mayor
claridad de propósitos (Costa Rica y PanamÔ), y otra al norte
del río San Juan, lerda y empantanada, que no acaba de defi-
nir rumbo y apuesta estratƩgica (Guatemala, Honduras,
El Salvador y Nicaragua)ā€¦ā€
2
4) Un nuevo ā€œparadigmaā€ y
eje latinoamericano de gobiernos impulsa, desde el poder,
un nueva ā€œopción de desarrollo y emancipación de los pue-
blosā€ con el llamado ā€œsocialismo del siglo XXIā€, con estra-
tegias específicas de implantación en Nicaragua, Honduras
y El Salvador, sacando provecho del agotamiento histórico
del modelo político-institucional y económico-social de las
últimas dos décadas.
Mientras el CA-4 se insertó a la globalización al revĆ©s, ā€œex-
portandoā€ mucha gente y pocos bienes y servicios, Costa
Rica y PanamĆ” hicieron lo contrario, habiendo creado las
condiciones para que esto fuera posible. Es imperativo la
transformación del agotado modelo político-institucional y
económico-social de la post guerra en Guatemala, Honduras,
El Salvador y Nicaragua.
III. El agotamiento del modelo económico-
social y polĆ­tico-institucional de la post-
guerra en El Salvador
En su dimensión político-institucional, tal modelo se centró
en la desmilitarización de la sociedad y la supeditación de las
Fuerza Armada al poder civil, asĆ­ como en la garantĆ­a formal
de los derechos humanos, civiles y políticos. Pero no avanzó
en los derechos económicos y sociales, en la promoción y
fortalecimiento de la cultura democrƔtica, ni en las reformas
político-institucionales de segunda generación, que habrían
priorizado la transformación del Ɠrgano Judicial, del Ministe-
rio PĆŗblico, de la Corte de Cuentas y del sistema de partidos
polĆ­ticos, cuyo anquilosamiento estĆ” en el origen de la de-
bilidad institucional que padecemos. Los partidos polĆ­ticos
en El Salvador, y en particular en el CA-4 en general, son el
eslabón mÔs débil de la democracia y el origen último de la
debilidad del resto de instituciones democrƔticas.
3
Como es
conocido en el anƔlisis de sistemas, un sistema es tan fuerte
como lo es su eslabón mÔs débil.
En su dimensión económico-social, el modelo de la post
guerra fue de baja inversión y lento crecimiento, impulsado
no por la producción y las exportaciones, sino por el con-
sumo y las importaciones financiados por remesas familia-
res crecientes a partir del Ʃxodo de mƔs de dos millones de
salvadoreƱos que, desde el inicio de los 80, salieron hacia
Estados Unidos, CanadĆ”, Australia y otros paĆ­ses, producto
de la guerra y de la falta de oportunidades. Las migraciones
y las remesas familiares, ademƔs de equilibrar las cuentas
externas y paliar los déficits de la economía familiar, fueron
la principal fuente de movilidad social, ocultando asĆ­ la au-
sencia tanto de una polĆ­tica productiva-exportadora como
de una verdadera polĆ­tica social.
2
Roberto Rubio, ā€œLa CentroamĆ©rica de dos velocidadesā€, La Prensa GrĆ”fica, 8 de marzo, 2010
3
El tĆ©rmino ā€œel eslabón mĆ”s dĆ©bilā€ fue tomado de Thomas Carothers, ā€œConfronting the Weakest Link. Aiding Political Parties in New Democraciesā€. Carnegie Endowment for
International Peace.ļæ½ashington D.C. 2006.
26
4
Los datos presentados a continuación incluyen la mÔs reciente actuzalización presentada por el presidente del Banco Central de Reserva el 7 de Abril del 2011.
De esta manera, la inserción a la globalización de El Salvador promovida por este modelo ha sido considerablemente impro-
ductiva, pues no se basa en el estímulo y promoción de inversiones nacionales y extranjeras para incrementar sostenida-
mente la producción y exportación de bienes y servicios diversos, sino en la ā€œexportaciónā€ masiva de gente y en la impor-
tación masiva de bienes y servicios.
Así, sin estrategia de desarrollo productivo-exportador y de incorporación del progreso técnico, los diversos tratados de libre
comercio han disparado el déficit comercial, sin que se atrajese inversión y tecnología extranjeras para fortalecer la base
productiva y exportadora nacional, crear empleos de mejor calidad y generar y multiplicar ingresos diversos.
Los resultados son contundentes:
4
1) Crecimiento económico lento y decreciente: de un crecimiento anual de 2,6% del PIB
per cƔpita en los 90, a un crecimiento de solo 1,7% anual en la primera dƩcada del 2000. En el 2010, el PIB per cƔpita de El
Salvador fue apenas 15 % mayor que el nivel histórico mÔximo previo a la guerra (1978).
2) Crecimiento del Consumo mayor que la Producción: La producción fué mayor que el consumo entre 1% y 5% de 1990 a
1998, decreciendo desde entonces hasta equilibrarse en el 2003-2004. Desde entonces el consumo superó a la producción
en 2.4% en el 2005, 3.7% en el 2006, 6.1% en el 2007 y 7.6% en el 2008 consolidÔndose un patrón de crecimiento del consu-
mo mayor que la producción.
Fuente: Elaboración propia con base a datos del Banco Mundial.
2010
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
1994
1992
1990
1988
1986
1984
1982
1980
1978
1976
1974
1972
1970
1968
1966
1964
1962
1960
Fuente: Elaboración propia con base a datos del Banco Central de Reserva.
27
3) Creciente déficit comercial: de un déficit anual de 10,6% del PIB en los 90 a un déficit del 18% del PIB en la década del 2000
(18% en el 2008; 23% en el 2009; 17,5% en el 2010).
4) Creciente déficit fiscal: de un déficit anual de 1,8% del PIB en los 90 a un déficit de 3,4% del PIB en los 2000 (alcanzando
5,6% el 2009 y 4,2% en el 2010).
Fuente: Elaboración propia con base de datos del Ministerio de Hacienda.
Fuente: Elaboración propia con base de datos del Banco Central de Reserva.
28
5) Creciente endeudamiento pĆŗblico: del 59% del PIB en 1991 al 33% en el 1998; 53% el 2009 y 56% en el 2010, nivel de en-
deudamiento que tiende a aumentar y aproximarse al nivel que tuvimos al finalizar la guerra.
6) Los salarios mínimos reales, al finalizar la década de los 2000 son equivalentes a los de principios de la década de los 90.
No obstante el bajo crecimiento promedio de la economƭa y una dƩbil polƭtica social, la pobreza se redujo de 59% en 1990 a
37,8% en el 2009, lo que se explica principalmente por las migraciones de dos millones de salvadoreƱos y 40 mil millones de
dólares, aproximadamente, de remesas familiares en las últimas dos décadas. Las remesas familiares, ademÔs de equilibrar
las cuentas externas y paliar los déficits de la economía familiar, fueron la principal fuente de movilidad social, ocultando la
ausencia de una polĆ­tica productiva-exportadora y de una verdadera polĆ­tica social.
Fuente: Elaboración propia con base de datos de la Digestyc y del Ministerio de Economía.
Fuente: Elaboración propia con base de datos del Ministerio de Hacienda.
29
De esta manera, la inserción a la globalización de El Salvador
promovida por este modelo ha sido improductiva, pues no se
basa en el estímulo y promoción de inversiones nacionales y
extranjeras para incrementar sostenidamente la producción
y la exportación de bienes y servicios diversos, sino en la
ā€œexportaciónā€ masiva de gente y la importación masiva de
bienes y servicios. Es un modelo de inserción al revés, que ha
ā€œexportadoā€ mucha gente, importado muchos bienes y servi-
cios y exportado relativamente pocos.
Sin motores del crecimiento, con grandes desequilibrios ma-
croeconómicos, endeudamiento público altos y crecientes,
el agotamiento del modelo nos ha conducido a la crisis es-
tructural actual, que se agravarÔ aún mÔs por la disminu-
ción irreversible de las migraciones y de las remesas, y por
la crisis fiscal del Estado. Bajo el modelo actual, el Estado ya
no puede hacer frente ni a las obligaciones mĆ­nimas de la
deuda pĆŗblica, social, medioambiental y de infraestructura ni
a futuros y probables desastres naturales y crisis económico-
financieras internacionales.
NingĆŗn paĆ­s puede subsistir ni desarrollarse consumiendo
mƔs de lo que produce, exportando pocos bienes y servicios
e importando casi todo con los ingresos del Ʃxodo masivo de
su gente. AĆŗn menos cuando las remesas son irreversible-
mente decrecientes. Este es el caso de El Salvador y tambiƩn
del CA-4.
La situación nacional es de una complejidad mucho mayor
de lo que una buena parte del liderazgo nacional comprende
o estÔ dispuesto a aceptar. El agotamiento histórico del mo-
delo político-institucional y económico-social de las últimas
dos dƩcadas ha generado y explica esta crisis estructural.
EntiƩndase: el modelo de la post guerra ya no da para mƔs.
La situación nacional solo podrÔ mejorar sustancialmente
cuando se instale una nueva visión y estrategia de desarro-
llo de la nación de mediano y largo plazo que pueda, com-
petitiva y sostenidamente, crear riqueza y distribuirla mejor,
asegurando la gobernabilidad democrƔtica y la seguridad
pĆŗblica, impulsando para ello, sin tregua ni pausa, las refor-
mas estructurales que sean necesarias. Esto requiere de una
nueva mayorĆ­a polĆ­tica y social capaz de impulsar un nuevo
consenso estratƩgico nacional para la prosperidad y la go-
bernabilidad democrƔtica sostenida.
Fuente: Elaboración propia con base de datos del BCR y EHPM.
30
IV. La herencia que recibió el Gobierno
de Funes: el entrampamiento perfecto
Cuando Mauricio Funes fue electo presidente de la RepĆŗblica
el 15 de marzo de 2009 –despuĆ©s de veinte aƱos consecuti-
vos de gobiernos de Arena–, la situación del paĆ­s estaba muy
deteriorada. La crisis financiera internacional había golpeado
severamente estructuras económicas, sociales, de seguridad
e institucionales muy precarias, afectando mƔs fuertemente
a El Salvador que al resto de paĆ­ses latinoamericanos, solo
después de México, configurÔndose la tormenta perfecta.
Desde entonces comenzó a enfrentar la severa crisis econó-
mica, social y de seguridad con limitados recursos financie-
ros e institucionales y las mayores expectativas históricas de
cambio: el entrampamiento perfecto.
En mayo de 2009, el gobierno saliente y el entrante, acorda-
ron un plan financiero de $2,753.5 millones de dólares que
aprobó la Asamblea Legislativa, $950 millones provenientes
de organismos multilaterales financieros y $1.803.5 millones
de la emisión y colocación de bonos. De los $950, 650 se re-
orientaron para apoyo presupuestario, incluidos 200 para fi-
nanciar necesidades urgentes de caja, y $300 para proyectos
de inversión social, mientras los $1.803.5 millones de dólares
restantes sirvieron para reestructurar la deuda de corto a
largo plazo ($800 millones, para el pago anticipado o vencido
de la deuda de los Eurobonos ($653.5millones, para cancelar
los certificados fiduciarios de educación, paz social y segu-
ridad ciudadana emitidos en el 2007 ($183 millones y para
completar las inversiones de obras en educación y seguridad
pública no cubiertas con dicho fideicomiso ($167 millones.
La deuda pública neta en el 2009 se incrementó sustancial-
mente, pero mejoró su perfil financiero, disminuyendo sus
tasas de interés y transformando las tasas variables en fijas,
y aumentando el perĆ­odo de vencimiento.
Sin autoridad ni polĆ­tica monetaria y una banca de fomento
reducida a su mínima expresión, con una banca privada sin
otorgar créditos para la actividad económica, la productiva
en particular, el nuevo gobierno tuvo limitados recursos y
herramientas para enfrentar semejante caĆ­da de los ingre-
sos, de la demanda y del empleo, mientras la economĆ­a de
Estados Unidos solo comenzó su recuperación nueve
meses despuƩs.
El día de la toma de posesión respecto al año anterior, las
remesas familiares fueron 10% menores, las exportaciones
16% y las importaciones 29%. El producto interno bruto (PIB)
se redujo ese año 4,6%, el déficit fiscal se incrementó al 5,6%
y la deuda pĆŗblica al 53%.
Fuente: Elaboración propia con base de datos del BCR y el Ministerio de Hacienda.
31
Los homicidios dolosos aumentaron 40% en el primer semestre del 2009 respecto al 2008, para un aumento de la tasa anual
de 36%, incrementƔndose de 55 a 72 por cien mil habitantes, de 3.179 homicidios en el 2008 a 4.349 en el 2009.
El gasto en salud en el 2008 fue del 1,14% del PIB (frente
al 6,4% en LatinoamƩrica) y 7,6 % del presupuesto nacio-
nal. El sistema de salud heredado se caracterizó por la baja
inversión en salud pública y la baja cobertura de la red de
servicios, de medicamentos, déficits de personal, e infraes-
tructura y equipos inadecuados y obsoletos.
El gasto en educación en el 2008 fue 2,78 % del PIB (frente a
7,3% en AmƩrica Latina) y 18,4% del presupuesto nacional.
27% del grupo en edad escolar se encontraba fuera del sis-
tema, la tasa de deserción era de 6,2%, la tasa de repitencia
global de 4.9%, la nota promedio global real de la Prueba de
Actitudes y Aprendizaje para Egresados de Educación Me-
dia (Paes) fue de 4.99. Las nuevas autoridades encontraron
ausencia de estudios que orienten la creación de carreras
universitarias segĆŗn las necesidades del paĆ­s, gran atraso
en la enseƱanza de las ciencias, matemƔticas y lenguaje en
todos los niveles, limitado desarrollo del arte, la cultura, la
recreación, el deporte y la investigación científica, y una fal-
ta de vinculación de la escuela con la comunidad.
En síntesis, el gobierno de Funes heredó una enorme deuda
social acumulada en un paĆ­s sin institucionalidad y con alta
polarización polĆ­tica y conflictividad social agravadas por la
crisis, volviéndose el diÔlogo y la negociación un recurso
obligado del nuevo Gobierno.
En lo polĆ­tico, las tensiones del presidente y su equipo con la
dirigencia del FMLN se agudizaron con la elección del Gabi-
nete de Gobierno, de los directores de las instituciones au-
tónomas y de algunos embajadores y con la política exterior,
que subrayó su identificación político-ideológica y alianza
estratƩgica con Lula y Obama, no con Castro y ChƔvez. Aun-
que sin mayorĆ­a polĆ­tica en el parlamento, su equidistancia
con el FMLN, su relación con el expresidente Saca y la divi-
sión de la derecha, y su gran popularidad incrementada por
los tres factores mencionados, le darĆ­an un mayor margen
de maniobra para comenzar a gobernar.
Pero, al conocer con mayor profundidad la cruda situación
heredada, el presidente no informó a la ciudadanía opor-
tunamente y con suficiente claridad de la gravedad de la
Fuente: Elaboración propia con base de datos del Observatorio Centroamericano sobre violencia.
32
situación, lo que fue aprovechado por sus adversarios, poco
tiempo despuƩs, para responsabilizarlo del deterioro de la
situación nacional. Para algunos personeros de la derecha
ā€œā€¦ las cosas estaban bastante bien hasta que llegaron estos
izquierdistasā€ … o, mĆ”s bien, ā€œdesde los Ćŗltimos dos aƱos de
Saca y el primero de Funes y el FMLNā€¦ā€.
La tormenta perfecta que le cayó a Funes el día siguiente del
triunfo electoral y el entrampamiento perfecto con el que
el presidente inició su nuevo gobierno mostraron sus limi-
tados mƔrgenes de maniobra de partida, determinando su
característica principal: gobierno de contención de la crisis
económica, social y política.
V. El Gobierno y la economƭa. DesempeƱo
y perspectivas
Pero el nuevo gobierno tenĆ­a una importante agenda de re-
formas del sistema económico, social y político-institucional
e intentarĆ­a hacer ambas cosas, contener la crisis e impulsar
la reforma del sistema, partiendo de limitados recursos y de
un alto endeudamiento, de una mayorĆ­a polĆ­tica precaria y de
una situación internacional marcada por la crisis económico-
financiera y la disminución de la cooperación al desarrollo.
En este contexto analizaremos su desempeƱo de junio 2009
a febrero 2011.
Pese a la compleja situación heredada, el Gobierno: 1) Ha
contenido parcialmente la crisis económico-social y la crisis
de seguridad pública; 2) Ha impulsado la refundación de la
política económica, social y de seguridad, poniendo las pri-
meras bases de un nuevo modelo polĆ­tico-institucional y eco-
nómico-social esbozado en el Plan Quinquenal de Desarrollo
2010-2014; 3) Ha logrado un sólido posicionamiento interna-
cional de amplia interlocución y credibilidad en función de
intereses nacionales y centroamericanos.
El Gobierno le ha apostado a lo social con mƔs de lo que pue-
de y tiene, fijÔndole la crisis fiscal límites insuperables. No es
un tema de voluntad polĆ­tica sino de recursos. El Gobierno
estƔ reestructurando la banca de fomento suministrƔndole
200 millones de dólares cuyo multiplicador generaría varios
cientos de millones mƔs de crƩditos a la pequeƱa y media-
na agricultura e industria, viabilizando el Plan de Agricultura
Familiar y el Plan EstratƩgico de la CONAMYPE. El Plan Inte-
grado de EconomĆ­a contribuirĆ”, en el mediano plazo, a una
mayor competitividad y a una mejor inserción internacional;
y el Plan de Turismo tiene gran potencialidad de generación
de empleo e ingresos.
La decisión de la ANEP de no discutir un pacto fiscal en el Con-
sejo Económico-Social (CES) llevaría al Gobierno a presentar
un borrador de ley de reforma fiscal para su aprobación en
el 2011 con el apoyo de una parte del CES. La confrontación
gobierno-gran empresa privada, las proyecciones de debili-
dad de la economĆ­a nacional y la incertidumbre sobre una
eventual victoria del FMLN en las elecciones legislativas del
2012 y presidenciales del 2014, refuerzan los pronósticos de
escaza inversión privada. Este es el gran talón de Aquiles,
cuya superación es condición necesaria –no suficiente– de
la sostenibilidad del crecimiento y del pago de las deudas
pĆŗblica y social, y de cualquier progreso.
Después de veinte meses de gobierno, la situación y pers-
pectivas económicas son de pronóstico reservado, sin que se
vislumbre una clara inflexión y mejoras sustanciales. Los Ć­n-
dices per cÔpita de crecimiento económico y de creación de
empleo seguirÔn siendo negativos o ínfimos en los próximos
años, mientras los déficits comercial y fiscal y el endeuda-
miento público estÔn llegando a los límites mÔximos permisi-
bles, limitando la polĆ­tica social y la lucha contra la pobreza.
33
La ejecución en el 2011 de $770.5 millones de dólares de
inversión pública ($556,2 millones para obras de infraes-
tructura y $204.3 millones para capital humano), las nuevas
polĆ­ticas de agricultura familiar y emprendurismo rural y de
fomento de la pequeƱa y mediana industria, los altos precios
internacionales del café y el repunte de la construcción en
la economĆ­a de Estados Unidos, deberĆ­an tener un impacto
positivo en el crecimiento y los ingresos pĆŗblicos, contrarres-
tados por los altos precios del petróleo y de los alimentos.
No obstante, la proyección gubernamental estimada de 2.5%
de crecimiento y de 2.2% del Banco Centroamericano de In-
tegración Económica (BCIE) contrastan con el 1% de varios
analistas. Un crecimiento del 2% apenas superarĆ­a el creci-
miento poblacional estimado en 1,6%, sin representar un
punto claro de inflexión, a dos aƱos y medio de concluir su
mandato y a dos meses y medio de las elecciones legislati-
vas y municipales. Con un crecimiento del 2% en los próxi-
mos años, la deuda pública total podría superar el 62% del
PIB en el 2015, segĆŗn el Fondo Monetario Internacional.
El Gobierno deberÔ priorizar la ejecución de medidas de ge-
neración de ingresos fiscales y de contención del gasto para
disminuir la perspectiva de una crisis de insolvencia despuƩs
de las elecciones del 2012. Aunque el apoyo polĆ­tico de Oba-
ma a Funes sabemos que evitarĆ­a el default.
La visita del presidente Obama a El Salvador, la Ćŗltima sema-
na de marzo 2011, serĆ” fundamental para la estrategia de
seguridad nacional/regional y la concreción de una comisión
contra la impunidad en CentroamƩrica, y tanto o mƔs para
sostener y mejorar la situación económica y social al incluir
a El Salvador como uno de los cuatro paĆ­ses en el mundo el
Ćŗnico en LatinoamĆ©rica– con el que Estados Unidos impulsa-
rĆ” la Sociedad para el Crecimiento. Esta iniciativa estudiarĆ” la
paradoja salvadoreña (uno de los países que mejor cumplió
con las recomendaciones del Consenso de Washington pero
que ha sido incapaz de generar inversión nacional y extran-
jera, y crecer) y apoyarƔ una estrategia mƔs integral para im-
pulsar el crecimiento en los próximos años.
El margen de maniobra económico y fiscal-financiero que le
queda al gobierno hasta el final de su gestión es muy es-
trecho. Mayor endeudamiento –apadrinado polĆ­ticamente en
los organismos multilaterales financieros– y sustanciales pa-
Fuente: Elaboración propia con base de datos del BCR y el Ministerio de Hacienda.
