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número 78, ISSN: 2071-8748, E-ISSN: 2218-3345, ISNI 0000 0001 2113 0101 https://isni.org/isni/0000000121130101
creación de una cultura adecuada y formar a los seres
humanos en valores como la justicia y la solidaridad,
entre otras, no les resulta rentable y mucho menos se
considera un impulso efectivo para el progreso de la
sociedad (Pizzul, 2013).
Los retos de la educación superior en la formación
de profesionales
El World Economic Forum (2015) se reere a las
competencias que deben desarrollar los estudiantes
de educación formal ante los nuevos retos que traen
consigo los cambios en el ámbito tecnológico y social.
Las habilidades son divididas en tres grandes grupos,
que son: a) alfabetización fundamental, que se reere
a las habilidades básicas que los estudiantes aplican
en las tareas cotidianas, como la lectura y escritura,
aritmética, habilidades básicas relacionadas con la
ciencia, tecnologías de la información y comunicación,
nanzas, cultura y civismo; b) competencias, que
reeren a cómo los estudiantes abordan retos
complejos, estas habilidades son el pensamiento
crítico, creatividad, comunicación y colaboración; y
c) cualidades de carácter, que se reeren a cómo
los estudiantes abordan los cambios dentro de sus
entornos. En este grupo se encuentran la curiosidad,
iniciativa, persistencia, adaptabilidad, liderazgo y la
conciencia social y cultural.
De igual manera, la educación superior se ve afectada
por los cambios políticos, sociales y económicos que
ocurren a escala mundial, y, con ello, las universidades
deben ajustar sus procesos de formación de los
futuros profesionales. Según Valera Sierra (2009),
este proceso implica un desarrollo humano progresivo,
donde adquieran un compromiso social y profesional.
Esto demanda cambios curriculares en la educación
superior, orientando la formación de profesionales
a través del desarrollo de competencias; es decir,
dotándolos de actitudes, destrezas, conocimientos
y habilidades que les permitan desenvolverse en
los campos especícos en los que los estudiantes
puedan actuar. En otras palabras, la formación por
competencias en las universidades se fundamenta
en la visión de que cada egresado es un profesional
participativo, reexivo, creativo, responsable y humano
frente a los problemas especícos relacionados con su
profesión.
Uno de los factores más inuyentes cuando una persona
opta por estudiar una carrera universitaria es poder
integrarse al mercado laboral. Además, las crecientes
necesidades de contar con una fuerza laboral más
tecnicada y especializada, especialmente en aquellas
áreas relacionadas con la tecnología, ponen sobre la
mesa otro reto que las universidades deben enfrentar,
y este es la empleabilidad de sus egresados (Finkel,
2021), marcando así la necesidad de enfocarse más
activamente en el desarrollo de aquellas competencias
para el trabajo, tales como la colaboración, la
imaginación, la creatividad, el pensamiento lógico, el
pensamiento crítico y la resolución de problemas. Estas
competencias son esenciales para ser desarrolladas
por todos los profesionales no solo en el futuro, sino
también en el contexto actual, ya que los avances de
la ciencia y de la tecnología, y la aparición de nuevos
problemas en todas las esferas de la actividad humana,
son cada vez más vertiginosos.
Según Finkel (2021), esta formación en competencias
no tiene por qué estar reñida con la formación humanista
como la ética, ya que los factores sociales de los
estudiantes y de la sociedad siguen siendo importantes
a la hora de la inserción de las personas en el campo
laboral. La formación de personas que puedan adquirir
capacidades y habilidades para el campo laboral, así
como principios y valores éticos básicos, habilidades
interpersonales, habilidades analíticas e interpretativas
y habilidades empresariales, es crucial para tener
profesionales que puedan desempeñarse de manera
eciente y ecaz en las empresas, siendo un recurso
humano valioso (Posada Álvarez, 2004).
En relación con lo anterior, las habilidades y
competencias básicas demandadas para que los
profesionales se integren adecuadamente en el
mercado laboral (World Economic Forum, 2016), son
las siguientes: capacidades físicas (fuerza, destreza
manual y precisión), capacidades cognitivas (exibilidad
cognitiva, creatividad, razonamiento lógico, conciencia,
Educación para el trabajo o para el desarrollo humano, Marlon Elías Lobos Rivera, pp. 88-95, Revista entorno, julio - diciembre 2024,