34
5
Programa que funcionarĆ­a a traves de emisiones de bonos respaldados por el Gobierno de los Estados Unidos con el apoyo de la banca privada que opera en el paĆ­s. El
gobierno salvadoreño ha presentado al de los Estados Unidos una lista de varios proyectos por un monto de 1000 millones de dólares para financiar diversos proyectos
de infraestructura.
trocinios y donaciones serƔn necesarios de Washington para
mantener y mejorar un poco la situación hasta el final del
mandato del Gobierno de Funes: renovación del TPS, aproba-
ción de una segunda fase del Fomilenio, la Iniciativa (Bridge
(por sus siglas en inglés) Fondos de Inversión para el Desa-
rrollo Sostenible y el Emprendurismo
5
y la plena incorpora-
ción inmediata del país a la Sociedad para el Crecimiento con
financiamiento internacional, respaldos y donaciones diver-
sas. Esta podrƭa ser la gƩnesis del surgimiento de una nueva
matriz empresarial para la creación de la base productiva y
exportadora que necesitamos.
Washington y el presidente Funes podrĆ­an demostrarle al
mundo que en El Salvador la alianza con Lula/Obama habrĆ­a
dado muchos mayores beneficios a mucho menor costo que
la alianza con ChƔvez y el Alba. Vaya ironƭa de la historia. El
FMLN nunca imaginó que la viabilidad financiera del progra-
ma social y económico de su gobierno dependería, de inicio
a fin del mandato, del apoyo de los ā€œnefastos organismos
multilaterales financierosā€ y del ā€œimperialismo yankiā€. Gra-
cias al acertado posicionamiento nacional e internacional del
presidente, que tiene con Washington una original y efectiva
palanca negociadora, su matrimonio de conveniencia con el
FMLN, aliado estratƩgico de Castro, ChƔvez y Ortega.
VII. Confrontando y superando
el entrampamiento perfecto
Este entrampamiento perfecto no puede ser confrontado
y superado con las visiones, enfoques y paradigmas tradi-
cionales, ni con la reproducción del anacrónico y nefasto bi-
partidismo polarizante. Nada serƭa mƔs provechoso para el
país que la refundación democratizadora y modernizadora
de ambos proyectos polĆ­ticos o el surgimiento de un proyec-
to alternativo que lidere la implantación del nuevo modelo
de desarrollo político, económico y social, que exige la cons-
trucción del futuro que merece El Salvador. Lo que el país re-
quiere es un liderazgo que, con una nueva visión y estrategia,
saque al país de la crisis y lo enrumbe a la transformación
democrƔtica y al desarrollo integral en este complejo y pro-
fundo cambio global de Ʃpoca.
Para salir de este entrampamiento casi perfecto se requiere
una nueva visión del desarrollo que, partiendo de las poten-
cialidades de El Salvador, lo inserte mƔs y mejor en Centro-
amƩrica y el mundo. Dos dƩcadas del orden polƭtico y eco-
nómico de la post guerra estÔn llegando a su fin, sin que
haya surgido todavĆ­a su reforma para enfrentar los rezagos
del siglo XX y los desafĆ­os del XXI.
La nueva visión tiene que ser democrÔtica, social, productiva,
competitiva y global, centrada en la nueva sociedad mundial
del conocimiento y en el desarrollo científico-tecnológico. Su
punto de partida es priorizar la producción de riqueza y su
mejor distribución, y profundizar y consolidar la democracia
y la institucionalidad en un mundo global. El cambio cultural
hacia la creación de riqueza, la estabilidad y la certidumbre
de mediano y largo plazo, y la cooperación y concertación
nacional y subregional estÔn a la base de esta visión y pers-
pectiva. Quitar los obstÔculos y amarras a la inversión, la
competencia y la obtención de ganancias son condiciones
esenciales del modelo en el marco del respeto estricto a
las leyes.
El punto de partida de la nueva visión es asumir que es impe-
rativa una inserción competitiva a la globalización, que per-
35
mita transformar paulatinamente la estructura productiva y
exportadora de bienes y servicios para acelerar el crecimien-
to. Esto posibilitaría la superación de los déficits comerciales
y fiscales, la generación de empleos, de salarios e ingresos
familiares, las ganancias empresariales para reinvertir y cre-
cer, y los ingresos fiscales para afrontar progresivamente el
pago de la deuda pĆŗblica, social, medioambiental y de infra-
estructura. Esto solo serÔ posible con una nueva visión y es-
trategia que cree las condiciones polĆ­tico-institucionales que
permitan instalar este nuevo modelo de desarrollo.
Es imperativo el conocimiento de las realidades de la glo-
balización y de la revolución científico-tecnológica en pleno
siglo XXI y sus implicaciones para la democracia y el desa-
rrollo de las naciones centroamericanas en el complejo es-
cenario de aceleradas transformaciones globales. Y lo es aĆŗn
mƔs para las fuerzas de la democracia y de la modernidad,
que deberían convertirse en los sujetos de la transformación
requerida. El mundo cambió aceleradamente en los últimos
veinte años, y aún mÔs lo harÔ en los próximos decenios.
Consecuentemente, el futuro de nuestro paĆ­s no puede ser
rehƩn de los liderazgos polƭticos, empresariales e intelectua-
les cuyo pensamiento quedó rezagado en la segunda mitad
del siglo pasado.
VIII. La agenda de transformaciones
pendientes
1. Las transformaciones polĆ­tico-institucionales
En su dimensión político-institucional, se tendrían que impul-
sar, al menos, las siguientes reformas:
1) Transformación del sistema electoral y del sistema de
partidos mediante las reformas e implantación de leyes
que aseguren su democracia e institucionalidad interna, el
control de sus fuentes de financiamiento, la formación de
sus militantes y dirigentes para mejorar su visión del país
y del mundo, así como su preparación para ejercer la fun-
ción pública. Asimismo, se deberÔ cumplir con la resolu-
ción de la Sala de lo Constitucional sobre las candidaturas
no partidarias y el sistema de listas abiertas.
2) Transformación del Ɠrgano Judicial para garantizar que
haya tanto pronta y debida justicia para todos, asĆ­ como
seguridad jurídica para la inversión y los negocios.
3) Transformación de la Corte de Cuentas para asegurar la
probidad de los funcionarios pĆŗblicos en el uso de los re-
cursos del Estado y la erradicación de la corrupción.
4) Reformas institucionales que minimicen el tiempo y los
requerimientos para iniciar y ampliar nuevas empresas
productivas y aseguren el cumplimiento de sus responsa-
bilidades tributarias.
5) Reformar y fortalecer el sistema de organización y defen-
sa de los legĆ­timos derechos de los trabajadores; impulsar
la formación y capacitación permanentes de sus líderes
sindicales y de los trabajadores; asegurar la democracia
interna y la transparencia en la vida de las organizaciones
de los trabajadores; mejorar las condiciones ambientales
y de seguridad de los centros de trabajo; promover nue-
vos tipos de relaciones obrero-patronales de cooperación;
conciliar las reivindicaciones salariales con las exigencias
de productividad y calidad de las empresas en el Ɣmbito
nacional, regional y global.
6) Promoción de la cultura democrÔtica en el sistema educa-
tivo y los medios de comunicación social.
36
7) Otras reformas jurĆ­dico-institucionales sobre hacienda pĆŗ-
blica (sistema tributario y fiscal, administración financiera
del Estado), descentralización administrativa y gobiernos
locales; servicio civil, etc.
2. Las transformaciones económico-sociales
En su dimensión económico-social, el nuevo modelo tendría
que centrarse en la creación de condiciones atractivas para
estimular la inversión nacional y extranjera, promoviendo la
incorporación y difusión de la innovación y el progreso técni-
co para posibilitar el crecimiento de la producción nacional
diversificada. Esta sustituiría importaciones, abastecería el
mercado interno y multiplicaría la exportación de bienes y
servicios de mayor valor agregado y productividad, creando
mƔs y mejores empleos y salarios, y sacando sostenidamen-
te a un nĆŗmero cada vez mayor de familias de la pobreza.
Se trata de pasar de un modelo de consumo y considerable
estancamiento social a uno de acumulación y progreso sos-
tenido económico-social. Los tres ejes vertebrales comple-
mentarios de la estrategia deberƔn ser:
1) El aumento de la productividad de los pobres mediante
polĆ­ticas de fomento a la agricultura familiar, el empren-
durismo rural y a la micro, pequeƱa y mediana industria,
incorporando progresivamente a la legalidad al sector in-
formal.
2) La creación cada vez mayor y mÔs competitiva de riqueza,
liderada por la inversión y tecnología extranjera para las
exportaciones al mercado mundial de grandes y media-
nas empresas abastecidas progresivamente de bienes y
servicios producidos por pequeƱas, medianas y grandes
empresas de la subregión. Las inversiones entre empresa-
rios internacionales y nacionales serƔn fundamentales.
3) Fortalecer las procuradurĆ­as de la defensa del consumidor,
de las superintendencias de electricidad y comunicacio-
nes, de competencia y del sistema financiero.
Si bien muchas de estas tareas deberƔn de ser enfrentadas
por el Estado en coordinación con el sector privado, hay una
limitación de conocimientos, organización, recursos y tiem-
po para la innovación tecnológica y para estar en condicio-
nes de penetrar los nichos específicos de diferentes merca-
dos a escala internacional, asĆ­ como existen limitaciones de
recursos para la inversión multimillonaria en infraestructura,
particularmente en puertos, aeropuertos, carreteras, ferro-
carriles, redes de fibra óptica, etc. Esto nos conduce al papel
crucial de la inversión y tecnología extranjera y a la estrate-
gia y acuerdos entre Estados, tanto para respaldar y promo-
ver a grandes y mĆŗltiples inversionistas como para llegar a
acuerdos de financiamientos concesionarios a largo plazo,
donaciones y subsidios para financiar y construir la infraes-
tructura necesaria que necesitarĆ” para el nuevo modelo de
crecimiento e inserción competitiva a los mercados interna-
cionales.
En efecto, no podemos esperar tener los excedentes fiscales
necesarios para poder financiar dicha infraestructura, pre-
condición de la inversión y el crecimiento del modelo por im-
pulsar, porque ni los llegarĆ­amos a tener con el actual modelo
y, en el caso ilusorio que lo fuese, lo serƭa despuƩs de varias
décadas para poder disponer de los recursos, financiarla y
construirla. Para entonces, literalmente, nos habrĆ­a dejado la
historia. Dicha infraestructura es condición fundamental para
37
atraer inversión y tecnología extranjera, crecer alta y sosteni-
damente y generar los excedentes fiscales para financiar el
desarrollo social.
Pero El Salvador y CentroamƩrica tienen algunas ventajas
y oportunidades importantes para llegar a estas alianzas
estratƩgicas con otros Estados, para promover inversiones
público-privadas y la inversión extranjera sostenida en las
próximas décadas.
IX. Ventajas y oportunidades de El Salvador y
CentroamƩrica para un nuevo modelo de
crecimiento e inserción competitiva inter-
nacional
Hemos identificado al menos diez ventajas y oportunidades
principales:
1) Ubicación geogrÔfica y geocomercial. Entre las princi-
pales resaltan la ubicación geogrÔfica y geocomercial en-
tre el Norte y el Sur, el Pacífico y el AtÔntico, en un etapa
histórica que profundiza la reubicación de la producción
en función de los grandes mercados y el abaratamiento
de los costos productivos y de transporte. De particular
importancia es el mercado de Estados Unidos, CanadĆ” y
MĆ©xico en función de los flujos de transporte marĆ­timo y
comercio asiƔtico y europeo respecto a la costa oeste de
Estados Unidos, considerando que aún con la ampliación
en curso, el canal de PanamĆ” no darĆ” abasto para cubrir
en flujo y tiempo el incremento del transporte y carga pro-
yectado en las próximas décadas.
2) El puerto de Cutuco en construcción, necesitÔndose la
ampliación de Puerto Cortez en el AtlÔntico hondureño.
Asimismo, el puerto de Acajutla ampliado y modernizado
desempeƱarƭa un papel fundamental. Ambos puertos y el
Puerto en el Caribe hondureƱo constituirƭan el triƔngulo
que uniría al Pacífico con el AtlÔntico a través de canales
secos con supercarreteras y/o ferrocarriles de alta ve-
locidad para transportar los contenedores de los barcos
PANAMAX que llegarĆ­an a dichos puertos, en tiempos y
costos menores a los del Canal de PanamĆ”.
38
3) Crear una carretera y frontera directa entre El Salva-
dor y Nicaragua en el golfo de Fonseca, entre el punto
mƔs cercano a la islas de Meanguerita y Meanguera hasta
los farallones a pocos metros de Cosigüina. Dicho puen-
te colgante se financiaría con peajes que financiaría una
concesión de 30 a 40 años con empresas internacionales,
potenciando el comercio y la inversión entre ambos paí-
ses, y ampliando la conectividad y espacio económico
comercial del canal seco entre el Pacífico y AtlÔntico.
4) La carretera Longitudinal del Norte serĆ­a una de las
vĆ­as del canal seco que unirĆ­a dichos puertos entre ambos
ocƩanos.
5) Un buen sistema de carreteras que deberƔn ampliarse y
mejorarse.
6) Un buen aeropuerto y líneas Ôereas con acceso eficien-
te a las principales ciudades de CentroamƩrica, MƩxico,
Estados Unidos y CanadĆ”.
7) Un sistema de telefonía fija y móvil moderno, de los
mejores en LatinoamƩrica, que necesita una mayor regu-
lación y supervisión para bajar precios y abusos diversos.
8) Un sistema financiero privado con altos niveles de pro-
fundidad y eficiencia, que necesita ser animado y urgido
a apoyar la actividad productiva. Y una nueva banca de
fomento que entrarĆ” en funcionamiento en la segunda
mitad del 2011.
9) Tratados de libre comercio con Estados Unidos, MƩxi-
co, PanamÔ, Chile, TaiwÔn y CanadÔ (en un futuro próxi-
mo).AdemÔs de un próximo acuerdo de asociación con la
Unión Europea. Estos tratados son fundamentales para la
atracción de inversiones extranjeras de esos países con
miras a la exportación a los mercados de Norteamérica.
10) Una propuesta de conformación de una plataforma lo-
gĆ­stica y de servicios especializados, como una apues-
ta estratƩgica para el desarrollo nacional impulsada por la
Comisión Nacional de Desarrollo con diferentes estudios
especializados e identificación de oportunidades y recur-
sos diversos.
El Salvador es percibido internacionalmente como el paĆ­s que
estÔ en mejores condiciones de liderar la refundación demo-
crÔtico-institucional y una mejor reinserción para el desarro-
llo económico y social en la nueva economía internacional. El
rumbo de la ā€œCentroamĆ©rica del Norteā€ estĆ” estrechamente
vinculado con el rumbo y caracterĆ­sticas de un nuevo mode-
lo de desarrollo liderado por El Salvador en el CA-4.
X. Hacia una nueva visión para la transforma-
ción de El Salvador en la primera mitad del
siglo XXI
El punto de partida es crear las condiciones de financiamien-
to, asistencia tƩcnica y apoyo para promover inversiones en
aquellas actividades rentables ya conocidas del sector agro-
pecuario, agroindustrial y de producción de bienes y servi-
cios diversos de pequeƱas, medianas y grandes empresas
que abastezcan los mercados locales, sustituyendo importa-
ciones y abasteciendo la demanda potencial centroamerica-
na e internacional.
Pero el enfoque prioritario de la estrategia parte del impera-
tivo de una inserción competitiva a la globalización, que per-
mita transformar paulatinamente la estructura productiva y
exportadora de bienes y servicios para acelerar y sostener
39
el crecimiento. Esto posibilitaría la generación de empleos;
de salarios e ingresos familiares crecientes; las ganancias
empresariales para reinvertir y crecer; la superación de los
déficits comerciales y fiscales; y los excedentes fiscales cre-
cientes para financiar la deuda social, infraestructural y am-
biental y disponer de los recursos para afrontar los desastres
naturales y las crisis económicas y financieras internacio-
nales. Dichos excedentes fiscales necesarios para financiar
esos requerimientos, superarían los $100 mil millones de dó-
lares en las próximas tres décadas. Solo pensando y actuan-
do en grande y produciendo y distribuyendo mucha riqueza
serĆ­a esto posible.
Necesitamos entonces una nueva visión y una estrategia que
creen las condiciones polĆ­tico-institucionales que permitan
instalar sin tregua ni pausa este nuevo modelo de desarrollo.
Esto requiere, como complemento indispensable, una es-
trategia de integración y asociación acelerada con el resto
de las naciones de la región, que haga de Centroamérica un
centro de transporte, carga y distribución logística; un centro
estratƩgico de inversiones productivo-exportadoras y comer-
cial-abastecedoras entre el Pacífico y el AtlÔntico, que sea el
eje articulador y portaviones principal de la transformación
sostenida de la región en las próximas décadas.
El fortalecimiento y dinamismo de las economĆ­as centro-
americanas es un eje fundamental en el crecimiento de la
demanda y de las exportaciones como base de una inserción
mƔs amplia a la economƭa global. Pero la gran apuesta se
tendrĆ­a que centrar en los mercados internacionales, comen-
zando por aquellos de los que CentroamƩrica ya dispone, o
dispondrÔ próximamente, de tratados de libre comercio o de
tratados de asociación y cooperación (México, Chile, Estados
Unidos, Europa, CanadƔ), complementƔndolos con una es-
trategia de atracción de inversiones y tecnología de Brasil,
Japón, China, India y los llamados tigres asiÔticos.
Las pequeƱas y medianas empresas y las cooperativas, de-
berĆ­an ser apoyadas y potenciadas para estar en condiciones
de proveer bienes y servicios crecientes a las medianas y
grandes empresas exportadoras, con encadenamientos pro-
ductivos hacia adelante y hacia atrƔs. Adicionalmente, la ex-
pansión económica resultante ampliarÔ el crecimiento de la
demanda de bienes y servicios diversos, que deberĆ­an abrir
oportunidades adicionales al mercado interno.
La atracción de recursos humanos calificados salvadoreños y
centroamericanos residentes en el exterior y de inversionistas
salvadoreƱos y centroamericanos radicados en Estados Uni-
dos, CanadĆ”, Australia y otros paĆ­ses deberĆ” ser priorizado.
Esta visión y estrategia conlleva, evidentemente, transforma-
ciones en: la educación, adquisición y difusión del conoci-
miento científico-tecnológico; la infraestructura y la conec-
tividad; la producción de energías limpias y eficientes y la
gestión y protección medioambiental; la cultura laboral, em-
presarial y cívica hacia la producción sostenida de riqueza;
la reforma y fortalecimiento de las instituciones nacionales y
de la integración centroamericana.
El conocimiento de nuestra historia, el fortalecimiento de
nuestra identidad nacional y centroamericana, la promoción
y difusión del arte y la cultura deben tener un lugar prioritario
en el nuevo modelo y en la nueva etapa de nuestra historia.
Las alianzas pĆŗblico-privadas tendrĆ­an que jugar un papel
central en las inversiones, dinamizadas principalmente por
las inversiones privadas sostenidas que junto, a las reformas
fiscales paulatinas, posibilitarían el crecimiento y la recons-
trucción progresiva de las finanzas públicas, dotando de via-
bilidad estratégica a los Estados de la región.
Sin crecimiento económico sostenido no habrÔ empleo e in-
gresos –familiares y fiscales–, ni redistribución y desarrollo
40
social, mientras la violencia encontrarĆ” mayores espacios y
legitimidad para avanzar. DeberƔn priorizarse el crecimiento
económico y la transformación social, pero subrayando el
fortalecimiento de la democracia y la institucionalidad, tan
fundamentales para la convivencia social, la estabilidad polĆ­-
tica y la inversión privada.
El gran imperativo nacional es desmontar el entrampamiento
perfecto y transformar a El Salvador y CentroamƩrica, pro-
gresiva y sostenidamente, en las próximas décadas.
El sujeto histórico de dicha transformación tendría que orga-
nizarse y desarrollarse progresivamente, conllevando el re-
agrupamiento y fortalecimiento de las fuerzas democrƔticas
y de la modernidad para estar en condiciones de asumir el
impulso de esta estrategia, para la creación competitiva y
sostenida de riqueza a escala global, asĆ­ como su mejor re-
distribución nacional y regional.
Pero El Salvador tiene un interés, una misión y una respon-
sabilidad particular en CentroamƩrica y en especial con las
naciones vecinas (Guatemala, Honduras y Nicaragua), con las
que integra el CA-4, su espacio político y económico natural.
El Salvador tiene mƔs condiciones y posibilidades de liderar
la refundación y revitalización democrÔtico-institucional y
económico-social de Centroamérica.
El liderazgo de El Salvador, a partir de su propia refundación,
ejemplo y cooperación democrÔtico-institucional y de su
propio desarrollo nacional/regional de alto crecimiento y dis-
tribución sostenidos, es fundamental para la transformación
y estabilidad de CentroamƩrica, particularmente de los paƭ-
ses integrantes de la subregión del centro al norte de Centro-
amƩrica: Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala .
En un nuevo escenario de transformacionales, en el plano in-
ternacional y regional, el diseño, consenso e implantación de
un nuevo proyecto polĆ­tico y de desarrollo nacional/regional
que tenga espacio, viabilidad y respaldo, constituye el gran
desafĆ­o de nuestro tiempo.
41
La evaluación de políticas
pĆŗblicas en El Salvador.
Breve reīƒ…exión
Miguel Ɓngel PƩrez O.
CatedrƔtico de Facultad de Maestrƭas y Estudios de Postgrado Utec
ĀæPodemos darnos el lujo de gastarnos los re-
cursos pĆŗblicos en polĆ­ticas pĆŗblicas que no
funcionan?
C
on esta pregunta inicia la introducción de su artículo
ā€œEvaluación de polĆ­ticas pĆŗblicasā€, Marcos Vera HernĆ”n-
dez (2010), de University College London & Institute for Fiscal
Studies. El autor argumenta su inquietud en el hecho de que,
frente al cada vez mÔs sombrío panorama de las finanzas públi-
cas, es imperiosa la necesidad de asegurarnos de que las polĆ­ti-
cas pĆŗblicas tengan el impacto positivo de ellas esperado.
Esa pregunta es mucho mƔs pertinente para paƭses como El Sal-
vador, en donde la situación financiera del Estado es apremiante
y, ademƔs, lograr recursos alternativos ha requerido niveles de
endeudamiento mƔs que preocupantes, porque comprometen
no solo un alto porcentaje del producto interno bruto PIB, sino
a las actuales y futuras generaciones. SegĆŗn el Banco Central
de Reserva, hasta agosto del aƱo en curso, el saldo total de la
deuda ascendió a $11.246.0 millones. Esta cantidad es la mitad
1
del PIB que genera el paĆ­s, y equivale a que cada uno de los 5.7
millones de salvadoreƱos debiera $1.930.
SegĆŗn el Banco Mundial y el BID, en un escenario descrito como
peor, el paĆ­s podrĆ­a llegar a incrementar su deuda hasta en un
64% (el FMI lo ubica en un 72%) si la economĆ­a crece con debi-
lidad, no se hace la reforma fiscal completa para aumentar los
ingresos y si se pospone o no se recorta el gasto, sobre todo
con los subsidios.
Ese contraste entre la paupérrima capacidad financiera del
Estado para financiar políticas públicas y las crecientes nece-
sidades que con ellas se busca satisfacer, precisa contar con
mecanismos adecuados para la formulación y evaluación de
1
Para el Fondo Monetario Internacional, una deuda igual al 50% del PIB es el techo mƔximo para asegurar que la polƭtica fiscal responda al nivel de deuda sin tantas compli-
caciones.
RESUMEN
Según el anÔlisis costo-beneficio, evaluar intervenciones públicas es oneroso. Pero resulta mucho mÔs caro no evaluarlas
o hacerlo sin criterio de eficiencia, justificado este por la magnitud de los recursos que se comprometen y por los impac-
tos que dichas intervenciones generan.
42
dichas polĆ­ticas. Pero esto supone tener meridianamente claro
qué significa este tipo de evaluación, conocer sus propósitos y
utilizar la metodologĆ­a adecuada para cada caso.
La evaluación estÔ presente desde la concepción de la idea de
una intervención pública. El estudio del ciclo del proyecto ilus-
tra claramente que la evaluación se ubica en todas las fases del
ciclo. Hay una evaluación exante, que se realiza en la fase de
preinversión; estÔn la evaluación intermedia o expost a nivel de
seguimiento (o durante la operación) y la evaluación expost al
final de la vida útil del proyecto (Castro y Mokate, 2010).
1. Significado y propósitos de la evaluación
SegĆŗn Joint Committee Standard Education (Ysa, 2010) la eva-
luación consiste en ā€œrecoger y analizar sistemĆ”ticamente una
información para poder determinar el valor o mérito de una in-
tervenciónā€. Para el caso de las polĆ­ticas pĆŗblicas, Xavier Ballart
(Ysa, 2010) la define como ā€œproducción de información que sir-
va a los gestores pĆŗblicos para tener una idea sobre la calidad
de los servicios que estÔn produciendo, en función de lo que se
estime como valorā€.
Para Ballart (Ysa, 2010), la evaluación, como técnica, busca
producir información útil a las administraciones públicas, para
mejorar tres aspectos fundamentales: a) los procesos de de-
cisión y planificación, b) el funcionamiento y la gestión de las
operaciones diarias y c) los resultados finales en relación con
los recursos invertidos.
Feinstein (2007) considera que la evaluación se realiza con dos
propósitos clave: a) para aprender de la experiencia y b) para
la rendición de cuentas al público o a quien financió la política.
El primer propósito se logra con las llamadas evaluaciones for-
mativas, que tienen como objetivo el aprendizaje. La rendición
de cuentas caracteriza a las evaluaciones sumativas, que emi-
ten juicio sobre el valor de lo evaluado.
43
Según Ysa Tamyko (2010), los propósitos de la evaluación pue-
den resumirse en tres elementos clave:
1. Comprensión, ilustración (enlightenment)
Como su nombre lo indica, busca ilustrar, aclarar, dar luz,
comprender qué estÔ sucediendo y cómo funciona la in-
tervención.
2. Mejora (improvement)
Es una forma de retroalimentar sobre las intervenciones
realizadas. Es un modo de mejorar y progresar. Por eso,
la evaluación es un proceso de aprendizaje de la propia
intervención.
3. Rendimiento de cuentas (accountability)
Es un concepto amplio, no limitado exclusivamente a los
aspectos económicos, sino también a la responsabilidad
social y polƭtica. MƔs, si las actividades derivadas de la
política pública son financiadas con fondos públicos, pues
el contribuyente tiene derecho de saber en qué y cómo
se estĆ” usando el dinero pĆŗblico.
La importancia de esos propósitos es indiscutible. MÔs aún en
un entorno en donde no hay lo que los expertos denominan
una ā€œcultura de proyectosā€, entendida esta como la situación
en la que se cuenta con las herramientas, los mƩtodos, las
tƩcnicas y los criterios para formular y evaluar intervenciones
(programas, polƭticas y proyectos), y donde existe la prƔctica
cotidiana de utilizarlos para formular, preparar y evaluar dichas
intervenciones.
Como rezan los dichos populares: ā€œAlgo es algoā€ y ā€œDe algo a
nada, peor es nadaā€. Sin el Ć”nimo de caer en el conformismo
académico, técnico o de otro tipo, eso es lo que puede afirmar-
se en el Ôrea de las políticas públicas cuando se examina hasta
quĆ© punto se ha avanzado en esa ā€œcultura de proyectosā€.
En El Salvador, donde la gran ausente ha sido la prƔctica de la
transparencia o, por lo menos, la costumbre de transparentar
el manejo de fondos públicos, se observa ahora un fuerte én-
fasis en el tercer propósito: la rendición de cuentas. Esto estÔ
muy bien, pero no es suficiente, ni para cumplir los propósitos
indicados ni para preciarse de que las polĆ­ticas pĆŗblicas son
formuladas y evaluadas con criterios de eficiencia.
2
Claro que ā€œalgo es algoā€, pero no puede reducirse la evaluación
de políticas públicas al propósito único de accountability. MÔs
endeble se muestra esta prƔctica en El Salvador, al ver al subse-
cretario de Transparencia en una reciente entrevista televisiva,
afirmando que esa dependencia no tiene carÔcter fiscalizador,
sino mÔs bien promotor de la rendición de cuentas. Esto, de nin-
guna manera descalifica el valioso trabajo que realizan en esa
instancia gubernamental. Por eso es que ā€œde algo a nada, peor
es nadaā€. Y debe aclararse que la cita de estos sabios dichos
populares no es irónica, ni sarcÔstica. Es una realidad que debe
aceptarse para partir de ella y cambiarla, mejorarla.
2
Una asignación eficiente conduce al mayor nivel de bienestar posible, dados los recursos disponibles, en un determinado momento.
44
2. El Salvador y el estado del arte de la evalua-
ción de políticas públicas
A pesar de lo pesimista que parezca lo planteado previamente,
felizmente tambiƩn hay buenas nuevas. Y no nuevas como ad-
jetivo calificativo, porque sean tan recientes, sino buenas nue-
vas como sustantivo.
La primera buena nueva es que sobre formulación y evalua-
ción de políticas públicas hay una vasta literatura, en donde se
encuentra una amplia diversidad de metodologĆ­as, desde las
mƔs sencillas y menos formales hasta las mƔs complejas (no
necesariamente por difĆ­ciles o complicadas, sino por comple-
tas) y muy formales. Lo mƔs interesante es que la literatura no
se reduce a la teorƭa. Hay una mucho mƔs amplia que muestra
aplicaciones prƔcticas, concretas, de esas herramientas, a ca-
sos y situaciones específicas.
Otra buena nueva: dentro de estas metodologĆ­as abundan las
aplicadas y aplicables a realidades como la salvadoreƱa. Esto es
importante destacarlo, porque muchas veces, en las aulas, en
los foros, en las discusiones académicas, etc., se escucha afir-
maciones como estas: son metodologĆ­as que no aplican para
nuestro paƭs, estƔn hechas para paƭses donde fueron creadas,
no se cuenta con la información necesaria, la evaluación no se
puede reducir a fórmulas matemÔticas, los modelos simplifican
mucho a la realidad, los proyectos y las polĆ­ticas sociales tienen
beneficios obvios y no importa si a estos no se les puede medir,
etc.
Después de revisar esas afirmaciones y contrastarlas con los
grandes avances en la materia aquĆ­ analizada, es posible que
los motivos para no aplicarlos sean, entre otros: 1Āŗ.) Improvisa-
ción de las intervenciones; 2º.) Utilización de criterios políticos
para formularlas y seleccionarlas; 3Āŗ.) Compromisos adquiridos
con la ā€œclientela electoralā€; 4Āŗ.) DesinterĆ©s (derivado de las ante-
riores) y falta de voluntad polĆ­tica para contar con herramientas
técnicas y 5º.) Carencia de personal conocedor, calificado y es-
pecializado en estas metodologĆ­as.
Un ejemplo, para argumentar, del segundo al quinto de los
motivos citados, es la carencia del cƔlculo de razones precio
cuenta (RPC)
3
o precio eficiencia para El Salvador, útiles para
convertir los flujos de fondos en flujos de beneficios y costos
económicos, pues son los factores de conversión de los precios
de mercado a precios cuenta.
4
Estos Ćŗltimos reflejan la expre-
sión de valor en términos del bienestar nacional, por lo que son
usados para valorar impactos sobre ese bienestar. Pero en un
país donde los criterios de asignación de recursos no son de
eficiencia, ¿valdrÔ la pena invertir en estudios serios (y ademÔs
caros) para calcular esas razones?
Otra evidencia que respalda la validez del quinto motivo, es la
dificultad para focalizar los subsidios. Para El Salvador, esta es
una tarea pendiente en materia de asignación de recursos y
evaluación de políticas públicas. Pero no solo los gobiernos (el
actual y los anteriores) han mostrado esa falencia, sino tambiƩn
las instituciones de investigación, los centros de pensamien-
to, las gremiales empresariales, etc., que no han aparecido con
una propuesta en esta lĆ­nea. Los programas de estudio de la
carrera de economĆ­a en El Salvador, y quienes los desarrollan,
tambiƩn tienen su cuota de responsabilidad en esto.
3. A manera de conclusión
La evaluación es importante, y debe realizarse para verificar el
éxito o el fracaso de las políticas públicas. Es fundamental para
aprender de la experiencia y mejorar el proceso de toma de
3
Otro ejemplo similar es el cÔlculo de la disposición a pagar (DAP) para intervenciones específicas, muy útil para la valoración de impactos de políticas ambientales.
4
Cuando estos precios incluyen efectos distributivos de las políticas, se convierten en precios sociales, usados para realizar evaluación social.
45
decisiones de quienes las formulan, seleccionan y ejecutan. Del
mismo modo, sirve para afinar o mejorar los criterios de selec-
ción y evaluación de políticas futuras.
Crear una cultura de proyectos en El Salvador, definitivamen-
te requiere de considerables recursos económicos, humanos,
conocimiento (Know How), etc. Sin embargo, es necesario co-
menzar a trabajar en esta lĆ­nea y, en lugar de poner la esca-
sez de recursos como pretexto para no crear y desarrollar esa
cultura, buscar creativamente formas de procurar lo necesa-
rio para iniciar ya. En caso de que la creatividad no diera para
mucho, la vasta literatura aquĆ­ comentada proporciona ideas y
propuestas concretas para proveer los fondos necesarios para
ese propósito.
En materia de cooperación externa, los organismos financieros
multilaterales, con la experiencia de despilfarro y de ineficientes
asignaciones de recursos muy conocida por ellos, es muy pro-
bable que inviertan fondos para crear la cultura de proyectos
en sus paĆ­ses ā€œbeneficiariosā€. El BID, por ejemplo, ha contribui-
do preparando a distintas generaciones de profesionales en el
Ôrea de la economía del bienestar, financiando estudios de es-
pecialización, cursos cortos, pasantías, postgrados (maestrías,
doctorados y postdoctorados) en universidades y en centros de
investigación de mucho prestigio y reconocidos por su expe-
riencia en el Ôrea de asignación de recursos.
Paƭses como Chile, Colombia, EspaƱa, MƩxico y otros, asƭ como
organismos no financieros de cooperación e institutos de inves-
tigación regional, otorgan oportunidades para formar y capaci-
tar a profesionales en el proceso de formulación y evaluación
de polĆ­ticas pĆŗblicas. Pero para aprovechar estas oportunida-
des, se necesita institucionalizar el proceso de evaluación, lo
que requiere voluntad política. Nuevamente, el balón estÔ en
la cancha de los polƭticos, porque otro dicho popular tambiƩn
reza: ā€œEn rĆ­o revuelto, ganancia de pescadoresā€.
Referencias
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letĆ­n EstadĆ­stico mensual.ā€
- Castro Rodríguez, Raúl y Mokate, Karen Marié (2000). Eva-
luación económica de proyectos de inversión. Santafé de Bo-
gotĆ”. Ediciones Uniandes.
- El Diario de Hoy (2010, 3 de octubre). ā€œEstado sigue endeu-
dĆ”ndose: PaĆ­s debe $11 mil Mllsā€. Recuperado de http://
www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idC
at=6374&idArt=5195864
- Feinstein, Osvaldo. ā€œEvaluación programĆ”tica de polĆ­ticas
pĆŗblicasā€. En Evaluación de PolĆ­ticas PĆŗblicas. ICE. Mayo-Ju-
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- Vera HernĆ”ndez, Marcos (2010). ā€œThe Evaluation of Public
Policiesā€. Recuperado de http://www.homepages.ucl.ac.uk/
~uctpamv
- Ysa, Tamyko (2010). Evaluación de políticas públicas. Ins-
tituto de Dirección y Gestión Pública (Esade). Recuperado
de http://www.gencat.cat/economia/doc/doc_22376634_
1.pdf.
46
Migración
y derechos humanos
Resumen
Los histórico acuerdos de paz firmados en México al inicio de
1992, abrió un nuevo capítulo de nuestra historia e hizo renacer
la esperanza del inicio de una nueva etapa para enrumbarnos
hacia la reformulación del Estado en aras de rehacer el tan
daƱado tejido social; sin embargo, al cumplirse 19 aƱos de ese
inƩdito acontecimiento, el predominio de lo polƭtico como factor
dominante y su relación dialéctica con lo económico como
determinante, propició avances en el primero, pero un enorme
déficit en el segundo, con la resultante de una intermitente
conflictividad social ante el desmejoramiento de la calidad de
vida de la mayoría de la población.
Sobre esta base se sostiene la tesis de que en 1992 concluyó la
guerra, pero pasamos a un estado de no paz; ante la inseguridad,
el desempleo, el incremento en el costo de la vida y el continuar
con una democracia excluyente la población ha vivido una
situación de zozobra que ha intentado resolver emigrando y
luchando internamente por subsistir, al incumplir el Estado su
obligación de garantizarle los derecho civiles, políticos, sociales,
económicos y culturales, tal como lo manda la Constitución.
Ese es el escenario general heredado por el primer gobierno de
izquierda en El Salvador, y, a 18 meses de su mandato, todavĆ­a
estamos expectantes para ver cumplidos nuestros anhelos de
paz, concediéndole al nuevo gobierno el beneficio de la duda,
con el deseo de que en el 2011 la economĆ­a y su enfoque social
pase a ser el factor dominante.
RenƩ Vargas
Investigador Utec
47
MIGRACIƓN Y DERECHOS HUMANOS
ā€œUnir, crecer, incluirā€
Caracterización general de las migraciones
L
a migración es el movimiento que realizan las personas
para trasladarse de su lugar de origen hacia otro, ya sea
dentro del mismo territorio o extra-fronteras; ya sea de ma-
nera temporal o permanente. En el primero de los casos se
trata de desplazamientos; lo segundo provoca inmigraciones
o emigraciones, dependiendo del enfoque. Ambos fenóme-
nos son de larga data en la historia de la humanidad, que en
sus inicios –cuando las fronteras eran inexistentes– fueron
realizados por grupos nómadas que vivían de la caza y de
la pesca para convertirse luego en sedentarios cultivando
la tierra.
En lo que a nuestra América se refiere, una de las teorías
acerca de los orígenes de la población en el nuevo mundo
parte del relato sobre la inmigración de hordas mongólicas
nómadas a travĆ©s del estrecho de Bering, quienes –en el
transcurso de miles de aƱos– avanzaron por las costas del
Pacífico hacia el sur hasta poblar totalmente nuestras tres
AmƩricas: Norte, Centro, Sur y el Caribe; pero es a partir de
la invasión española y el consiguiente proceso de conquista
que se habĆ­a de producir un constante flujo de pobladores
de ultramar, unos escapando de las guerras entre católicos
y protestantes, otros motivados por la buena nueva de las
riquezas encontradas en nuestro continente.
Con el correr de los años la dinÔmica de esa traslación fue
cambiando, y en el presente somos los latinoamericanos y
caribeƱos quienes buscamos nuevos horizontes, general-
mente en situación de ilegalidad; de acuerdo con estudios
sobre la actual tendencia, se estima una cifra un poco su-
perior a los 30 millones que han emigrado desde nuestra
región, lo que constituye cerca del 15% del movimiento total
a escala mundial, siendo Estados Unidos el destino prefe-
rente, paƭs que calcula en mƔs o menos 18 millones la canti-
dad recibida desde MƩxico, el Caribe, Centro y Sur AmƩrica.
Pero, ¿cuÔl es la causa que motiva a tanto latinoamericano
y caribeño a emigrar de sus países de origen? ¿Qué conse-
cuencias sociales ha tenido ese flujo migratorio? La bĆŗsque-
da de respuestas a tan complejo problema ha motivado un
prolífico trabajo de investigación, intentando explicaciones
políticas, económicas, sociales, demogrÔficas, culturales y,
Ćŗltimamente, desde la apertura generada por la nueva fase
del capitalismo: la globalización de la economía mundial.
Migraciones en El Salvador
En lo que a El Salvador respecta, los movimientos migrato-
rios deben ser abordados dentro de ese contexto histórico,
partiendo de los estudios acerca de la inmigración de los
primeros pobladores que ingresaron a nuestro territorio en
la época precolombina, proceso del que existen mÔs hipó-
tesis y estimaciones que fundamentos reales, por lo que se
requiere continuar con la profundización de la investigación
sobre el tema; igual esfuerzo debemos realizar en lo referi-
do a las causas y efectos de las emigraciones, asĆ­ como al
problema de los desplazamientos internos, específicamente
los provocados por el modelo agroexportador basado en la
producción extensiva del café, con la perniciosa expulsión
de los campesinos de las tierras comunales y ejidales hacia
zonas cada vez mÔs marginales ante la ampliación de la fron-
tera agrícola con los cultivos de caña de azúcar y algodón.
En la medida que el proceso avanzó, los desplazamientos
fueron obligando a la bĆŗsqueda de tierras fuera de nuestras
fronteras– de hecho, cada vez mĆ”s escazas dada la dimen-
sión del territorio–inicialmente emigrando hacia el vecino
país de Honduras, en donde a finales de los años 60 se ha-
bƭan asentado cerca de 100 mil salvadoreƱos.
48
Una segunda etapa del referido proceso se generó a partir
de los años 50 por la atracción que los principales centros
urbanos ejercieron sobre la población rural a partir del im-
pulso del modelo de crecimiento hacia adentro o sustitu-
ción de importaciones. El buscar oportunidades de trabajo
como asalariados en la actividad industrial y comercial, es-
pecialmente en el campo de la construcción, atrajo un flujo
de mano de obra no calificada que comenzó a habitar en
lugares no aptos para la vivienda, dando paso a los denomi-
nados cordones de miseria, con el consecuente riesgo de sus
vidas ante el efecto de la alta vulnerabilidad del paĆ­s ante el
impacto de los fenómenos naturales. Pero, ademÔs, la falta
de oportunidades y la imposibilidad de movilidad en un con-
texto económico, social y político excluyente, acrecentaron
el denominado sector informal de la economĆ­a y dio paso ade-
mĆ”s al mito del ā€œsueƱo americanoā€.
Un tercer momento lo constituyó el acrecentamiento de la
conflictividad polƭtica a partir de la dƩcada de los 70, la cual
desembocó en una confrontación armada con su escenario
general en la zona rural, especialmente en toda la parte nor-
te, paracentral y oriental del paĆ­s. Si las otras veces fue la
preeminencia de la necesidad económica el factor potencia-
dor del movimiento poblacional, esta vez lo causó la situa-
ción político-militar, provocando que grandes cantidades de
familias se fueran desplazando hacia lugares menos riesgo-
sos o emigrando para escapar de la violencia indiscriminada,
ampliÔndose la estratificación social de ambas dinÔmicas a
los sectores de clase media, en su mayorĆ­a profesionales,
quienes –a diferencia de los sectores pobres urbanos y rura-
les– se han visto expatriados en su mayorĆ­a cumpliendo las
exigencias legales de los paĆ­ses receptores o han tenido la
posibilidad de trasladarse a ciertos municipios en viviendas
propias o alquiladas.
Como puede verse, los desplazamientos y emigraciones de
los salvadoreƱos tienen un origen multicausal e incluso han
venido evolucionando de acuerdo con las distintas dinƔmicas
históricas, que en cada coyuntura han actuado como catali-
zadores de dichos procesos, afectando a diversos sectores
de la población; el factor demogrÔfico, los desastres provo-
cados por los fenómenos naturales, la pérdida de fuentes
de empleo, el abandono de la agricultura, el deterioro de la
calidad de vida, la violencia social, la democracia excluyen-
te, las políticas de Estado, los modelos económicos implan-
tados, son todos variables objetivas que han influido en la
salida de grupos familiares hacia otros lares o incrementado
la concentración demogrÔfica en determinados centros ur-
banos del paĆ­s, con familias numerosas viviendo hacinadas
en espacios habitacionales que no reĆŗnen las mĆ­nimas con-
diciones para una vida digna de cualquier ser humano.
La responsabilidad del Estado salvadoreƱo
Cuando nuestro país surge como Estado-Nación, se rescata
el pensamiento filosófico-político elaborado por los pensado-
res del Renacimiento y la Ilustración en cuanto a la razón de
ser de esa entidad creada jurídicamente. Siendo su finalidad
buscar el bien común y su principio axiológico fundamental
garantizar la libertad, el Estado se convirtió en un sujeto de
deberes, obligado a proteger y reconocer los derechos del
demos o soberano. Ese es el sustrato de todo el constitu-
cionalismo salvadoreño desde su primera Constitución en
1824, expresado en la de 1886 en su artículo 8º, reafirmado
en las de 1950 en su artĆ­culo 2Āŗ y de 1983 en su artĆ­culo 1Āŗ.
El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y
el fin de la actividad del Estado, que estÔ organizado para la
consecución de la justicia, la seguridad jurídica y del bien co-
mún. En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a
los habitantes de la RepĆŗblica, el goce de la libertad, la salud,
la cultura, el bienestar económico y la justicia socialā€.
Este artículo se adhirió a la producción intelectual de los dos
trascendentales movimientos histórico-políticos de la huma-
49
nidad en lo referido a los derechos fundamentales o huma-
nos. El del Estado burguƩs de derecho y su amplio desarrollo
de las garantĆ­as civiles y polĆ­ticas, instituidos en la Revolu-
ción francesa bajo el tĆ­tulo de ā€œDerechos del hombre y del
ciudadanoā€, y conocidos en la jerga jurĆ­dica como derechos
de primera generación. El segundo corresponde al Estado
social de derecho y la ā€œDeclaración universal de Derechos
Humanosā€, aprobada y adoptada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas en diciembre de 1948, denominados
derechos de segunda generación. Ambos contenidos han sido
incluidos en cada época histórica por los constituyentes, y
actualmente obligan a su cumplimiento por parte del Esta-
do al estar contemplados en la Constitución de 1983 en su
TĆ­tulo II, CapĆ­tulo I, ArtĆ­culos del 2 al 28 y en el CapĆ­tulo II,
artĆ­culos del 32 al 70, respectivamente.
La realidad imperante
Lo primero que se debe establecer, en consonancia con el
tƭtulo de este artƭculo, es que luego de casi 190 aƱos de vida
institucional, el Estado salvadoreƱo ha reprobado ante el so-
berano la materia de ā€œDerechos humanosā€, por cuanto ha
incumplido su obligación constitucional de salvaguardar el
bienestar de la población, provocando internamente una re-
currente conflictividad social estructural hasta desembocar
en una confrontación armada que nos ha dejado profundas
heridas aĆŗn no sanadas y un trasiego de recurso humano
interno y externo, que solo en Estados Unidos representa
actualmente un aproximado del 25% de la población del país,
la cual ronda los 6 millones de habitantes segĆŗn el Ćŗltimo
censo, y una fuerte concentración demogrÔfica en determi-
nados municipios del paĆ­s.
A 19 años de la firma de los acuerdos de paz, son múltiples
las voces que coinciden en señalar la precaria situación de
la mayorƭa de los salvadoreƱos, lo que polƭticamente permite
afirmar que hemos pasado de una situación de guerra a otra
de no paz, es decir, a un ambiente de inseguridad individual y
a una frustración colectiva al no superarse las contradiccio-
nes sistƩmicas causantes de la violencia estructural, estado
de cosas que, por el contrario, se fue profundizando a partir
del nuevo pacto. Para evidenciar la aseveración anterior re-
curro al informe del ā€œProyecto de AnĆ”lisis PolĆ­tico y AnĆ”lisis
Prospectivo para Fortalece la Gobernabilidad DemocrĆ”ticaā€
(Paper), como parte del programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo titulado ā€œEl Salvador. El camino hacia un
nuevo ciclo polĆ­tico: Escenarios de gobernabilidad 2009-
2010ā€. Tomo de aquel algunos datos para perfilar el ambiente
en cuanto a los derechos humanos de segunda generación:
• Una inflación acumulada al 2008 del 5% y su efecto en
la canasta bƔsica alimentaria, que a marzo del 2009 era
15,5% mayor al costo de junio del 2007 en el Ɣrea rural y
20% para los habitantes urbanos.
• Un incremento de la pobreza, que entre el 2006 y el 2007
pasó del 30,7% de hogares al 34,5%, siendo del 29,8%
urbana y 43,8% rural.
• Las perspectivas del crecimiento del PIB para el 2010 se-
gĆŗn el FMI es del 0,5%
50
• Una reducción del 7,5% en el ingreso de divisas durante
el 2009 por remesas de compatriotas en el exterior, en
comparación con el 2008, el cual es su principal fuente y
beneficia a un buen porcentaje de la población, la que las
utiliza bƔsicamente para el consumo.
Como se dice en el lenguaje coloquial, ā€œpara muestra un bo-
tónā€. Aplicado al tema significa que, habiendo muchos mĆ”s
datos para demostrar la tesis sobre la reprobación del Esta-
do, basten los mencionados como fuente de anƔlisis e inter-
pretación de la realidad imperante al estar por conmemorar
19 años de la firma del nuevo contrato social y de haberse
agotado el primer decenio del siglo XXI.
1
En ambos espacios
lo positivo ha sido el lograr al fin una verdadera alternabili-
dad en el gobierno, un transitar pacífico hacia un presiden-
te del Ejecutivo respaldado por un partido de izquierda y la
apertura de un nuevo escenario para cambiar la situación
de los derechos económicos, sociales y culturales, así como
reducir el ambiente de violencia e inseguridad que vivimos.
Sin embargo, las condiciones de vida se han seguido deterio-
rando para la mayoría de la población, cundiendo otra vez la
desesperanza y la frustración, expresados en los constantes
reclamos de diversos sectores: tomas de vĆ­as, huelgas, paros
del transporte y mÔs recientemente la ocupación de Cate-
dral por parte de los lisiados de guerra. El haber concluido
el aƱo 2010 con un promedio de 11 asesinatos por dƭa, una
tasa de desempleo de casi el 8% con un subempleo arriba
del 40%, y una pƩrdida del poder adquisitivo de los salarios
mĆ­nimos nominales ($97.20 para trabajadores agropecua-
rios, $207.68 en los de comercio y servicios, $203.10 en la
industria y $173.78 en maquila textil y confección) ante el
incremento de la canasta bÔsica alimentaria que, según el
Centro para la Defensa del Consumidor, a octubre de 2010
era de $181.75, agravada en el Ɣrea rural por el incremento
en el precio del frijol, explica las preocupaciones y los retos
que estĆ” enfrentando el ā€œgobierno del cambio.ā€
En cuanto a los emigrantes, a pesar de la prórroga del TPS,
su situación sigue siendo complicada, y ya en el primer mes
del 2011 ha ingresado un primer contingente de deportados.
El Estado, que podrĆ­a beneficiarse de ese flujo de recurso
humano exportado, ha sido incapaz de retribuirles a nues-
tros compatriotas su aporte, incluso negando, a quienes han
adquirido la calidad jurĆ­dico-polĆ­tica de ā€œciudadanosā€, el ele-
mental derecho del sufragio al forzarlos a cumplir esa obliga-
ción en el país, sin considerar su situación migratoria. La falta
de oportunidades sigue fomentando la necesidad de emi-
grar, a pesar de los cada vez mayores controles para evitar
la llegada de compatriotas a su destino final, a lo que debe
agregarse los enormes riesgos que se corren en el trayecto
al exponerse al secuestro, el chantaje y hasta la pƩrdida de
la vida, como ha sucedido recientemente con los casos de
Tamaulipas y Oaxaca.
Escenarios futuros
Al iniciar un nuevo decenio en el 2011, el presente todavĆ­a se
encuentra atrapado por el pasado y eso ha creado un futuro
incierto para nuestra nación; el problema de la inseguridad
producto del accionar de redes delincuenciales creadas para
lavar dinero así como traficar con drogas, armas y personas,
la poca credibilidad en las instituciones del Estado, las se-
cuelas de la corrupción, la polarización política, la extrema
vulnerabilidad evidenciada con los estragos provocados por
los fenómenos naturales, la degradación ambiental, son es-
collos importantes que salvar si se quiere ir construyendo un
El Salvador diferente, con la capacidad de enfrentar las signi-
ficativas deficiencias en las coberturas de salud, educación,
nutrición, empleo, tal como lo manda la Constitución.
1
Para tener una visión mĆ”s amplia sobre el estado de cosas se sugiere al lector consultar el ā€œInforme sobre Desarrollo Humano El Salvador 2010, de la pobreza y el consu-
mismo al bienestar de la genteā€, asĆ­ como el segundo informe de coyuntura legal e institucional de Fusades, ambos presentados recientemente.
51
El reciente capĆ­tulo de nuestra historia, iniciado con el in-
Ʃdito acontecimiento del triunfo electoral de un partido de
izquierda, va camino a cumplir su segundo aƱo de gobierno,
y todavĆ­a resuenan en el ambiente las palabras del nuevo
presidente ā€œNo tenemos derecho a cometer erroresā€ y ā€œha-
remos un gobierno de unidad nacional que gobernarĆ” para
todosā€. En todo este tiempo, aparte del esfuerzo polĆ­tico por
despolarizar al paĆ­s, el Ejecutivo a tratado de palear la situa-
ción económica de la colectividad con medidas de emergen-
cia, especialmente en el ramo de educación en donde se
suministró zapatos, uniformes, útiles escolares y comida a
estudiantes de escuelas estatales, pero sin lograr reactivar
los motores de la economía. El haberse ganado la confianza
de las instituciones financieras internacionales hace prever
un escenario general, ademƔs impostergable para el 2011,
en donde la inversión pública pueda permitir el despegue,
poniendo el Ʃnfasis en polƭticas de Estado con enfoque social.
En lo que respecta a los derechos civiles y polĆ­ticos, al cele-
brarse el décimoctavo aniversario de la firma de los Acuer-
dos de Paz, el presidente pidió perdón a nombre del Estado
a los familiares de las vĆ­ctimas de crĆ­menes cometidos por
el EjƩrcito, los cuerpos de seguridad y las organizaciones pa-
ramilitares, e hizo lo mismo al conmemorarse treinta aƱos
del asesinato de monseñor Romero, como también honró
la memoria de los padres jesuitas, otorgƔndoles la mƔs alta
distinción del país. Todos estos hechos han constituido acon-
tecimientos históricos sin precedentes en el Ômbito guber-
namental, generÔndose la expectativa de que al fin se diría
la realidad al pueblo sobre los hechos acaecidos en los aƱos
de la guerra, como parte de la trilogía verdad-justicia-perdón
para sanar las heridas provocadas por la lucha armada. Sin
embargo, la desaparición del activista comunitario Marcelo
Rivera, quien lideraba un movimiento en contra de la explo-
tación de minas en el departamento de Cabañas, puso a
prueba el compromiso del gobierno y del sistema de justicia
por eliminar la impunidad del pasado, hecho que hasta el
momento sigue sin ser resuelto, generando razonables du-
das en la sociedad, sobre todo porque han sucedido otros
casos en ese sector que estƔn en las mismas condiciones,
asĆ­ como por el clamor de los familiares de las vĆ­ctimas de la
guerra y de organizaciones nacionales e instituciones inter-
nacionales para que el gobierno derogue la ley de amnistĆ­a.
Si estÔ situación devela un futuro incierto en cuanto al res-
peto a los derechos humanos de primera generación, mayo-
res son los nubarrones que se ciernen sobre los de segun-
da generación. El constante incremento en el combustible
produce un efecto multiplicador en el resto de la economĆ­a,
con un espiral creciente en el sistema general de precios,
impactando negativamente las ya deterioradas finanzas fa-
miliares, ampliando la brecha de la crónica desigualdad so-
cial, histórico obstÔculo al avance del desarrollo humano en
LatinoamƩrica y el Caribe. Los esfuerzos por enfrentar la po-
breza con medidas, como la aplicación racional del subsidio
al gas, para que realmente ayude a la economĆ­a de quienes
lo necesitan, se ven contrarrestados con incrementos en el
costo del alumbrado y otros bienes de consumo bƔsico para
la población, escenario complicado si se toma en cuenta el
estado de las finanzas públicas para impulsar las urgentes
polĆ­ticas sociales, asĆ­ como el comportamiento de variables
exógenas y, por tanto, imposibles de controlar por el actual
gobierno.
52
EpĆ­logo
El 2011 es un año decisivo para accionar las políticas públi-
cas que permitan cumplir con los compromisos asumidos
por el presidente del ejecutivo en su discurso inicial, comen-
zando por demostrar transparencia y efectividad en la admi-
nistración de los recursos recibidos del sistema financiero
internacional y su aplicación en la generación de empleos.
Si en su primer año el esfuerzo se orientó hacia lograr cier-
ta estabilidad política mediante la reconstrucción del tejido
social a travƩs del diƔlogo para validar su promesa de luchar
por la unidad nacional como paso previo para la gobernabili-
dad democrƔtica, el nuevo escenario le plantea la exigencia
de convertir en factor dominante lo económico, por cuanto
pronto estaremos inmersos de nuevo en una lucha por el po-
der, pues se avecinan dos procesos electorales dentro de su
perĆ­odo y sabido es que son momentos en donde lo polĆ­tico
desplaza a otros aspectos de la dinƔmica social, por mucho
que se tomen medidas para evitar la participación activista
de los funcionarios pĆŗblicos en dichos procesos.
Los desplazamientos y la emigración causados por la falta de
oportunidades pueden ser reducidos si se logra generar po-
los de desarrollo y oportunidades de trabajo que permitan a
la población visualizar un futuro mejor para sus familias. Este
es el desafĆ­o para comenzar a fundar las bases sobre las cua-
les construir en el largo plazo un mejor El Salvador, un paĆ­s
que realmente logre finalmente vivir en paz, en donde todos
seamos sujetos del proceso y razón de ser real del Estado,
como lo menciona el reciente ā€œInforme sobre Desarrollo Hu-
mano El Salvador 2010ā€. elaborado por el PNUD: ā€œSiendo el
empleo y el poder adquisitivo tan cruciales para la vida de
las personas, es natural que los diagnósticos sobre su com-
portamiento, así como la creación de un marco apropiado de
polĆ­ticas pĆŗblicas que amplĆ­en las oportunidades de la gente
en estos Ɣmbitos, estƩn en el centro del enfoque de desa-
rrollo humanoā€. Desde la academia apoyamos el esfuerzo
por hacer realidad la utopĆ­a concreta de que un El Salvador
mejor es posible, sueƱo que exige a todos los sectores de la
sociedad hace propio el reto de ā€œUnir, crecer, incluirā€.
Referencias
- Constitución PolĆ­tica de 1983, PNUD, ā€œInforme sobre Desarro-
llo Humano El Salvador 2010, de la pobreza y el consumismo
al bienestar de la gente,ā€ San Salvador, 2010.
- ā€œEl Salvador, el camino hacia un nuevo ciclo polĆ­tico: Escena-
rios de gobernabilidad 2009-2010,ā€ San Salvador, 2009.
- Vargas, R.E., (2010), ā€œCumplimiento institucional en la defensa
de los derechos humanos a partir de los acuerdo de paz,ā€
inƩdito.
53
Explosión del feminicidio
en El Salvador
Elsa Ramos
Investigadora Utec
E
l tema que se estĆ” tratando, a pesar de existir desde
tiempos remotos en el país, en razón de que su socie-
dad se ha desarrollado bajo patrones patriarcales y machis-
tas en donde los diferentes tipos de violencia en contra de la
mujer y entre ellos el mƔs grave, el feminicidio han sido visto
como ā€œnormalesā€, ha permitido que los feminicidios hayan
sido poco visibilizados y mucho menos estudiados de forma
sistemƔtica. Los esfuerzos que hay a la fecha se han realiza-
do principalmente desde las organizaciones de la sociedad
civil que trabajan en defensa de los derechos de la mujer.
Feminicidios
El fenómeno de los feminicidios se sigue desarrollando en
todas las sociedades contemporƔneas, o sea, no es un pro-
blema que ataƱe a una o unas sociedades en particular. Lo
que no se puede omitir es que, de acuerdo a los diferentes
modelos de sociedad que hay actualmente, este fenómeno
tiene connotaciones particulares en cada una de estas en
específico.
RESUMEN
Este artículo de opinión pretende llamar la atención de las y los lectores acerca del grave aumento de los
feminicidios en el paĆ­s.
En el caso particular de El Salvador, los crĆ­menes cometidos
en contra de las mujeres se suman a la lista de los homici-
dios. Generalmente el tratamiento que se les da es que son
crĆ­menes pasionales. de tal forma que, bajo este cobijo, se
le esta disminuyendo al feminicida la responsabilidad y, des-
puƩs, el castigo que se merece.
La categoría feminicidio se empezó a utilizar en la década
de los 80 del siglo pasado, pero antes las organizaciones de
mujeres y feministas ya habían realizado esfuerzos teóricos,
que dieran luz al asesinato de mujeres y las caracterĆ­sticas
especiales de gƩnero que este tenƭa. Asƭ, por ejemplo, se
utilizaron conceptos como generocidio y ginecidio. Pero no
es hasta que sale publicado el libro de Diana Russel y Jill
Radford The politics of woman killing, que ellas proponen el
termino femicide, el cual es retomado por las organizaciones
antes mencionadas, pero no en su traducción literal que sig-
nifica ā€œasesinato de mujeresā€. Es entonces que la antropólo-
ga mexicana Marcela Lagarde, quien le pidió la autorización
54
a las autoras del libro ya mencionado para retomar el tƩrmi-
no pero como feminicidio.
De tal manera, Marcela Lagarde nos dice: Plantear que hay
feminicidio es plantear algo muy complicado, es darle una
explicación política a un problema que ha sido abordado
desde un punto de vista policĆ­aco; el viraje que hemos dado
es cambiar la tesitura, colocarlo en otro lugar, y es muy im-
portante para poder enfrentar lo que sucede de una mejor
manera.
Feminicidio, es una categorĆ­a analĆ­tica de la teorĆ­a polĆ­tica y
consiste en enfrentar el problema como parte de la violencia
de gƩnero contra las mujeres. Este es el primer supuesto
epistemológico, teórico y político, y ubicarlo ahí es abordar
las causas del feminicidio (Lagarde, 2006).
MƔs adelante, otras autoras han enriquecido el contenido de
esta categorĆ­a. AsĆ­, por ejemplo, visto desde la perspectiva
de los derechos humanos, se nos dice que el feminicidio es
la forma extrema de la ausencia de los derechos humanos,
es un genocidio de las mujeres, se le puede considerar como
un crimen de Estado (Bustos Romero, 2004).
Este artículo ha sido escrito en razón de que en las últimas
dƩcadas el aumento de los feminicidios en el paƭs ha adqui-
rido una dimensión nunca imaginada. Lo anterior se ve evi-
denciado ya que, de acuerdo con un estudio de la Fundación
para la Democracia, Seguridad y Paz (Fundemospaz), del aƱo
2007 al 2010, los feminicidios han aumentado en 64%. De
acuerdo con los informes del Observatorio de la violencia de
gƩnero contra las mujeres, 195 feminicidios se cometieron
en el aƱo de 1995; 193 en el 2000; 206 en el 2001; 227 en el
2002; 232 en el 2003; 260 en el 2004; 390 en el 2005; 437 en
el aƱo 2006 y para el aƱo 2009, hubo 592 feminicidios,
1
hasta
el mes de octubre del 2010, y de acuerdo con los datos ofre-
cidos en el Segundo Informe Nacional sobre la Situación de
Violencia contra las Mujeres en El Salvador, 2010 del Isdemu,
417 mujeres fueron asesinadas, pero el dato final de 2010
indica que fueron en total 510 mujeres asesinadas. Es im-
pactante observar como el nĆŗmero de feminicidios aumenta
año con año. Se podría decir que, para la extensión territorial
del país, este fenómeno en alguna medida se podría consi-
derar ya una pandemia; ninguno de los departamentos que
conforman el paĆ­s se libra de este flagelo.
Feminicidios por departamento en el 2010
2
Departamento Cantidad
AhuachapƔn 24
Santa Ana 46
Sonsonate 44
La Libertad 78
San Salvador 232
CuscatlƔn 15
Chalatenango 11
La Paz 27
CabaƱas 7
San Vicente 8
UsulutƔn 14
San Miguel 55
MorazƔn 5
La Unión 13
Total 510
1
Estas cifras han sido tomadas de varios números de Las Boletinas y otros informes elaborados por el Observatorio de la violencia de género contra las mujeres de Ormusa.
2
Cuadro propio, elaborado a partir de los datos proporcionados en Las Boletinas 10 de Ormusa
55
Como se observa en la tabla anterior, San Salvador es el de-
partamento con el mayor Ć­ndice de feminicidios, y en segun-
do lugar el departamento de la libertad. Como ya se ha afir-
mado en diferentes investigaciones, en el país hay un déficit
de estadĆ­sticas que nos indiquen todos los pormenores ne-
cesarios sobre el fenómeno de los feminicidios, para poder
tomar las decisiones polĆ­ticas necesarias para encontrarle
solución y ponerle fin.
Los datos anteriores tienen el agravante que, de acuerdo a lo
informado por el ā€œInstituto de Medicina Legal (IML), en los Ćŗl-
timos diez aƱos se ha aumentado el hallazgo de cuerpos de
mujeres asesinadas en la vĆ­a pĆŗblica, siendo el grupo etario
de 20 a 29 años de edad el de mayor victimización, seguido
del grupo de 10 a 19 aƱos. Alrededor del 40% de ellas con
signos de violencia sexual previa y con una creciente eviden-
cia del ensaƱamiento en sus cuerpos, como decapitaciones,
desmembraciones, signos de tortura y de uso de mĆŗltiples
armas, arma blanca y de fuegoā€ (JuĆ”rez, 2010). TambiĆ©n en
el Informe del Instituto Centro Reina SofĆ­a, del 2010, al ela-
borarse un ranking por nĆŗmero de vĆ­ctimas asesinadas por
cada millón de mujeres, de los 44 países que se tienen datos
sobre feminicidios hasta el aƱo 2006, se tiene que El Salva-
dor se coloca en el primer lugar se ese ranking con 129,43
feminicidios por millón de mujeres. La prevalencia media en
Centro y SuramƩrica ha sido de 45.39 mujeres asesinadas
por millón (Sanmartín Espluges, etal., 2010).
Pero no todo son malas noticias. Lo positivo es que, el 25 de
noviembre del 2010, la Asamblea Legislativa de El Salvador
aprobó la ā€œLey Especial para una vida libre de violencia para
las mujeresā€, que entrarĆ” en vigor a partir de enero del aƱo
2012. En esta ley, en el Artículo 9, se tipifican los tipos de
violencia; y en el literal b) se define que la violencia femini-
cida es la forma extrema de violencia de gƩnero contra las
mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos,
en los Ômbitos público y privado, conformada por el conjunto
de conductas misóginas que conllevan a la impunidad social
o del Estado, pudiendo culminar en feminicidio y en otras
formas de muerte violenta de mujeres.
MƔs adelante, en el Tƭtulo II, relativo a delitos y sanciones del
CapĆ­tulo I, en el artĆ­culo 45 sobre las sanciones al feminicidio
y el ArtĆ­culo 46 sobre feminicidio agravado, se imponen las
sanciones correspondientes. A continuación se transcriben
textualmente ambos artĆ­culos:
ArtĆ­culo 45.- Feminicidio
Quien le causare la muerte a una mujer mediando motivos de
odio o menosprecio por su condición de mujer, serÔ sancio-
nado con pena de prisión de veinte a treinta y cinco años.
Se considera que existe odio o menosprecio a la condición
de mujer cuando ocurra cualquiera de las siguientes circuns-
tancias:
a) Que a la muerte le haya precedido algĆŗn incidente de
violencia cometido por el autor contra la mujer, indepen-
dientemente que el hecho haya sido denunciado o no
por la vĆ­ctima.
b) Que el autor se hubiere aprovechado de cualquier con-
dición de riesgo o vulnerabilidad física o psíquica en que
se encontraba la mujer vĆ­ctima.
c) Que el autor se hubiere aprovechado de la superioridad
que le generaban las relaciones desiguales de poder ba-
sadas en el gƩnero.
d) Que previo a la muerte de la mujer el autor hubiere co-
metido contra ella cualquier conducta calificada como
delito contra la libertad sexual.
56
e) Muerte precedida por causa de mutilación.
ArtĆ­culo 46.- Feminicidio Agravado
El delito de feminicidio serĆ” sancionado con pena de treinta
a cincuenta años de prisión, en los siguientes casos:
a) Si fuere realizado por funcionario o empleado pĆŗblico o
municipal, autoridad pĆŗblica o agente de autoridad.
b) Si fuere realizado por dos o mƔs personas.
c) Si fuere cometido frente a cualquier familiar de la vĆ­cti-
ma.
d) Cuando la vƭctima sea menor de dieciocho aƱos de edad,
adulta mayor o sufriere discapacidad fĆ­sica o mental.
e) Si el autor se prevaleciere de la superioridad originada
por relaciones de confianza, amistad, doméstica, educa-
tiva o de trabajo.
Los dos artĆ­culos anteriores se transcriben textualmente, con
el objetivo de que sean conocidos, pues en cuanto se publico
la noticia acerca de la aprobación de esta ley, de inmediato
en un periódico electrónico, muchos hombres reaccionaron
de forma violenta y soez en contra de dicha ley, y supongo
que sin haberla leĆ­do.
A pesar de todas las desconfianzas y temores no sustenta-
dos por aquellos sectores de hombres que sienten amena-
zado su ā€œpoderĆ­oā€, la aprobación de esta ley es un paso im-
portante en el avance de la consecución de la igualdad plena
de las mujeres salvadoreƱas, y de todas aquellas mujeres
extranjeras pero que residen en el paĆ­s, para empezar a vivir
sin miedo. Ahora falta esperar que en el proceso de revisión
esta ley no vaya a ser mutilada y se rompan todas las buenas
expectativas que ella abre para un futuro sin violencia.
Referencias
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y la violencia de gƩnero. MƩxico, CU, Unam, 2004. Consultado
el 4 de enero 2010: catedradh.unesco.unam.mx/generoyequi-
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TĆ©cnica. ā€œSituación y anĆ”lisis del feminicidio en la Región
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20110: http://www.conadeh.hn/pdf/Femicidio.pdf
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http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/Feminicidio
- ā€œLey especial integral para una vida libre de violencia para las
mujeresā€. Consultada en el 14 enero 2010:
http://www.americalatinagenera.org/es/boletin/documen-
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- MartĆ­nez, Marta. Marcela Lagarde: ā€˜Los feminicidios son la pun-
ta del iceberg de todas las formas de violencia cotidiana contra
las mujeres’. Consultado en el 20 enero 2010: http://www.adi-
tal.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=47981
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cian Internacional University, Instituto Centro SofĆ­a, 2010. Con-
sultado el 21 enero 2010 en: http://www.fundacionluisvives.
org/actualidad/noticias/archivo/2010/05/05/iii_informe_inter-
nacional_violencia_contra_la_mujer_en_las_relaciones_de_
pareja__estadisticas_y_legislacion.html.
57
Internacionalización
de la educación superior*
Blanca Ruth Orantes
Directora de Investigaciones Utec
Relaciones internacionales
en las universidades
L
as relaciones internacionales en las universidades son
instrumento importante, tanto para la bĆŗsqueda de co-
operación internacional como para la internacionalización
de la educación superior, y especialmente como apoyo a los
proyectos de formación de capacidades en docencia e inves-
tigación. Esta necesidad se visualizó por un equipo de exper-
tos y dio lugar al proyecto ā€œPromoción de la internacionaliza-
ción en CentroamĆ©ricaā€, Inca, cuyos objetivos son potenciar
la transferencia de conocimientos, técnicas de gestión y
buenas prÔcticas para la gestión de las oficinas de relacio-
nes internacionales.Lo que se busca es apoyar las relaciones
Resumen
Las universidades se enfrentan a una nueva configuración del orden internacional en el Ômbito de países e
instituciones. Los modelos de producción innovadores impulsan a la ciencia y la tecnología. Las fronteras estÔn
desapareciendo y transformando los valores económicos, ademÔs de observar un crecimiento vertiginoso de la
información y saberes. Todo lo anterior enfrenta a las universidades a una nueva exigencia, prepararse, crear una
cultura para la internacionalización; y sus exigencias: idioma y tecnología de avanzada. Aún cuando se reconozca
la importancia de la internacionalización y cooperación, se requiere de planes, acciones y presupuesto para su
ejecución. No obstante, la cultura de internacionalización también se debe desarrollar por medio de un modelo
que integre la voluntad, la capacidad y la identidad.
internacionales de las universidades miembros. EstĆ” con-
formada por universidades pĆŗblicas y privadas de cada paĆ­s
de AmƩrica Central, incluyendo PanamƔ. Todas ellas bajo
la coordinación de la Universidad de Alicante y el Instituto
Tecnológico de Costa Rica. Se considera un proyecto exito-
so, pues si bien algunas de las universidades participantes
ya cuentan con oficinas de relaciones internacionales (ORI).
Existen otras universidades que, realizan gestión internacio-
nal, esta se ejecuta de forma descentralizada. Para el Ćŗltimo
caso citado, Inmaculada Madera de la Universidad APES de
Santo Domingo recomienda iniciar formando un comitƩ ins-
titucional de Internacionalización permanente, luego realizar
un diagnóstico, proceder a la conformación de una oficina
de cooperación que inicie un proceso de formación, planes y
*
Artƭculo basado en el encuentro de la Red Inca en El Salvador, AmƩrica Central , sede UES - UTEC, 5, 6 y 7 de Julio de 2010.
58
mecanismos de seguimiento hasta conformar la unidad vin-
culada con todas las instancias de la universidad. A partir de
ello, se debe iniciar todo un proceso de Marketing (MKT).
Roberto EscarrƩ de la Universidad de Alicante, EspaƱa, con-
sidera que el MKT vende la imagen de la universidad. Pero
que se debe desarrollar MKT de alta tecnologĆ­a para poder
competir en el mercado internacional, con una organización
educativa orientada al cliente internacional; crear factores
de atracción para ese cliente. Los nichos de mercados deben
focalizarse y ofrecer planes o cursos atractivos. Por ejemplo
un ā€œcurso de espaƱol para japoneses mĆ”s un curso de fĆŗt-
bolā€ (caso EspaƱa). Todo debe ser parte de las estrategias,
de acuerdo con las condiciones de cada país o región. Al
respecto, Gaspar HernƔndez, de Alicante, explica que dentro
de las estrategias se debe informar sobre las actividades y
proyectos internacionales, orientar el servicio educativo a
estudiantes extranjeros, diseƱar un programa para acogida
de visitantes internacionales y evaluar la rentabilidad de los
servicios. la Universidad de Alicante tiene 50 titulaciones y
mƔs de 30 mil estudiantes. Hay mucha movilidad e intercam-
bio, se tiene un campus innovador. La oficina de relaciones
internacionales realiza promoción, a escala internacional, de
la oferta acadƩmica y de la conveniencia de estancia para
estudiantes extranjeros, promoviendo a la vez productos o
servicios atractivos. Se procura que los planes y el currĆ­culo
sean de calidad. La oficina también coordina programas de
movilidad de nacionales y extranjeros. AdemƔs, impulsa ini-
ciativas en la búsqueda de acciones de cooperación para el
desarrollo.
Universidades de El Salvador que pertenecen
a Inca
Ada Ruth Nieto explicó el quehacer de las oficinas de relacio-
nes internacionales de la Universidad de El Salvador (UES).
Tienen como objetivo mejorar los procesos de gestión de
cooperación internacional como medio para potenciar la do-
cencia, la investigación y la proyección social. Actualmente
la oficina cuenta con nueve empleados y catorce estudian-
tes como colaboradores. Explicó que se estÔ trabajando por
una mayor integración y colaboración por parte de algunas
unidades de la universidad. Explicó que había una estructura
por Ôrea geogrÔfica, por ejemplo, Estados Unidos y CanadÔ,
Asia, Europa, LatinoamƩrica, entre otros y alrededor de ellas
se planifican las acciones.
La universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), dio a co-
nocer en el evento su quehacer internacional, como par-
te de sus actividades. Blanca Ruth Orantes expuso que se
cuenta con líneas estratégicas centradas en gestión de la
calidad, consolidación de vínculos, internacionalización de
la enseñanza y búsqueda de cooperación internacional. Ac-
tualmente la Utec estĆ” fuertemente vinculada con la comu-
nidad educativa y la sociedad salvadoreƱa, ya que se cuenta
con mƔs de 19 mil estudiantes de diversos sectores, pero
que en su mayorĆ­a se concentran en la clase media baja,
provenientes de sectores populosos de San Salvador y del
interior de la República. En cuanto a la acreditación, existe
un reconocimiento nacional e internacional, ademƔs de Inca,
se participa en otras redes internacionales. La comunidad
Utec tiene conciencia de la necesidad de cambios, en cuanto
a la adaptación del nuevo orden internacional y la contri-
bución al desarrollo nacional. Con el objeto de potenciar la
internacionalización de la Utec, la gestión internacional ha
generado convenios internacionales. Se cuenta con conve-
nios firmados con universidades de prestigio extranjeras,
que han dado resultados efectivos. Una declaración inter-
nacional para el Museo Universitario de AntropologĆ­a, (MUA)
programas de cartas de entendimiento y convenios que im-
plican programas de movilidad e investigaciones conjuntas
para docentes e investigadores, así como relación con orga-
nismos y embajadas. UTEC es sujeto de cooperación pues
estĆ” inscrita en entes cooperantes, como ejemplo en Pador
(Europa Programas de Cooperación Exterior) Permanente se
59
aplica a proyectos conjuntos, vinculados a la Aecid, OEI, BID,
Unesco, PNUD, Fundación Carolina, entre otros. Las acciones
apuestan a la calidad en docencia, investigación y proyec-
ción social así como mejorar las capacidades de gestión in-
ternacional. Para el pasado aƱo 2010, miembros de la comu-
nidad Utec se encontraban en programas internacionales de
doctorado, maestrĆ­as, postgrado y cursos. En los paĆ­ses de
EspaƱa, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y Estados Unidos,
algunos de los centros Castilla-La Mancha, De Valencia, Gra-
nada, ITCR. Incae, Flacso, Salamanca, Fulbright, entre otros.
En el programa Visitantes acadƩmicos extranjeros distingui-
dos, se ha tenido en el 2009 y 2010 alrededor de quince vi-
sitantes, financiados por este programa, siendo el objetivo
fortalecer la investigación, docencia y proyección social, así
como observar las experiencias institucionales y profesiona-
les de ellos hacia el sector docente e investigador. Se desta-
can la visita del Dr. José Padrón, de Venezuela, y el Dr. Paul
Kim, de la Universidad de Stanford, California; el Dr. Claudio
Rama, de Uruguay; el Dr. Ernesto Ayala, Dra. Clemencia Ca-
macho, entre otros.
En cuanto a redes universitarias, la Utec pertenece a redes
universitarias nacionales e internacionales: a) Nacionales
Raices, Auprides b) Red Latinoamericana de Cooperación
Universitaria, Red Urdimbre: Educación e Investigación, que
reĆŗne a trece universidades latinoamericanas, entre ellas la
Universidad de IbaguƩ y el PolitƩcnico Grancolombiano de
Colombia, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Na-
cional Abierta de Venezuela, entre otras. La Red Inca, es un
proyecto cofinanciado por la Unión Europea en el marco del
programa Alfa. Es la Promoción de la Internacionalización
en AmƩrica Central, conformada por doce universidades, de
seis paĆ­ses, coordinadas por la Universidad de Alicante y el
Instituto Tecnológico de Costa Rica. El Salvador, participa por
medio de la Universidad de El Salvador y la Universidad Tec-
nológica de El Salvador. Es un proyecto que ofrece la oportu-
nidad de potenciar la internacionalización y conformar una
red de cooperación entre las universidades que contribuye
a la región. Existen otras actividades que se reflejan en el
proceso de internacionalización que la Utec ha iniciado, y
que ya se observan buenos resultados: a) En investigación:
formación de investigadores, consolidación de grupos de
ā€œ
Las relaciones internacionales
en las universidades
son instrumento importante,
tanto para la bĆŗsqueda
de cooperación internacional
como para la internacionalización
de la educación superior,
y especialmente como apoyo
a los proyectos de investigación
ā€
60
investigación, investigaciones conjuntas y publicaciones. B)
Docencia: transferencia de experiencias, incremento e inno-
vación del conocimiento, investigación formativa como eje
transversal en el proceso enseñanza-aprendizaje. C) Gestión:
buenas prÔcticas, capacidad de gestión, transferencia de
know-how y consolidación de vínculos.
Algunas experiencias de las oficinas de rela-
ciones internacionales en universidades que
pertenecen a la Red Inca
Zizar Ayadi, de la Universidad de Alicante, explicó que la bús-
queda de cooperación es la clave en el diseño de estrategias
y búsqueda de socios. La negociación debe darse por exper-
tos y bajo el principio de reciprocidad o ventajas comparati-
vas de las instituciones. AdemƔs de considerar las variables
gestión transnacional y la dimensión humana. Sobre ello
se planifica, se mantiene un control y coordinación de las
acciones internacionales. Los errores y defectos por evitar
son: pensar solo en la financiación, no trabajar para resolver
problemas o necesidades de contraparte, no asumir los pro-
yectos, no trabajar en equipo, no contar con equipo prepa-
rado, no asumir riesgos, entre otros. Networking y bĆŗsqueda
de socios. Es encontrar rƔpidamente a quiƩn necesitas. Dar
respuestas en tiempos mĆ­nimos, presentar ideas realistas,
saber escuchar, no hacer juicios previos.
Odilia Mitre, de la Universidad Tecnológica de PanamÔ, seña-
ló la importancia del papel que desempeñan el personal que
integra las oficinas de relaciones internacionales, principal-
mente el del director de cooperación. Deben ser personas
que resuelven problemas de la comunidad educativa Help
Desk. Debe ser un servicio que orienta y gestiona para toda
la comunidad, pero principalmente que integre el trabajo.
La oficina de relaciones internacionales se encarga de ello,
orienta y gestiona la movilidad internacional a estudiantes,
docentes y autoridades, asĆ­ como a extranjeros.
Omar Aragón, de la Unica (Nicaragua), explicó que su univer-
sidad cuenta con oficina de relaciones internacionales. Las
acciones de esta oficina estÔn basadas en el plan estraté-
gico. Atiende convenios, cursos de titulación, jornadas, mo-
vilidad, entre otros. Se tienen relaciones con la Universidad
Loma Linda (California), en donde ha habido movilidad de
estudiantes. Se coordinan servicios e información migratoria
para los visitantes extranjeros. Se cuenta con un programa
de pasantías pagadas en Disneyword. Invitación a expertos
de la internacionalización. Se cuenta con servicios en la web.
Se da inducción a visitantes extranjeros sobre cultura nacio-
nal. Se cuenta con programas en emprendurismo social e
ingenierĆ­a humanitaria. ā€œNos capacitamos mejor para servir
mejorā€ es nuestro lema.
La Ulacit, de Costa Rica, atiende diferentes servicios: Con-
venios, movilidad de estudiantes y docentes. Contratos con
grupos e instituciones proveedoras de servicios educativos,
somos inter-mediarios para estudiar en el exterior y en Costa
Rica.
Mariela Bonilla, del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC),
enfatizó que las oficinas de relaciones internacionales de-
ben ser unidades dedicadas a ofertar servicios a estudian-
tes, docentes, investigadores, gestores administrativos, etc.
Para que exista una cooperación e internacionalización en
nuestras universidades, debe existir un presupuesto para
ello. AdemƔs, se debe contar con personal especializado, asƭ
como un sistema y polĆ­ticas que permitan la movilidad aca-
démica y cursos de capacitación. En el TEC de Costa Rica,
la oficina tiene una amplia participación: gestión en investi-
gaciones conjuntas, participación en proyectos, pasantías al
exterior y profesores invitados, movilidad estudiantil (interna
y externa), pasantías internacionales, coordinación de estan-
cias en el exterior, conferencias informativas de orientación,
y con organismos, embajadas, universidades extranjeras, di-
vulgación de actividades, ferias de oportunidades estudianti-
61
les, reconocimiento de estudios (calificaciones), orientación
para cursar estudios en el TEC, trƔmites migratorios, envƭo de
calificaciones, participación en ferias internacionales, base
de datos de familias en donde se puede alojar a los estu-
diantes, asĆ­ como apoyo para ubicarse en Costa Rica y los
servicios turĆ­sticos existentes.
AdemƔs, gestiona convenios y apoya las iniciativas de las
demƔs unidades en estas iniciativas, revisando, solicitando
información a las contrapartes, envío de documentación, se-
guimiento de convenios (renovación, informes de convenios,
etc.). AsĆ­ como la bĆŗsqueda de programas o proyectos inter-
nacionales, y una amplia red de contactos. La oficina de rela-
ciones internacionales, cuenta en el TEC con su pƔgina web,
así como con servicios de información en línea en inglés y
español. AdemÔs, brinda apoyo en procesos de acreditación
internacional. En cuanto a protocolo, atiende a misiones y
visitas oficiales.
Inmaculada Madera, señaló que según la Unesco, la univer-
sidad debe ser la conciencia de la sociedad, un lugar donde
podamos tener una visión mÔs amplia del mundo. Lo anterior
es el punto de partida para la internacionalización, la cual
debe contar con una visión, una dimensión transformado-
ra como eje transversal, basada en una polĆ­tica con objeti-
vos estratégicos de posicionamiento y gestión estratégica y
operativa que conlleve al cumplimiento de objetivos a corto,
mediano y largo plazo, asĆ­ como acciones y presupuesto. Es
decir, debe ser un proceso hacia la mejora continua: crite-
rios, indicadores y evaluación, particulares e institucionales.
El conjunto de servicios que debe ofrecer una oficina de re-
laciones internacionales, debe estar orientado a implantar
mecanismos y procedimientos que garanticen a la univer-
sidad actualización/innovación y calidad/acreditación. Para
ello, internamente en la institución, se deben tener propó-
sitos clave como desarrollar la voluntad, la capacidad y la
identidad de la comunidad universitaria para la internacio-
nalización. Construir universalidad e identidad planetaria,
aprendiendo la interdependencia entre los pueblos. Favore-
cer la formación de sujetos con las competencias requeridas
para accionar con pertinencia ante un entorno cambiante
y mundializado. Integrar elementos multidisciplinarios, inter-
disciplinarios y transdisciplinarios, incorporar a la prƔctica
educativa el uso de las TIC ampliando el impacto global de
las instituciones. Lograr mayor pertinencia de calidad en las
funciones y la gestión universitarias. Articular los sistemas
educativos a partir de criterios mƔs flexibles, que faciliten la
compatibilidad. Contribuir al desarrollo local, regional e in-
ternacional con visión universal. Se debe estar consciente
de que existe un entorno mundial, en donde hay organismos
internacionales y regionales donantes, esperando apoyar la
educación superior bajo esquemas de integración y políticas
de desarrollo.
Justiniano Montenegro explicó que la oficina de relaciones
internacionales tiene cuatro años en la Universidad Católi-
ca Santa MarĆ­a la Antigua, PanamĆ”. Se cuenta con sesen-
ta convenios efectivos, hay una movilidad por cada aƱo de
62
un promedio de veinte estudiantes. Un ejemplo de buenas
prƔcticas en Usma, es el programa internacional en manejo
de carga y logĆ­stica portuaria, que dura cuatro semanas, se
desarrolla en siete módulos. La universidad aprovecha la si-
tuación geogrÔfica y prÔcticas económicas del país, ademÔs
de sus relaciones con otras universidades, gobierno, etc.,
para su oferta acadƩmica internacional y nacional. Se cuen-
ta con las caracterĆ­sticas de un programa internacional. Es
un programa integral adaptado que podrĆ­a iniciarse en cual-
quier universidad. La oficina de Asuntos Internacionales de
la Universidad del Valle de Guatemalaā€ atiende: convenios,
investigaciones conjuntas, programas acadƩmica comparti-
dos, proyección comunitaria, intercambio, prÔcticas profe-
sionales. Actualmente se cuentan con 44 convenios y once
programas de pasantĆ­as internacionales. Hay movilidad aca-
dƩmica, se atienden visitantes internacionales, se cuenta
con un centro de información. La UVG utiliza las TIC para las
diferentes actividades que realiza la ORI. Los intercambios
estudiantiles se tienen en los paƭses de: CanadƔ, EspaƱa, Es-
tados Unidos y TaiwƔn.
Los servicios de la ORI son: presentación de programa de
intercambio, orientación general en el proceso a estudian-
tes, profesores y padres de familia, apoyo a recopilación de
información y programas académicos de universidad ex-
tranjera, orientación y seguimiento para aplicación, gestión
administrativa interna para la inscripción como estudiante
ausente, convalidación y reinscripción del estudiante. Se
atienden visitas internacionales y delegados de instituciones
extranjeras, asĆ­ como profesores o investigadores visitantes,
voluntarios en investigación y proyección social, grupos de
estudiantes y paquetes especiales.
La ORI coordina con los campus externos para promover y
organizar estudios cortos en la UVG. Todos los programas
tienen un componente acadƩmico, cultural/turƭstico y uno
ecológico. Por ejemplo: programa de desarrollo-enfoque en
un proyecto comunitario, programa de idioma espaƱol, pro-
grama de antropología y sociología y escuela etnogrÔfica.
Para centralizar la información sobre las actividades de in-
ternacionalización dispersas dentro de la universidad, la ORI
se establece como un centro de información: recopilación
de información, sistematización de información y difusión de
información. Existe un amplio desarrollo de base de datos
para: redes, visitas internacionales, actividades internaciona-
les, currículos internacionalizados, proyectos de cooperación
internacional, publicaciones, servicios a sector privado.
El tema Ects European Credit transfer System fue expuesto
por Nizar Ayadi, quien buscó algunas repuestas a este pro-
grama. Lo tipificó como un sistema europeo de transferencia
(acumulaciones de crƩditos). Facilita la movilidad, reconoci-
miento de calificaciones, transparencia entre los sistemas
de educación superior, oportunidades de formación de es-
tudiantes en otros paĆ­ses, aprendizaje en toda la vida. No
debe ser: definido en función de las horas de docencia, teó-
rica y prÔctica, impartida por el profesor. Definido en función
exclusiva de las horas presenciales. CaracterĆ­sticas: ECTS.
Carga por trabajo. 180 ó 240 créditos, durante cuatro años.
Carga: tiempo invertido en asistencia a clases, seminario, es-
tudio personal, preparación y realización de exÔmenes, etc.
Se asignan a todos los componentes educativos que inclu-
yen las prƔcticas. Documentos esenciales de ECTS. CatƔlogo
informativo en dos idiomas, por lo menos, impreso y en la
web. Elementos: introducción, información prÔctica (cómo
llegar, costo de vida, etc.), departamento (estructura de los
cursos, perƭodo, lenguas de enseƱanza), glosario y ejemplos.
Contrato de estudios: lista de asignaturas, transferencia de
crƩditos. Expediente acadƩmico. Documenta todos los resul-
tados del estudiante, notas, etc. La clave es la transparencia,
confianza, acuerdo, reconocimiento, flexibilidad, movilidad,
diploma Supplent, documento anexo a un tĆ­tulo de educa-
ción superior, proveer descripción de la naturaleza, nivel,
contexto, contenido y estatus.
63
Lo que vive un estudiante en el extranjero: una nueva casa
(una universidad), muchas casas (diferentes universidades).
La experiencia se lleva para toda la vida, así lo explicó Alian-
dra Barlete de la Universidad de Alicante.
¿Cómo desean ustedes que los estudiantes internacionales
se recuerden de la experiencia en su universidad? La res-
puesta a esta pregunta definirÔ la calidad de los servicios que
ustedes van a ofrecer. ObsƩrvense las diferentes fases por
las que atraviesa un estudiante extranjero: UbicƔndonos.
Diferentes paĆ­ses, clima variado, nacionalidades diferentes
y varias mudanzas por correo, que aumentaba el equipaje.
Orientación antes de llegar. Visado, dónde vivir, como llega
a su casa y a la universidad. Plan de estudios; que va a hacer
el estudiante y por cuƔnto tiempo. Cultural schock, integra-
ción, turismo, servicios médicos, dentista, deportes y depre-
sión y saludable. Orientación durante la estadía. Nuevos
visados para alargar el tiempo. Soporte institucional, coor-
dinación de programas. Nunca termina la orientación que
necesita. Acomodación. Ellos prefieren lugares que lleven
las cuentas incluidas (Internet, agua, luz, etc.) Integración.
Estudiantes de varios paĆ­ses, pueden realizar encuentros
para entretenerse y compartir. Un ejemplo se puede encon-
trar en: http://www.ua.pt/guiaonlina/Pagelmage.aspx Orga-
nización de pequeños grupos con actividades basadas en el
interƩs de los estudiantes: cooking group, table games group,
sports group. Bibliotecas, conversatorio, tertulias. Internatio-
nal coffe-hour. Nos olvidamos. Rol en la experiencia. La ma-
yorĆ­a de estudiantes de grado no han vivido en el extranjero.
No han abierto una cuenta bancaria, en su mayorĆ­a. Mezcla
de sentimientos: aventura, curiosidad y frustración.
Para diseƱar los servicios, es necesario hacerse los siguien-
tes interrogantes: ¿Qué tipo de experiencia se desea ofre-
cer a estudiantes y profesores visitantes? ¿CuÔl identidad
internacional se desea construir? ¿Cómo se quiere que los
estudiantes recuerden a la universidad? Las universidades
que envƭan deberƭan tambiƩn orientar a los estudiantes, do-
centes, investigadores, etc., que viajan.
CONCLUSIONES
En El Salvador, las dos universidades deberƔn potenciar los
programas de movilidad del docente y estudiantes. Hay que
definir estrategias. Por ejemplo, pasantías internacionales.
ā€œEl ITCR estĆ” dispuesto a negociar los tĆ©rminos, para poten-
ciar la movilidadā€, dijo Maricela Bonilla.
Justiniano Montenegro, de la Usma, PanamĆ” en nombre de
todo el equipo agradeció a UES y UTEC por las atenciones. A
la institución y a los participantes.
Es una atención a la red. Una oficina de relaciones interna-
cionales deberĆ” considerar los ejemplos para crearla y me-
jorar los servicios. Los planes estratƩgicos deben considerar
los servicios de relaciones internacionales como un punto
importante para la internacionalización. Se deben iniciar las
ā€œ
El conjunto de servicios que
debe ofrecer una oīƒ€cina
de relaciones internacionales
debe estar orientado a implantar
mecanismos y procedimientos
que garanticen a la universidad
actualización/innovación
y calidad/acreditación
ā€
64
acciones y dirigirlas hasta los órganos de poder y de toma de
decisiones. Las ideas deberƔn retomar para nuestros paƭses
e instituciones. Se deben aprovechar los espacios que ofrece
la red Inca y trabajar en ella.
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PanamĆ”. Encuentro Red Inca Julio 2010. San Salvador, El Sal-
vador.
- Montenegro, Justiniano. Oficina de Relaciones Internaciona-
les. Universidad Católica Santa María la Antigua, PanamÔ. En-
cuentro Red Inca, julio 2010. San Salvador, El Salvador.
- Nieto, Ada Ruth, Secretaria de Relaciones Internacionales UES,
El Salvador. Encuentro Red Inca, julio 2010. San Salvador, El
Salvador.
- Orantes, Blanca Ruth. Directora de Investigaciones Utec, El
Salvador. Encuentro Red Inca, julio 2010. San Salvador, El Sal-
vador.
- www.enic-naric.net europa.eu.int/comm/education/program-
mes.
.
65
EpistemologĆ­a, complejidad
y competencias
1
JosƩ Humberto Flores M.
2
Introducción
N
o hay duda de que los conceptos de teorĆ­a del cono-
cimiento o la epistemologĆ­a tienen su base en el con-
cepto griego de filosofía. Este concepto de filosofía, desde
el principio, no significaba únicamente la posesión del cono-
cimiento, sino, y sobre todo, la bĆŗsqueda del conocimiento.
Zubiri, siguiendo a Husserl y a Heidegger, decía que la filoso-
fĆ­a ā€œha sido ante todo una justificación o un esfuerzo mos-
tratorio de la existencia (sit venia verbo) de su objetoā€, que
se une al concepto aristotélico que afirmaba que la filosofía
ā€œEs necesario que el cuerpo docente se sitĆŗe
en los lugares mƔs avanzados del peligro
que constituye la incertidumbre permanente del mundoā€ (Martin Heidegger)
3
.
es ā€œel saber que se buscaā€ (Zetoumene episteme) (Zubiri,
2009:14).
Este saber que se busca no se realiza solo sobre el mƩtodo,
sino, ademÔs, sobre el objeto mismo de la filosofía. En otras
palabras, comprenderemos que la filosofía estÔ en un per-
manente dinamismo y en permanente bĆŗsqueda de sĆ­ mis-
ma; y, sobre todo, en permanente bĆŗsqueda de su objeto de
estudio. En su Metafísica, Aristóteles menciona que los mo-
dos del saber, donde se patentiza la verdad como αλετθια,
como desvelamiento de las cosas, son la technƩ, la phrone-
Resumen
Para introducir los temas de la teoría del conocimiento, la epistemología, la ciencia, la verdad y la filosofía nos
parecen sugerentes las palabras que escribĆ­a san AgustĆ­n en De Trinitate IX, 1) en el siglo IV de nuestra era:
ā€œBusquemos como buscan los que aĆŗn no han encontrado, y encontremos como encuentran los que aĆŗn han de
buscar, porque cuando el hombre ha terminado algo no ha hecho sino comenzarā€.
1
Conferencia dictada el sÔbado 1 de noviembre a los estudiantes de la Maestría en Docencia e Investigación Educativa.
2
Doctor en FilosofĆ­a y licenciado en TeologĆ­a y en FilosofĆ­a.
3
La cita del filósofo alemÔn, Martin Heidegger, en: Morin, E. (2000). La mente bien ordenada. Barcelona: Editorial Seix Barral.
66
sis, la episteme, el nous y la sophĆ­a. AsĆ­, la episteme que
es la demostración de las cosas, que significa un verdadero
saber de las cosas, se une al Nous, que se comprende como
conocimiento apodíctico que se constituirÔ al final en la so-
phia que significa el saber verdadero.
La bĆŗsqueda del saber y del conocimiento verdadero fueron
los pilares de la teorƭa del conocimiento, ocupƔndose de los
problemas del origen, la posibilidad y la esencia del conoci-
miento (Hessen, 1981). Sin embargo, en las últimas décadas,
la cuestión de la teoría del conocimiento se estudia como
epistemologĆ­a. La epistemologĆ­a, como la episteme en los
griegos, se concebĆ­a como ā€˜la pretensión de alcanzar co-
nocimientos vĆ”lidos’, explĆ­cito en la idea de ciencia como
ā€˜bĆŗsqueda humana y racional, en la que el hombre encuen-
tra criterios fiables para avanzar en el desarrollo de diversas
prĆ”cticas’ (Vargas, 2006:39).
En otras palabras, podemos decir que el mundo griego con-
cebƭa la epistemologƬa de modo distinto a como se concibe
en el mundo actual, donde encontramos modos de cono-
cimientos verdaderos o epistemias (Foucault, 1985:78). La
epistemologĆ­a, tal como la conocemos ahora, es considerada
como la disciplina que estudia la producción de conocimien-
tos y las articulaciones que existen entre distintas discipli-
nas, y que se pregunta cuÔl es el objeto de la investigación,
cómo adquirir los conocimientos o cómo una ciencia puede
tener una pertinencia social. La epistemologĆ­a, por tanto, es
determinante en la educación superior, y, sobre todo, en la
acción educativa y en la investigación.
Las siguientes lĆ­neas pretenden establecer la epistemologĆ­a
que subyace en el modelo por competencias desde el pensa-
miento complejo. En otras palabras, trata de dar razones de
por qué es necesario prestar atención al aprendizaje sistémi-
co, donde los estudiantes son los sujetos de ese aprendizaje,
capaces en la toma de decisiones que hacen en los diferen-
tes contextos que les toca enfrentar. La complejidad serĆ”
abordada por la importancia que esta tiene en su carƔcter
sistƩmico y amplio, y, sobre todo, porque tratarƔ problemas
no solo sociales, sino, y sobre todo, Ʃticos y ambientales.
1. El concepto de competencias
Existe una gran variedad de conceptos y definiciones que
captan la naturaleza de la competencia. Muchas veces estos
conceptos se visualizan únicamente desde la óptica labo-
ral y prƔctica. Sin embargo, estamos persuadidos de que el
concepto de competencias se traduce en algo mƔs amplio y
extendido. Este concepto proviene del latƭn competerƩ, que
estĆ” vinculado con ā€˜pertenecer a algo’, con ā€˜incumbencia’, o
bien, con la ā€˜pericia de hacer algo’. En un sentido mĆ”s am-
plio, se puede entender como ā€˜la aptitud para hacer algo’.
Con ello nos alejamos de las concepciones funcionalistas
4
y
conductistas
5
de competencias, y apuntamos a una concep-
tualización mÔs holística e integral de estas. Para tal situa-
ción, nos colocamos en tres dimensiones que interactúan
entre sĆ­: las actuaciones, las competencias y la complejidad.
El concepto puede definirse como: ā€œSaber actuar de manera
pertinente en contextos complejos e inciertos, enfrentando
con claros criterios de calidad aquellos problemas que le
son propios o apropiados a la profesión, para lo cual se se-
leccionan y movilizan recursos personales (conocimientos,
actitudes, valores, experiencia), de redes (de expertos, de
información) y del contexto, en orden a resolverlos, estando
en condiciones de dar razón (científica, tecnológica, política,
económica, ética) de sus decisiones y haciéndose cargo de
la mismaā€ (adaptado de Troncoso & Hawes, 2007).
4
En esta visión se asumen las competencias como atributos que deben tener las personas para cumplir con los propósitos de los procesos laborales-profesionales desde
unas funciones definidas.
5
La conductual asume las competencias como comportamientos clave de las personas para la competitividad en las instituciones.
67
Este saber actuar, sin embargo, no solo estarÔ en relación
con los saberes que expuso Delors (1997) hace unos aƱos,
sino que se pondrĆ” en un contexto en el cual los estudiantes
tendrƔn la oportunidad de interactuar con lo complejo de la
realidad. AsĆ­, el saber actuar estarĆ” orientado a varias face-
tas de la vida, tales como el saber hacer del mundo laboral;
el saber aprender en su desarrollo profesional; el aprender a
convivir de su entorno social; y el aprender a ser, en su vida
misma.
El saber actuar en general responderĆ”, a la vida misma, de
manera holística e integral donde entran en acción todas las
dimensiones del ser humano:
6
la inteligencia, la voluntad, el
sentimiento, etc. Con el saber actuar la necesidad de apren-
der a vivir cobra nuevas dimensiones, y capacita al ser huma-
no para afrontar contextos complejos e inciertos. El aprendi-
zaje, por tanto, se debe reforzar desde la incertidumbre. Es
necesario distanciarse del recetario para la solución de los
problemas. Durkheim (1890:38) comentaba, al referirse a la
enseƱanza del estudiante: se debe ā€œcrear en Ć©l un estado
interior y profundo, una especie de polaridad del alma que
le oriente en un sentido definido no solo durante la infancia,
sino para la vida enteraā€.
No se trata, pues, de transmitir y de llenar de datos las men-
tes de los estudiantes, sino que se trata de crear una habitud
en ellos para que aprendan a actuar en contextos complejos
que van mƔs allƔ de su disciplina de estudio y para que abor-
den aspectos de la vida misma.
Este saber actuar ante los contextos complejos nos lleva a
movilizar nuestros conocimientos y competencias a fin de
tomar buenas decisiones para la resolución de problemas.
Esta movilización de los recursos personales hace posible
relacionar el saber, construir conocimiento, adquirir nuevas
competencias, con el objetivo de estar mejor equipados ante
los desafĆ­os del contexto. En sĆ­ntesis, conocemos datos, eva-
luamos situaciones, etc., para la toma de decisiones en los
diferentes Ɣmbitos de la vida, como el acadƩmico, el social,
el laboral, etc.
2. Las competencias desde el pensamiento
complejo
En la actualidad existe una crĆ­tica al hecho de creer que so-
lamente existe un solo estatuto científico vÔlido. Dígase lo
mismo del reconocimiento de una epistemologĆ­a que condu-
ce a una visión de ciencia que se centra en la ciencia posi-
tiva. No es extraño que en esta situación se ponga en crisis
una epistemología centrada en los criterios de demarcación
(Candioti, 2009:151). En este sentido, la racionalidad ya no
puede ser el Ćŗnico fundamento de la ciencia, sino que se
debe ir mÔs allÔ de esta visión, reconociendo que hay otras
formas de entender la ciencia y la epistemologĆ­a, que se ha-
bĆ­an reclamado como Ćŗnicas visiones de entender al sujeto
en su relación con el mundo. Esta nueva visión ha permiti-
do una ruptura en la visión de la ciencia, proclamando en
unos casos la discontinuidad de ella misma (Kuhn, 1971)
7
y
6
Esta visión holística e integral mÔs cercana al pensamiento complejo nos parece mÔs pertinente que el enfoque constructivista, ya que este tiene la base en la construcción
del conocimiento a partir de la razón, dejando a un lado la voluntad, el sentimiento, etc., y resuelve dificultades en los procesos laborales y profesionales desde un punto de
vista organizacional, dejando a un lado la posición ética, la calidad de vida, el desarrollo social y el equilibrio con el ambiente.
7
Kuhn, al igual que Feyerabend, apelan a la discontinuidad y a las rupturas en el conocimiento cientĆ­fico ya que este apela a las diversas formas de vida, a la variedad de los
juegos lingüísticos y a los marcos paradigmÔticos. Para ellos la epistemología de la demarcación solo obedece a unos criterios y no da cuenta de la praxis en lo social.
68
en otros casos, la anarquía en la visión científica prevalente
(Lakatos, 1983).
8
AĆŗn cuando no pretendemos seguir el ca-
mino radical de una superación de la epistemología clÔsica,
al estilo de Rorty (1989 y 1997),
9
sĆ­ podemos plantearnos un
nuevo modo de reflexión en este tema.
Ciertamente no podremos hablar de un solo enfoque episte-
mológico y, peor aún, de un enfoque centrado en el positivis-
mo que antes hemos expuesto.
Para considerar nuevos caminos para la epistemologĆ­a, ha
sucedido como acto anterior el reconocimiento de que tam-
bién ha habido nuevos caminos de comprensión de la racio-
nalidad. Para ello han colaborado ā€œlas concepciones herme-
nƩuticas, las ideas de Wittgenstein acerca de los juegos lin-
güísticos, la Teoría de la Acción Comunicativa de Habermas
y los estudios semióticos de Apel. Ɖstos nos han mostrado
no solo un modo diferente acerca del lenguaje, sino la rup-
tura de los presupuestos de la epistemologĆ­a moderna y, en
definitiva, una concepción diferente de la racionalidad, que
no puede concebirse ya como una realidad epistƩmica, sin
considerar su carĆ”cter comunicativo-discursivoā€ (Candioti,
2009:176).
Esta consideración comunicativa de la epistemología nos
abre el horizonte para pensar que no nos centraremos en
una ciencia Ćŗnica y autista, sino que nos abriremos al con-
curso de otros enfoques epistƩmicos que nos hacen posible
la interdisciplinariedad. Esta referencia de las diferentes dis-
ciplinas necesitarÔ, sin duda, un carÔcter dialógico, comu-
nicativo e intersubjetivo capaz de salir de su propia órbita
de especialización para confrontarse con otros saberes ne-
cesarios para el acercamiento a la verdad. En esta nueva
visión epistémica consideraremos que el conocimiento no
8
Lakatos también rompe con los criterios de demarcación de la ciencia positiva, y él propone una epistemología criterial que obedezca a situaciones del contexto y de la
historia. Estos criterios no serÔn inmutables (como sucede en el cientismo positivista), sino que son contingentes que podrÔn variar según la necesidad del contexto.
9
Richard Rorty, filósofo norteamericano que propuso el giro pragmÔtico no solo de la ciencia, sino también de las prÔcticas sociales. Para Rorty es necesario la ruptura entre
la racionalidad y las prÔcticas sociales. Cuando el ser humano practica la solidaridad lo hace ante la necesidad del necesitado, y no actúa porque detrÔs del acto solidario
haya una fundamentación o una racionalidad que le indique el camino correcto. El rechazo de la epistemología clÔsica la hace Rorty porque considera que la construcción
epistemológica positivista y moderna también es fruto de una racionalidad sospechosa anclada en los grandes relatos de la modernidad.
69
es la representación de una realidad ya dada con antelación,
sino que es un proceso de construcción significativa, en una
estrecha relación con las actividades sociales.
Desde esta visión epistémica, necesariamente nuestras
prƔcticas comunitarias y sociales tienen que cambiar: se ha-
rÔn mÔs significativas porque nos llevan a afrontar perma-
nentemente a contextos
10
complejos de la realidad. En sĆ­n-
tesis, necesitamos de epistemologĆ­as, de formas plurales de
comprender la realidad, ya que ella es compleja en sĆ­ misma.
Atenernos a una sola disciplina para el conocimiento de la
realidad nos llevarĆ” irremediablemente a ver solo una parte
de ella y de forma parcializada. Y en el caso de las comunica-
ciones se hace exigible la atención a otras disciplinas, ya que
ella de suyo sobresale por su carÔcter dialógico, comunicati-
vo e interactivo. La educación, por tanto, no puede vivir en el
autismo que las ciencias positivas vivieron en el pasado.
Dado lo anteriormente dicho, es necesario que ante contex-
tos complejos nos reubiquemos epistemológicamente (Mo-
rin, 2005:27). Como hemos visto, no seguimos una episteme
rĆ­gida que constituĆ­a una forma unilateral de hacer ciencia,
tal como lo afirmaba el discurso positivista. Es claro que no
vamos detrÔs de la búsqueda de una ciencia que imponga
leyes y que simplemente legisle. El caso de las comunicacio-
nes es distinto. La epistemologĆ­a que ahora nos planteamos
es aquella en la cual nos preguntamos ¿cómo conozco?,
¿cómo me sitúo en la realidad?, ¿cómo aprendo? y ¿cómo
me comunico? Por ejemplo, en la globalización, que de suyo
es un contexto complejo, se requiere de toda esta serie de
preguntas que nos acabamos de formular. Esto sin duda nos
ha llevado a una nueva forma de aprender, que nos ayuda a
afrontar la educación desde un mundo complejo, globalizado
y comunicado. No basta, entonces, un cambio de mƩtodos o
de planes de estudio, sino que se impone un cambio en el
pensamiento y en la elaboración de nuestras construcciones
mentales.
Pero esta nueva manera de abordar el conocimiento nos
permite superar las antiguas antonomias, como la división
entre teorƭa y prƔctica; la diferencia entre ciencias duras y
ciencias blandas o la diferenciación de diferentes disciplinas.
AsĆ­, ā€œlas ciencias de la complejidad instauran efectivamente
una nueva forma de racionalidad, distinta a las conocidas en
la historia de Occidente, y en la que no caben ya oposiciones
entre los planos teórico y prÔctico, o filosófico y científico, o
teórico y social, que fueron los que marcaron al grueso de la
historia de la ciencia tanto como de la historia de la filosofĆ­aā€
(Maldonado 2003:153).
Con esta visión del problema nos encontramos con que la
adopción de la perspectiva de complejidad no se hace sola-
mente por una moda: se trata de un cambio epocal que ha
afectado, sin duda, el campo de la epistemologĆ­a. La carac-
terística de este cambio epocal ha consistido en redefinir
las raĆ­ces de las diferentes disciplinas.
11
En este contexto, la
ciencia ya no solamente tratarÔ sobre la descripción de leyes
naturales y la explicación de fenómenos, sino que la ciencia
y el aprendizaje se dirigen hacia toda la vida, afectando el
ethos de los ciudadanos.
El pensamiento complejo sale al paso no solamente de solu-
ciones simples, sino que se opone a la megaespecialización
de los profesionales, ya que es la renuncia a afrontar los pro-
blemas de manera integral. Con la especialización solamen-
te se observa una faz del problema. Los expertos dicen que
se tiene que ir mƔs allƔ de un pensamiento especializado,
asĆ­ como lo cita Hawes (2006): ā€œActualmente el capital del
10
No debemos caer necesariamente al contextualismo de Rorty, el cual afirmaba el divorcio de nuestros actos con condicionamientos de racionalidad previamente estable-
cidos. En este sentido, los seres humanos actuarÔn según el contexto que lo determine.
11
Este giro epocal, que afecta a la epistemología, viene dado en parte por la reflexión y la crítica postmoderna ha hecho en contra de la razón ilustrada de la modernidad
que predominó durante los siglos XIX y XX en el campo de la educación.
70
conocimiento instalado en las distintas disciplinas se multi-
plica por dos cada cinco aƱos. Esto es lo que hace absurdo
formar profesionales muy especializados en Ôreas específi-
cas, porque a mayor especialización mayor es la caducidad
del conocimiento. La tendencia es que el profesional tenga
ahora el know why, esto es, que sea capaz de explicarse
cómo ocurren las cosas; el know what, esto es, qué ocurre
en su dimensión mÔs descriptiva; el know how, que es una
competencia asociada a las prƔcticas, y el know who, puesto
que el conocimiento estĆ” en redes, y lo importante para el
profesional es saber quiĆ©n lo tiene y dónde estĆ”ā€ (Moeller &
Rapoport, 2003).
12
El estudiante, por tanto, debe aprender a actuar en con-
textos complejos mƔs allƔ de su propia disciplina de espe-
cialización. Debe aprender a buscar el complex,
13
es decir,
aprender a relacionar todos los saberes y todo lo que estĆ”
por saber.
El pensamiento complejo, por tanto, nos ayuda a unir, reunir,
construir y relacionar los conocimientos, esos conocimien-
tos que estƔn en constante cambio. Este pensamiento tiene
ciertas caracterĆ­sticas (Morin, 1994 y 2001), a saber: el prin-
cipio dialógico donde los principios antagónicos se unen sin
perder sus diferenciaciones; la recursión organizacional, en
donde los procesos se autoreproducen y autoorganizan en
tanto los efectos producen causas y las causas, efectos; el
principio hologramƔtico, en el cual el sistema todo estƔ en
la parte, y la parte estĆ” en el todo; reconoce el continuo pro-
ceso de interacciones entre partes; combina lo cuantitativo
con lo cualitativo; y considera la realidad como un proceso
en continuo cambio, entre otros.
En este contexto en que se diversifican las epistemologías
es necesario reconcebir los saberes hacia una mirada des-
de la complejidad (Morin, 1991, 1994). En este sentido, los
profesionales de cualquier disciplina deben actuar articulan-
do y movilizando todos los saberes, incluso de aquello de lo
que no se sabe. En esta articulación de saberes el profesio-
nal podrĆ” percibir las demandas de nuevos saberes que le
plantean los problemas. En la complejidad resulta necesario
tener la mirada en el exterior donde las profesiones tienen
su mƔxima referencia. TambiƩn es necesario tener la mirada
en el interior para profundizar en la pregunta universitaria:
¿Qué saberes estamos enseñando y aprendiendo? ¿Los sa-
beres estÔn en una relación dialógica con las profesiones?
¿La relación entre el saber y las profesiones superan la vieja
antinomia entre la teorƭa y la prƔctica?
Toda esta visión recoge aspectos integrales como la actua-
ción, la idoneidad, la flexibilidad y el desempeƱo generalizado
que nos ayudarĆ” a ilustrar las competencias desde la com-
plejidad, como lo afirma Tobón (2007): ā€œProcesos complejos
de desempeƱo con idoneidad en determinados contextos,
integrando diferentes saberes, para realizar actividades y/o
resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibili-
dad, creatividad, comprensión, emprendimientoā€¦ā€.
12
Sin embargo, estas competencias deben ser llevadas a procesos mÔs complejos donde se denote las actuaciones, la resolución de problemas con idoneidad y ética, la
calidad de vida, el equilibrio con el ambiente, etc.
13
La complejidad proviene etimológicamente de la palabra en latĆ­n complex que significa ā€œlo que estĆ” tejido junto.ā€
71
3. La centralidad en el aprendizaje
contextualizado
Desde hace unos aƱos atrƔs, el acto educativo seƱala como
prioritario el aprendizaje sobre la enseƱanza. Aunque es cier-
to que no se puede dejar de enseƱar, tambiƩn es cierto que
se privilegia el aula, el ambiente universitario, las investiga-
ciones, las revistas científicas, la educación a distancia, etc.,
como lugares excepcionales para el aprendizaje. Es mƔs: los
actores del aprendizaje somos todos. Y estas certezas que
tenemos del aprendizaje tambiƩn ha permeado las bases
epistemológicas de las diferentes disciplinas. Es mÔs recu-
rrente preguntarnos ahora ¿cómo conozco?, ¿cómo aprendo
mejor?, etc.
Y en estas valoraciones del aprendizaje contextualizado te-
nemos dos predecesores que han influido en el campo de la
educación, sobre todo, a escala latinoamericana. El primero
fue Jean Piaget, quien propuso el paradigma cognitivo donde
el sujeto cognoscente construye su propio conocimiento en
referencia con el contexto que le toca vivir. AsĆ­, segĆŗn Piaget,
la educación consistirĆ” en ā€œcrear hombres que sean capaces
de hacer cosas nuevas, no necesariamente repetir lo que
han hecho otras generaciones: hombres que sean creativos,
inventivos y descubridores. El segundo aspecto de la edu-
cación es formar mentes que puedan criticar, que puedan
verificar y no aceptar todo lo que se les ofrezcaā€ (HernĆ”ndez,
1998:192). En esta visión el sujeto-estudiante es un cons-
tructor activo de su conocimiento desde su contexto. Con
todo lo positivo que ha sido este enfoque nos damos cuenta
de que el aprendizaje se encierra Ćŗnicamente en el individuo
y que su referencia al contexto es secundaria.
El otro referente en el campo educativo ha sido Vigotsky, que
propuso el paradigma sociocultural con el cual trataba de
superar los estudios fragmentados de los procesos psicoló-
gicos superiores que no tenían una relación entre sí. Supo-
nĆ­a que el aprendizaje es un proceso estrictamente social,
a travƩs del cual se vinculan las herramientas y los signos
culturales. Asƭ, las metas educativas se construirƔn en fun-
ción de lo que la cultura considera valioso, entendidos los
estudiantes y los docentes como seres sociales productos
de interacciones socioculturales de las que son parte (RodrĆ­-
guez, 2009:104). AĆŗn cuando se visualiza que es un modelo
mÔs contextualizado, el aprendizaje siempre gira en la órbita
del sujeto, y muchas veces ese aprendizaje no regresa en
productos al Ɣmbito social y cultural.
En el pensamiento complejo se privilegian las actuaciones
del sujeto con idoneidad y ética, buscando su realización
personal y calidad de vida, en franca apertura al desarro-
llo social y en equilibrio con el ambiente. La complejidad, a
diferencia del constructivismo cognitivo y el socioconstruc-
tivismo, hace que el individuo coloque sus conocimientos y
competencias en vista de la construcción de un ethos que
impacta significativamente en la vida social, económica y
medioambiental de los miembros de la comunidad.
La complejidad se traducirĆ” hasta el campo del aprendizaje.
Haciendo un modelaje de la complejidad en la vida univer-
sitaria, podemos poner el ejemplo del mƩtodo de casos, ya
que permite a los estudiantes situarse en un plano de la rea-
lidad de forma sistƩmica e interdisciplinaria. Ayuda, tambiƩn,
a que se experimenten varios mƩtodos y prƔcticas sociales
en los cuales el conocimiento, las preguntas, las soluciones
y el aprendizaje se hagan en forma dinƔmica e interactiva,
logrando que ellos puedan constituir un aprender a aprender
de forma original.
El mƩtodo de casos ayudarƔ a situaciones decisivas del
aprendizaje. Presentamos aquĆ­ brevemente, algunos ele-
mentos que tener en cuenta.
72
A) Puede dar relevancia a los datos que tenemos, ya que a
veces no sabemos quƩ hacer con lo que sabemos. B) En las
intervenciones educativas, para que se dƩ un buen apren-
dizaje, se deben privilegiar los caracteres dialógicos e in-
teractivos de la educación. C) Para estudiar lo complejo es
necesario trabajar con fuentes distintas y de distinto enfo-
que epistemológico. Cuanto mÔs sepamos mejor compren-
deremos, podremos hacer mejores previsiones y, por tanto,
comportarnos en consecuencia. Esto se acentĆŗarĆ” si los co-
nocimientos pertenecen a Ɣreas distintas. D) No se podrƔ se-
parar el conocimiento sobre algo o alguien de los contextos
e interacciones que los afecten. E) El estudio de un caso con
profundidad ayuda a conocer mejor otros casos, por mƔs
que Ʃstos sean distintos. Por ejemplo, entendemos mejor a
un pintor si ya conocemos mejor a otros pintores. F) Cuan-
do estudiamos un caso en profundidad, el conocimiento que
obtenemos de Ʃl nos afecta tambiƩn a nosotros (AznƔrez &
Callejón, 2006:189-190). El método de casos nos ayuda a pri-
vilegiar el aprendizaje en contextos complejos e inciertos, a
prepararnos para tomar las mejores decisiones a partir de la
movilización de nuestros recursos y los de los demÔs.
No hay duda de que el docente y el investigador son protago-
nistas de este cambio epistemológico y curricular. Este giro
no solo significarÔ el cambio de mentalidad del docente, sino
que él mismo, desde su disciplina científica, ayudarÔ cambiar
su universidad.
En la epistemologĆ­a de las disciplinas se conjugan algunos
elementos determinantes para determinar la cientificidad de
una disciplina. Estos son: el objeto, el mƩtodo, la validez, la
historicidad y la enseƱabilidad de la ciencia (Vargas, 2006:19).
En un proyecto de innovación curricular, los docentes pon-
drÔn la especificidad de sus disciplinas como contribución
acadƩmica. Las razones de este hecho descansan en que,
para conjugar todo al enfoque de competencias, las discipli-
nas deben girar con el objeto, el mƩtodo, la validez y la histo-
ricidad de su ciencia. El cambio de las competencias, por su
parte, se centrarĆ” en el Ćŗltimo elemento de la epistemologĆ­a
de la disciplina: la enseƱabilidad. En la enseƱabilidad, que en
un sentido amplio denota el aprendizaje, la investigación y
la transmisión de conocimientos y de competencias, se des-
plegarĆ” el enfoque por competencias. Para este cometido, el
docente confrontarÔ la didÔctica y la evaluación en la ense-
Ʊabilidad de su disciplina. Las didƔcticas y las evaluaciones
deben ser dirigidas hacia la capacidad de actuación en situa-
ciones complejas.
Si el paradigma tradicional se basaba en establecer las bases
del pensamiento lógico donde giraba su atención en las ope-
raciones del pensamiento, como observar, describir, compa-
rar y razonar; ahora el paradigma actual entreve no solo en
lo anterior, sino en un pensamiento tecnológico que nos da
la capacidad para actuar en la realidad y tomar las mejores
decisiones. Ciertamente, no se trata de derribar el pensa-
miento lógico, ya que este es necesario; sin embargo, este
pensamiento lógico debe redefinirse en el pensamiento tec-
nológico, donde se ponen en acto competencias de acción
que son necesarias para el mundo laboral, la vida ciudadana
y la vida personal (Aguerrondo,2009:9).
Para actuar en la realidad los estudiantes necesitarƔn un pen-
samiento sistƩmico (systems thinking)
14
que no solo resolve-
rƔ las causas de los problemas, sino que, ademƔs, permitirƔ
un horizonte mÔs amplio de los saberes, una visión holística
de las cosas, una observación de las relaciones dinÔmicas en
redes (en lugar de buscar cadenas lineales de causa-efecto),
el reemplazo de la consideración unidimensional de las co-
sas por planteamientos pluridimensionales, la sustitución de
los pensamientos deterministas por planteamientos abiertos
14
Es importante la contribución de Senge en su obra La quinta disciplina, en Senge, P. (1990). The Fifth Discipline. Londres. Publicado en español: La quinta disciplina.
Barcelona: Granica).
73
que posibiliten la innovación, privilegiar las competencias en
el manejo de la información, de los medios y tecnologías de
la información y la comunicación (TIC) y, en suma, actuar con
habilidades para la vida personal y profesional.
Si la centralidad en este modelo de competencias recae en
el estudiante, entonces la educación a distancia serÔ una
herramienta tecnológica necesaria para el estudiante al
momento de enfrentarse a contextos complejos. Esta he-
rramienta tecnológica no solamente supone manejo de las
TIC, sino que, ademƔs, necesitarƔ mƩtodos, construcciones
teóricas y prÔcticas, didÔcticas y evaluaciones que hagan
posible adentrarse en esta nueva forma de aprendizaje con-
tinuo. Ciertamente, las TIC y la tecnología de la educación a
distancia hacen que el aprendizaje sea continuo y dinƔmico,
desafiando permanentemente a estudiantes y profesores a
mejorar en sus saberes y sus profesiones.
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educativas.ā€ IBE Working papers on Curriculum Issues, NĀŗ 8, Gi-
nebra: Unesco- IBE.
- AznĆ”rez, J.P. y Callejón, M.D. (2006). ā€œLa necesidad de trabajar
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74
Estrategias de competitividad
para Pymes del sector
manufacturero en mƩxico
Victoria HernƔndez Ramƭrez *
Claudia Gómez Vital**
INTRODUCCIƓN
E
l estudio se presenta como una alternativa de solución a
los empresarios, con el fin de que toda esta información
les sea útil para analizar la situación actual de la empresa,
que tengan los antecedentes, las bases y fundamentos aquĆ­
presentados para implantar un modelo de calidad de servi-
RESUMEN
El presente documento es producto de una investigación sobre estrategias de competitividad que se centra en
la calidad del servicio al cliente, aplicado al sector de manufactura en MƩxico y tomando como caso de estudio
la empresa Porcelanas Ɓnfora en el Estado de Hidalgo.
Los resultados obtenidos en las encuestas y cuestionarios aplicados a los principales clientes y al personal de
Porcelanas Ánfora, compañía utilizada como referencia para este trabajo, confirman la hipótesis y comprueban
que las empresas de manufactura pueden ser mƔs competitivas si mejoran la calidad del servicio al cliente.
cio al cliente que les permita mejorar su ventaja competitiva,
incrementar sus ventas, conservar su imagen y posición en
el mercado pero, sobre todo, mantener y mejorar su ren-
tabilidad que es, a fin de cuentas, el verdadero objetivo de
cualquier empresa.
*
Directora de Investigación y Posgrado del Instituto Tecnológico Latinoamericano.
** Egresada de la Maestría en Mercadotecnia del Instituto Tecnológico Latinoamericano.
75
MetodologĆ­a
Se eligió utilizar el enfoque mixto, en virtud de que es un
proceso que recolecta, analiza y vincula datos cuantitativos
y cualitativos en un mismo estudio para responder distin-
tas preguntas de un planteamiento o problema (Teddlie y
Tashakkori, 2003; Creswell, 2005; Mertens, 2005; Williams,
Unrau y Grinnell, 2005).
Bajo esta perspectiva, este enfoque ha sido el apoyo ideal
para hacer un anÔlisis crítico, aplicando la lógica inductiva
y deductiva al mismo tiempo, con el fin de comprender e
interpretar los fenómenos que intervienen en el objeto de
estudio, a través de las percepciones y significados produci-
dos tambiƩn de las experiencias de los participantes.
Sustento teórico
Hoy mƔs que nunca las empresas, para subsistir, deberƔn
ser mƔs competitivas, lo que implica que habrƔn de apoyar-
se en las herramientas que les permitan lograr este objeti-
vo y poder asĆ­ permanecer en el mercado. Los Ć­ndices de
competitividad a escala LatinoamƩricana que reporta el Foro
Económico Mundial no son nada alentadores, especialmente
cuando México del lugar 60 pasa al número 66 en el último
reporte (World Economic Forum, 2010).
Sin duda, elevar la competitividad a escala paĆ­s, requerirĆ”
que pequeƱas y medianas empresas desarrollen y apliquen
estrategias que les permita sumarse y, sobre todo, perma-
necer con Ʃxito en los mercados. Por tanto, para lograr este
importante objetivo, se requiere del estudio y el anƔlisis de
diversos factores como son los precios, la tecnologĆ­a, la ca-
pacidad de innovación y la calidad, entendiendo este último
concepto no solo desde el enfoque de producto, sino del de
servicio, estrategia específica que se aborda en el presente
documento.
Por tanto, en materia de competitividad, los empresarios
del sector industrial han tenido que enfrentarse a autƩnticas
pruebas de fuego. El reto que tienen ahora es todavƭa mƔs
fuerte y no porque deban superar nuevas exigencias tƩcni-
cas o tecnológicas, sino porque los obliga a un cambio de
mentalidad. Este cambio catƔrtico debe producirse porque
es la Ćŗnica manera de sintonizar con el cliente de hoy, el cual
se mueve en el plano empiece a tener de verdad (FernƔn-
dez, 2007). Por tanto, es un desafĆ­o para el sector industrial,
y para quienes quieran permanecer en el mercado, entrar a
un esquema de aprendizaje continuo que implica apertura y
cambio de mentalidad en los Ɣmbitos personal y organiza-
cional para entrar a los procesos de competitividad.
Son las aportaciones de Porter las que en los últimos años
van cobrando mayor influencia en el estudio de este tema.
En este sentido, el tƩrmino de competitividad se aplica en
la actualidad a una empresa, a un sector económico o a un
País. Porter (1991) establece que su significado puede ser
diferente cuando se habla de una empresa, una nación o
tambiƩn de acuerdo con la especialidad o enfoque. Cuando
se habla de una empresa se entiende como la habilidad para
diseƱar, producir y comercializar bienes y servicios, en don-
de habrƔ de distinguirse con un valor agregado mƔs atractivo
que la de sus competidores. Para un sector, la competitivi-
dad se entiende como la capacidad o potencial que tiene
76
para crecer y contar con un rendimiento atractivo sobre la
inversión realizada, en tanto para un país es la capacidad
para competir en un mercado.
Desde enfoque nacional, la competitividad para Porter (1991)
es ofrecer calidad y menor precio en la producción de bie-
nes y servicios, beneficia a los habitantes de un país por te-
ner un incremento en los ingresos reales. Por su parte, para
Samuelson y Nordhaus (2003) la competitividad se refiere al
grado en que pueden competir los bienes o servicios de un
paĆ­s.
Con un enfoque sectorial HernƔndez citado por Romo, (2008,
pĆ”g. 58), refiere que la competitividad ā€œes la capacidad de
una industria o rama para no dejarse desplazar por importa-
ciones, dentro de los mercados domĆ©sticosā€. Aspecto impor-
tante porque en la presente investigación, si bien se desarro-
lla en el estado de Hidalgo, participa un sector específico por
demƔs afectado, como lo es el sector artesanal.
Desde la perspectiva de empresa, el concepto de competiti-
vidad tiene mayor coincidencia, de acuerdo con los diversos
autores que la estudian, como son: Maidique y Patch (1978),
Ortiz (1991), Carcoba (1991), Muller (1992), GarcĆ­a (1993),
Bueno (1995), citados por (Romo, 2008), donde refieren que
es la capacidad que tiene una empresa para permanecer en
el mercado, con algunas connotaciones que ya Porter y De-
ming toman al hablar de calidad y precio.
En tanto para Leonard D. Gonstein ā€œla competitividad es la
aplicación de la planeación estratégica para apagar incen-
dios y manejar la crisis hacia una consideración proactiva del
futuro y una forma de pensamiento dirigida a adelantarse a
las jugadas del oponenteā€ (Godstein, 1998).
La propuesta final del concepto de competitividad se presen-
ta con una connotación sistémica, por tanto, es la capacidad
de que una empresa, sector o paƭs participe y estƩ posicio-
nado en los mercados internos o internacionales y sea capaz
de agregar valor a largo plazo a los productos o servicios
que ofrezca (HernƔndez, (2010). En este sentido, el siguiente
punto aborda el tema del sector manufacturero.
Empresas del sector manufacturero
en mƩxico
La mayor proporción de la industria nacional se compone por
empresas micro, pequeƱas y medianas. Las grandes empre-
sas representan proporcionalmente un nĆŗmero reducido.
Existen en el paĆ­s aproximadamente tres millones y medio
de empresas, donde laboran 17.1 millones de personas, de
estas mƔs del 40% son informales y se dedican a la venta de
productos en las calles. La estructura empresarial mexicana
se conforma principalmente por micro, pequeƱas y media-
nas empresas. El 91,4% del total de las unidades económicas
y el 74,6% del personal ocupado corresponden, en conjunto,
a la industria manufacturera, al comercio y a los servicios
(Gómez Ortíz, 2005).
La distribución en el territorio nacional muestra concentra-
ción diferente por tamaño. El 50% de las microempresas se
concentran en siete entidades de la zona centro del paĆ­s. La
empresa pequeƱa estƔ en la zona centro y en el Ɣrea metro-
politana de la ciudad de MƩxico, mientras que la mediana
estĆ” dispersa y la gran empresa se concentra en los estados
norte del país. La distribución por sector se constituye con el
57% por empresas dedicadas al comercio, el 31,5% a los ser-
vicios, 10,5% al sector manufacturero y el 1% a la industria
de la construcción (Infopyme, 1998). Su principal ventaja es
el uso intensivo de mano de obra al ocupar el 51% del total
del personal laborando en la industria.
ā€œLa actividad manufacturera constituye, despuĆ©s del sector
comercial, el renglón de mayor peso dentro de la actividad
económica del país, 23,6% del total nacional, de ahí su im-
77
portancia como determinante del crecimiento y, en su caso,
de la contracción del PIB nacionalā€ (Infopyme, 1998). Con-
siderando que las empresas micro, pequeƱas y medianas
son las que mayor número de empleos generan y son mÔs
flexibles para adaptarse a las nuevas demandas que la so-
ciedad genere, el sector manufacturero adquiere relevante
importancia para el desarrollo social y económico del país.
En este contexto los desafĆ­os que enfrentan las empresas
mexicanas son productividad, calidad, competitividad y cul-
tura empresarial.
La empresa seleccionada para este trabajo se encuentra si-
tuada en el Estado de Hidalgo, en el municipio Mineral de la
Reforma. Actualmente tiene laborando una plantilla de 350
empleados y tiene ventas anuales de mƔs de 120 millones
de pesos, por lo cual se podría clasificar como una mediana
empresa.Sin embargo, derivado de que la industria de ma-
nufactura en el estado de Hidalgo no es tan sobresaliente
como en los estados norte de la RepĆŗblica, esta empresa es
considerada una de las mƔs grandes industrias de manufac-
tura en el estado y la mƔs grande del municipio Mineral de
la Reforma.
En el siguiente punto, se describen los resultados obtenidos,
derivados de la aplicación de una entrevista guiada al perso-
nal directivo y gerencial que tiene contacto con los clientes,
con el objeto de obtener información de aspectos relevantes
de la empresa relacionados con la calidad en el servicio y
atención al cliente, a fin de que sea la base para la toma de
decisiones.
Resultados obtenidos en la investigación
A) Calidad de servicio
Antes de analizar los resultados obtenidos de esta catego-
rƭa vale la pena reflexionar sobre lo que Deming, JurƔn y
Armand V. Feigenbaum (Larrea,1991) conciben de la calidad
del servicio, la cual definen como ā€œLa satisfacción de las
expectativas del clienteā€. Por tanto, se debe considerar lo
complicada que puede ser la tarea de la calidad hoy, toda
vez que es difƭcil precisar cuƔles son las necesidades o re-
querimientos del mercado, dada la naturaleza subjetiva, cua-
litativa y cambiante que presentan los deseos del cliente. La
calidad de los productos puede derivar de un buen trabajo
del Ôrea investigación y desarrollo, pero la calidad de los ser-
vicios de la empresa da una idea mƔs amplia de la experien-
cia que el cliente vive con la empresa, donde se involucra a
todas y cada una de las Ôreas de la organización. Por lo que
la investigación resalta la importancia de la calidad en los
servicios como una estrategia alcanzable, y sin un alto costo
para la organización, y sí un beneficio directo en los indica-
dores que miden la competitividad, como son las utilidades
y las ventas.
En las respuestas obtenidas de las entrevistas, se detectó
que las principales inconformidades que manifiestan los
clientes en relación con la calidad de servicio son:
• La impuntualidad en los tiempos de entrega.
• No tener productos para entrega inmediata.
78
• Incumplimiento de las promesas establecidas.
• Deshonestidad en la información que se le proporciona al
cliente.
• Deficiencia en la coordinación logĆ­stica en las entregas.
• Falta de atención personalizada por parte de los vende-
dores.
Estos resultados, reafirman los obtenidos en los cuestiona-
rios, los cuales muestran que las expectativas de los clientes
no son cubiertas de manera integral y permiten identificar
cuƔles son los puntos dƩbiles.
Analizando lo anterior se detectan dos problemas principa-
les: la impuntualidad en los tiempos de entrega y la falta de
atención personalizada por parte de los vendedores. Los de-
mƔs son factores negativos que se derivan de estos.
En este caso, el primero detona los demƔs factores negativos
si se considera que no entregar en tiempo significa incumplir
la promesa establecida. Algunos incumplimientos son origi-
nados por las fallas de logĆ­stica en la entrega y el personal es
deshonesto con el cliente porque prefiere decirle mentiras
para no quedar mal, en vez de hablarle con la verdad.
Para solucionar este problema se recomienda hacer reajus-
tes internos basados en un anƔlisis exhaustivo sobre los re-
sultados de producción en la planta, en cuanto a volumen,
eficacia y eficiencia para detectar cuÔles son las debilidades
que se deben mejorar con el objetivo de contar con el pro-
ducto requerido para cubrir entregas en tiempo y forma.
Las entregas oportunas dependen también de la eficiencia
en la coordinación logística, por lo que se recomienda re-
visar paso a paso el proceso de entrega para verificar que
cumple con el procedimiento establecido que debe seguir
cada uno de los involucrados y detectar el origen de las fallas
para solucionarlas.
Es necesario reorientar al personal hacia una cultura de ser-
vicio honesta que verdaderamente la empresa pueda cum-
plir, como dice Pedro Larrea, (1991) se debe ser cuidadoso
con las promesas que se le hacen a los clientes y asegurarse
de que se pueden cumplir. Cuando a un cliente se le cumplen
por debajo de lo que espera sencillamente se decepciona y
es muy difícil recuperar su confianza, mÔs aún si se le dicen
mentiras porque con esto no solo se pierde la venta, sino
tambiƩn se daƱa seriamente la imagen de la empresa.
Asimismo, es imprescindible establecer canales de comuni-
cación frecuente con el cliente, basados en sus expectativas
para no invertir en falso e implantar acciones que no son
percibidas ni valoradas.
El segundo problema que se percibe es la falta de atención
personalizada al cliente por parte de los vendedores, Consi-
derando que la fuerza de ventas es el espĆ­ritu de la empresa,
Kotler (2006) lo define muy acertadamente como el inter-
mediario entre la empresa y el cliente. Entonces, el trabajo
del vendedor estƔ mƔs cerca del cliente que de la empresa;
de la calidad de servicio y buena relación que logre con los
clientes depende en gran parte la mayorĆ­a de las ventas que
pueda conseguir.
Theodore Levitt citado por Larrea (1991), menciona que ā€œsi la
estrategia del pasado de cara a los clientes se centró en las
ventas, ahora estĆ” centrada en el marketing y en un futuro
corto estarĆ” centrada en las relaciones con los clientesā€. Se
recomienda hacer un replanteamiento de los factores impor-
tantes que refuerzan la relación con los clientes en el pasa-
do, en el presente y en el futuro y desarrollar estrategias para
reorganizar la función del personal de ventas orientada a un
contacto constante y personalizado con los clientes, solo de
79
esta manera se puede estar pendiente de las necesidades
de los clientes para brindarles la satisfacción esperada con
base en sus expectativas.
B) Atención al cliente
El concepto que abarca el concepto de atención al cliente,
consiste en los encuentros que los clientes tienen con los
proveedores elegidos, esto durante la entrega y consumo del
producto o servicio. ¿De qué manera interactúan los clientes
con las instalaciones, el personal e incluso con otros clien-
tes? ¿CuÔles son las expectativas en cada uno de los pasos
de la entrega del producto o servicio?
El beneficio de la compañía es precisamente la consecuen-
cia de la satisfacción de los clientes, sin ellos, simplemente
el negocio no tendría razón de ser. Un negocio sin clientes
fieles prÔcticamente es una empresa en agonía.
Pedro Larrea (1991) puntualiza que la satisfacción del cliente
se entiende como el conocimiento que la empresa tiene de
sus clientes, su sistema de servicio, la capacidad de respues-
ta y la aptitud para satisfacer los requerimientos y expecta-
tivas de los consumidores. Ahora bien, se debe determinar
si la experiencia del uso del servicio cubre las expectativas
de atención al cliente y si los deja satisfechos y listos para
repetir su compra en el futuro.
Después de esta breve introducción que ayuda a compren-
der mejor la finalidad de atención al cliente, se mencionan
las fallas detectadas a travƩs de la entrevista, que son:
• Llamadas telefónicas no atendidas .
• No le llaman, ni le envĆ­an información sobre el estatus de
sus pedidos.
• No le proporcionan precios ni información completa de
los productos cuando los solicita, tienen que esperar has-
ta que haya una persona de ventas disponible.
• Errores o extravĆ­os de documentos que retrasan la captu-
ra y entregas.
• Quejas o inconformidades sin solución.
La función principal de atención al cliente, como su nombre
lo indica, es asistirlo cuando lo requiera, proporcionƔndole
información sobre las características, el uso, el precio y las
ventajas de los productos, darle seguimiento e informarle
sobre el estatus de sus pedidos, atender sus quejas. En fin,
cualquier dato que soliciten o deseen saber relacionado con
la compra o derivado de esta.
Para tal fin se les debe crear la cultura organizacional, a tra-
vés del conocimiento de la información relacionada con la
empresa y sus productos y mediante la formación constante
sobre la cultura de servicio al cliente. Como reconoce Peter
R. Heinze, director de la División Química de BASF, citado por
Kotler (2006), los clientes necesitan algo mƔs que un simple
proveedor, necesitan una especie de socio, alguien que pue-
da proporcionar asesoramiento, información y productos de
alta calidad.
Si se quiere que el personal sea eficiente, es importante
brindarle las herramientas necesarias para llevar a cabo sus
funciones de una forma mƔs rƔpida y fƔcil, proporcionarle
capacitación constante así como establecer un incentivo de
estímulos y recompensas en proporción con el cumplimien-
to de los objetivos de cada departamento. Lo anterior, con
el fin de fomentar el trabajo en equipo, mejorar la comunica-
ción y propiciar un buen clima laborar basado en la confianza
y el respeto, que refuerce la motivación del personal, la cual
es factor determinante de la buena actitud, que es un aspec-
to indispensable que deben tener quienes tienen contacto
con el cliente.
80
El proporcionar una buena atención, implica conocer las ex-
pectativas del cliente hoy, maƱana y dentro de cinco aƱos. Lo
de hoy es preocuparnos por la satisfacción del cliente, abrirle
a cada cliente lo que es nuestra empresa y lo que tiene, para
que Ʃl escoja en quƩ medida se le puede ayudar. Se trata de
convertir al cliente en el elemento clave de la compaƱƭa a
travƩs del cumplimiento cabal de sus requerimientos.
C) Competitividad
Para comprender la importancia que representa la competi-
tividad en las empresas hay que analizar su definición. Garza
(2000) dice que competitividad es ofrecer calidad, precio y
servicio en el Ɣmbito de las mejores organizaciones, para lo
cual es necesario establecer una estrategia, proponerse me-
tas y conseguirlas, pues si no hay resultados de nada sirve.
La competitividad se relaciona con la excelencia y el cum-
plimiento de expectativas. Los resultados deben mostrar ni-
veles de excelencia, satisfaciendo los requisitos deseados y,
sobre todo, lograr superioridad sobre otras opciones existen-
tes en el mercado.
Las afirmaciones anteriores dejan claro que el ser competiti-
vo es simplemente ser mejor que la competencia y conver-
tirse en ā€œla mejor opción para el consumidorā€, lo cual implica
brindar calidad, funcionalidad, innovación, precio, servicio,
atención, ventajas y cualquier otro tipo de beneficio que
nuestros productos o servicios le puedan ofrecer al cliente
mejor que el de nuestros competidores y que cumplan con
sus expectativas.
Para mejorar la competitividad de Ɓnfora, los entrevistados
coincidieron en llevar a cabo una estrategia de reajustes
internos que nos permita corregir las fallas detectadas en
cuanto a calidad de servicio y atención al cliente.
Para solucionar el problema relacionado con los tiempos de
entrega, es necesario contar con una producción eficiente,
por lo que se recomienda hacer una reingenierƭa al Ɣrea
de producción, de tal forma que se haga una selección de
productos viables basados en criterios de los mƔs vendidos
en cuanto a volumen y a la utilidad que representan para la
empresa. Entonces proceder a descontinuar los que ya no
representan beneficio o merman considerablemente la uti-
lidad, pues mƔs vale compactarse, producir menos y ganar,
que perder por conservar tanta variedad de lĆ­neas y tipos de
artĆ­culos.
Una de las garantías de Ánfora es la reposición de los pro-
ductos. Sin embargo, la empresa puede determinar con quƩ
lĆ­neas va a continuar trabajando para garantizar no solo la
reposición de las piezas, sino también mayores beneficios al
cliente, tales como tiempos de entrega mƔs cortos, stock de
artƭculos en blanco para entrega inmediata, mƔs versatilidad
en decorados, mejores precios, y como consecuencia, mayor
calidad en el servicio, la cual es la mƔs importante de las
ventajas competitivas hoy en dĆ­a.
Como lo infiere Michael Porter (2004), para llevar a cabo
cualquier estrategia competitiva se deben considerar las
fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la em-
presa y compararlas con las de la competencia. En definitiva,
conocer las expectativas que los clientes tienen ante la ofer-
ta de los competidores, averiguar la percepción que sienten
respecto a su desempeƱo real, detectar su estrategia actual
y aventurar la futura, permiten en conjunto orientar con ma-
yor racionalidad la polĆ­tica de servicio por seguir para lograr
ser mƔs competitivos que ellos.
Sin embargo, cualquier estrategia competitiva no tendrƔ Ʃxi-
to sin la estructura organizacional adecuada, pues se requie-
re la colaboración del personal con los atributos necesarios
para conseguirlo.
81
Los departamentos de atención al cliente y ventas son pie-
zas clave de la estrategia competitiva de la empresa, por
tanto, el Ɣrea de relaciones industriales debe asegurarse con
base en una buena planeación, manual de procedimientos y
descripción de puestos, que la estructura de esas Ôreas este
acorde con el giro de la empresa y con el nĆŗmero de clientes
que tiene.
En cuanto al reclutamiento, se recomienda seleccionar per-
sonal calificado, con experiencia y, sobre todo, con habilida-
des de negociación y comunicación asertiva, o de otro modo,
formarlos mediante la capacitación constante, con la fina-
lidad de establecer negociaciones inteligentes y duraderas
que atraigan ventas constantes para sostener la rentabilidad
de la empresa.
CONCLUSIONES
- Al final de este anÔlisis se concluye que el implantar el
proceso de calidad en el servicio es cuestión de cultura
organizacional, actitud e involucramiento del personal y
de compromiso y disciplina. Se manejan factores obje-
tivos de forma y subjetivos de fondo. La calidad no es
solo la coherencia entre las propiedades de un bien y las
exigencias del cliente, es mƔs bien la correspondencia
entre la percepción de las propiedades de dicho bien y lo
que de él se espera, es la comparación entre la percep-
ción del desempeño y las expectativas del comprador.
- El objetivo primordial del personal de atención al cliente
debe ser lograr que cada cliente que tenga contacto con
ellos compre alguno de nuestros productos, pero a la vez
que quede encantado con el servicio y atención recibida
para ganar su lealtad y se convierta entonces en cliente
recurrente.
- El personal de servicio al cliente no debe perder de vista
su objetivo, debe estar consciente de dónde inicia y ter-
mina el proceso para lograrlo. AsĆ­ pues, no debe colgar
el telƩfono, cerrar un e-mail, ni despegarse del cliente
hasta no haber logrado conquistarlo y sostenerlo como
cliente frecuente, con ello se sostiene tambiƩn la renta-
bilidad y estabilidad de la empresa.
- La calidad va de la mano con la competitividad y esta,
a su vez, con la rentabilidad. En la actualidad ya se eva-
lúan las pérdidas que genera la no calidad; se trata
de pérdida de clientes, disminución de sus compras, re-
traso en los pagos, impagos definitivos, concesión de
descuentos compensatorios, repetición del servicio, de-
volución de la mercancía o su abaratamiento o pérdida
total.
- Es indispensable contar con un plan de mejora continua
y establecer estrategias de concentración y diferencia-
ción, de acuerdo con los cambios que demande el mer-
cado, con el fin de sostener la ventaja competitiva, que
es la Ćŗnica forma de asegurar la permanencia y liquidez
de las empresas.
- Por Ćŗltimo, es importante puntualizar que los empresa-
rios no deben confiarse y quedarse estÔticos. Hoy en día,
a medida que la competencia y los costos aumentan, la
calidad y la competitividad baja, se requiere de una ma-
yor utilización del marketing de servicios. Las empresas
enfrentan tres tareas principales de marketing: mejorar
su diferenciación competitiva, la calidad de su servicio y
su productividad.
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